En el Cuartel General de El Ejército de los 12 Monos
hoy tenemos jaleo, ruido, gritos por doquier, soldados tirándose de los pelos,
cañerías que gotean, incendios en las enormes perolas de la cocina, suciedad en
el suelo de la cantina, grasa en el garaje, aullidos convalecientes en la
enfermería...
Empieza un nuevo curso...
... escolar, político, periodístico, teatral, esperpéntico,
abnegado, luchador, esperanzado... desesperanzado...
Esta mañana hemos llegado a las dependencias de nuestro grupúsculo
paramilitar y, tras abrir los enormes portones y relevar a aquellos que han
permanecido de guardia durante estos últimos días, hemos hecho aquello que
hacen los renacuajos absorbedores de mocos cuando unos despiadados padres los
dejan en esas cárceles conocidas como guarderías: llorar.
Hemos llorado, sí. Los Monos también lloramos... a veces y
en secreto, no penséis mal.
A lágrima viva, ríos corriendo mejilla abajo, torrentes que
erosionan la inocente tierra de carne de nuestro rostro.
Hoy... o quizá fue ayer, no sé... empieza el "nuevo
curso" y, aunque os parezca curioso, seguimos sin noticia de que el
anterior hubiese finado. Así, en un suspiro, ha pasado el 1 para presentarse el
2. Con un parpadeo insignificante, el viejo, el "curso pasado",
se encaminó hacia el cementerio público, a hacer bulto, uno más pudriéndose
bajo tierra.
Muy rápida, la vida.
Pensaréis que las lágrimas nacen del duelo, del velatorio de
aquello que, pudiendo ser, no fue. Siento decepcionaros, amigos. Las lágrimas
de estos que hoy, sentados en sus butacones de la Sala X, escriben estas letras
poco tienen que ver con el ayer, sino con el presente... el "luego"...
el "dentro de poco". Por eso lloran como miserables.
Por eso lloro como un miserable... por el "nuevo
curso", por los "nuevos vientos", los "aires
de cambio", el "luminoso amanecer" que, ducho en este
tipo de lides, me huele en demasía a naftalina.
Apestaba a eso, el Cuartel General esta mañana. A
naftalina... a caduco... a más de lo mismo.
Idénticas imágenes de idénticas funciones. Claras mañanas en
las que idénticos Presidentes se presentaban en mangas de camisa, en su tierra
natal y única, rodeado de idénticos rebaños de aduladoras ovejas... be-be-be-be....
que aplauden, que vitorean, que degustan ostras y percebes a la sombra del patrón
mientras este rebuzna, olvida, finta la realidad que no interesa, que no existe,
en ese mundo suyo marcado por la miseria y la mentira, donde el parné lo es
todo... y nada.
Los 11 y yo, llorando mares, hemos abierto puertas y
ventanas... todas... en un intento místico de limpiar el hedor de un pasado tan
próximo. Al poco, cuando perdió la vergüenza inicial, la brisa se mostró,
fresca, arrastrando hacia la mar las instantáneas tatuadas en nuestra retina.
Las muestras de cobardía ante el nacionalismo periférico, el silencio ante la
corrupción compartida, la invisibilidad de los hilos que distorsionan la
Justicia, la cesión a la amoralidad, el pan y el circo... la ingrata levedad
del ser humano... el insulto a la Soberanía... el ultraje a los muertos en su
propio funeral...
... todo el argumentario de los primeros días de Septiembre
se ha esfumado por las ventanas abiertas y el Cuartel General, El Ejército
de los 12 Monos, vuelve a estar limpio de escoria relativista y centrista.
Nuestras lágrimas ayudaron. Con ellas hemos limpiado la vergüenza,
la humillación y la traición.
Como cada año.
Como cada "nuevo curso".
2 comentarios:
Buen discurso, DON HEREP, muy realista y acorde con lo que supone el transcurso de un mes tonto tras otro igual de tonto, y sucesivamente.
Subrayo tu genial párrafo de =
idénticos Presidentes se presentaban en mangas de camisa, en su tierra natal y única, rodeado de idénticos rebaños de aduladoras ovejas... be-be-be-be.... que aplauden, que vitorean, que degustan ostras y percebes a la sombra del patrón mientras este rebuzna, olvida, finta la realidad que no interesa, que no existe, en ese mundo suyo marcado por la miseria y la mentira, donde el parné lo es todo... y nada.
Gracias, Javier.
No hay nada mejor que empezar un nuevo curso con algo de sarcasmo.
Acabará como todos sabemos, con más miseria y más enfado, pero que no se diga que no se inició con ganas, eh!!
Un abrazo.
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