Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

28 abr 2014

Casos prácticos


... ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla azul, fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras creerte. Si tomas la roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te ofrezco hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda: lo único que te ofrezco es la verdad. Nada más.


Quizá te suceda como a nuestro amigo Zacarías, que despertó en su cama. Dice que recordaba, de forma vaga, la imagen del negrata vestido al estilo gótico. Se fijó en las gafas molonas, parecidas a las que él vende en el paseo, así que no escuchó nada del rollo que le soltó el... ¿se llamaba Morfeo?... grandullón acerca de una realidad real que está en otro plano físico, y que allí se resolverían sus dudas. Demasiado para una noche de bares. Zaca sólo quería echar una cana al aire, no tanta monserga de blancos. Aquella tipa, también gótica, se lo había puesto a huevo, pero... No pudo ser.

El tipo desperdició, víctima del análisis a ojo de la autenticidad o no de unas gafas de sol, la posibilidad de escapar de Mátrix, por donde ahora campea, al ritmo sabrosón, como las hormigas rumbo al hormiguero, siempre en fila dentro de un caos ordenado.

Ordenado y dirigido.

Como en el caso de los boletus nacionalistus. Tropezamos con el mismo Zacarías saliendo de la estación del metro, aquí al lado, y mientras nos fumábamos un pitillo charlando paseo arriba, pasamos junto a un boletus nacionalistus enorme, de un amarillo vivo, casi lima, con sus flecos característicos ondeando con la brisa de la playa. Lo miré asombrado, al tiempo que tomaba una postura defensiva, en guardia, por lo que fuese a pasar. Amenazante, se desparramaba por media acera.

Zaca ni lo vió.

Os explico... Un boletus nacionalistus es una nueva variedad de hongo autóctono catalán. Este año, y también el anterior, a los típicos robellones y champiñones, debemos añadir la boletus nacionalistus, una subespecie de caseta con cuatro palos y cuatro telas, bien prieta de papeles, propagandas, bolígrafos y pegatinas, en la que la ANC pide firmas para el referéndum o vaya usted a saber. A pesar de las escasas lluvias, este hongus se reproduce por doquier. ¿Fiesta patronal? Boletus nacionalistus. ¿Inauguración municipal? Boletus nacionalistus. ¿Lectura en la biblioteca pública? Boletus nacionalistus. ¿Cumpleaños en el McDonald's? Toma, para usted en el menú descuento, ¡otro boletus nacionalistus! Son grandes, vistosos y llevan, pululando alrededor, los típicos organismos en acto de simbiosis. Siempre amarillos con vetas rojas, aunque también se puede encontrar la variedad Boletus nacionalistus listus, variante más sabrosa y aburguesada, clase media-alta, madurada con solera.

De un tirón aparto al desgraciado de Zacarías. ¡Qué haces, pavo! ¿No ves el boletus?... pero el tío me mira como si estuviera viendo un fantasma. ¿Boletus? ¿Tú... tú... tú no boletus? Nada. No, no, yo boletus no, Zacarías. Pero él... y esa puta pastilla roja riéndose en su estómago... ese boletus lo ve normal, lógico, de temporada. Cosas de blancos locos, que no comprende para nada. A él le han dicho que esa caseta es una seta autóctona catalana, nacida de la tierra... por y para la tierra... y aunque le parezca extraño que las setas crezcan sobre el asfalto de las calles, se lo cree.

Así lo ven sus ojos.

Y también lo sienten sus oídos. Intentó decirme algo sobre ciertas personas que los recolectaban, sorprendiéndome que conociera esa noticia, pero no es del todo cierta. Aunque no está muy difundido por los medios regionales, Zacarías se refería a ciertos "clandestinos" que, saltándose las leyes medioambientales que el Gobierno nacionalista tiene para con toda esta flora y fauna, se dedican a recolectar otro tipo de árbol frutal autóctono, el banderus esteladur, muy típico de rotondas y plazas públicas.

Estamos en temporada, y ahora nacen estos boletus, Zacarías, le dicen en el cursillo nocturno en el que una recién diplomada les da clases de lengua autóctona. ¿Para qué le van a engañar? ¿Qué pueden sacar de él? Poco... así que Zacarías, convencido de su insignificancia, pasó junto a uno, olfateó la fragancia que desprenden y firmó. Después de esa iniciación, Zacarías pasa junto a los boletus nacionalistus como si fuesen elementos normales, objetos de decoración del paisaje cotidiano... boletus nacionalistus vivos, orgánicos, naturales...

El Mátrix ha dibujado una nueva especie. Pixeles y más pixeles digitalizados en la realidad 3D que porta la pastilla roja en su ADN. Así, hay casetas que son setas en las esquinas. Algo natural que, con sus venenosos perfumes azucarados, vende un futuro mejor, más natural, lógico entre el devenir de los pueblos, donde se cerrará el círculo y la vida será un continuo corro de la patata. Imagínate tú lo que será el soñar. Otro paso más de la realidad virtual.

El caso de Zacarías es de manual... pero reversible.


Encontrar al negrata no es tan difícil. 

2 comentarios:

Jordi Bridge dijo...

Es que a mí el boletus "Champiñón" i ahora el "boletus nazionalistus" me da una flojera rectal que no veas.

Herep dijo...

Lógico, Jordi. Son boletus venenosos, de esos que te dejan los intestinos hechos un nudo. Al final, si no se les presta atención, pueden acabar siendo mortales.

Un abrazo.