... ya no podrás echarte atrás. Si tomas la pastilla
azul, fin de la historia. Despertarás en tu cama y creerás lo que quieras
creerte. Si tomas la roja, te quedas en el País de las Maravillas y yo te
ofrezco hasta dónde llega la madriguera de conejos. Recuerda: lo único que te
ofrezco es la verdad. Nada más.
Quizá te suceda como a nuestro amigo Zacarías, que
despertó en su cama. Dice que recordaba, de forma vaga, la imagen del negrata
vestido al estilo gótico. Se fijó en las gafas molonas, parecidas a las que él
vende en el paseo, así que no escuchó nada del rollo que le soltó el... ¿se
llamaba Morfeo?... grandullón acerca de una realidad real que está en
otro plano físico, y que allí se resolverían sus dudas. Demasiado para una
noche de bares. Zaca sólo quería echar una cana al aire, no tanta monserga de
blancos. Aquella tipa, también gótica, se lo había puesto a huevo, pero... No
pudo ser.
El tipo desperdició, víctima del análisis a ojo de la autenticidad o no de unas gafas de sol, la
posibilidad de escapar de Mátrix, por donde ahora campea, al ritmo sabrosón,
como las hormigas rumbo al hormiguero, siempre en fila dentro de un caos
ordenado.
Ordenado y dirigido.
Como en el caso de los boletus nacionalistus.
Tropezamos con el mismo Zacarías saliendo de la estación del metro, aquí al lado,
y mientras nos fumábamos un pitillo charlando paseo arriba, pasamos junto a un boletus
nacionalistus enorme, de un amarillo vivo, casi lima, con sus flecos
característicos ondeando con la brisa de la playa. Lo miré asombrado, al tiempo
que tomaba una postura defensiva, en guardia, por lo que fuese a pasar.
Amenazante, se desparramaba por media acera.
Zaca ni lo vió.
Os explico... Un boletus nacionalistus es una nueva
variedad de hongo autóctono catalán. Este año, y también el anterior, a los
típicos robellones y champiñones, debemos añadir la boletus nacionalistus,
una subespecie de caseta con cuatro palos y cuatro telas, bien prieta de
papeles, propagandas, bolígrafos y pegatinas, en la que la ANC pide firmas para
el referéndum o vaya usted a saber. A pesar de las escasas lluvias, este hongus
se reproduce por doquier. ¿Fiesta patronal? Boletus nacionalistus.
¿Inauguración municipal? Boletus nacionalistus. ¿Lectura en la
biblioteca pública? Boletus nacionalistus. ¿Cumpleaños en el McDonald's?
Toma, para usted en el menú descuento, ¡otro boletus nacionalistus! Son
grandes, vistosos y llevan, pululando alrededor, los típicos organismos en acto
de simbiosis. Siempre amarillos con vetas rojas, aunque también se puede
encontrar la variedad Boletus nacionalistus listus, variante más sabrosa
y aburguesada, clase media-alta, madurada con solera.
De un tirón aparto al desgraciado de Zacarías. ¡Qué
haces, pavo! ¿No ves el boletus?... pero el tío me mira como si estuviera
viendo un fantasma. ¿Boletus? ¿Tú... tú... tú no boletus? Nada. No, no,
yo boletus no, Zacarías. Pero él... y esa puta pastilla roja riéndose en
su estómago... ese boletus lo ve normal, lógico, de temporada.
Cosas de blancos locos, que no comprende para nada. A él le han dicho que esa
caseta es una seta autóctona catalana, nacida de la tierra... por y para la
tierra... y aunque le parezca extraño que las setas crezcan sobre el asfalto de
las calles, se lo cree.
Así lo ven sus ojos.
Y también lo sienten sus oídos. Intentó decirme algo sobre
ciertas personas que los recolectaban, sorprendiéndome que conociera esa
noticia, pero no es del todo cierta. Aunque no está muy difundido por los
medios regionales, Zacarías se refería a ciertos "clandestinos"
que, saltándose las leyes medioambientales que el Gobierno nacionalista tiene
para con toda esta flora y fauna, se dedican a recolectar otro tipo de árbol
frutal autóctono, el banderus esteladur, muy típico de rotondas y plazas
públicas.
Estamos en temporada, y ahora nacen estos boletus,
Zacarías, le dicen en el cursillo nocturno en el que una recién diplomada les
da clases de lengua autóctona. ¿Para qué le van a engañar? ¿Qué pueden sacar de
él? Poco... así que Zacarías, convencido de su insignificancia, pasó junto a
uno, olfateó la fragancia que desprenden y firmó. Después de esa iniciación, Zacarías pasa junto a
los boletus nacionalistus como si fuesen elementos normales, objetos de
decoración del paisaje cotidiano... boletus nacionalistus vivos,
orgánicos, naturales...
El Mátrix ha dibujado una nueva especie. Pixeles y más pixeles
digitalizados en la realidad 3D que porta la pastilla roja en su ADN. Así, hay
casetas que son setas en las esquinas. Algo natural que, con sus venenosos
perfumes azucarados, vende un futuro mejor, más natural, lógico entre el
devenir de los pueblos, donde se cerrará el círculo y la vida será un continuo
corro de la patata. Imagínate tú lo que será el soñar. Otro paso más de la
realidad virtual.
El caso de Zacarías es de manual... pero reversible.
Encontrar al negrata no es tan difícil.
2 comentarios:
Es que a mí el boletus "Champiñón" i ahora el "boletus nazionalistus" me da una flojera rectal que no veas.
Lógico, Jordi. Son boletus venenosos, de esos que te dejan los intestinos hechos un nudo. Al final, si no se les presta atención, pueden acabar siendo mortales.
Un abrazo.
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