TÍTULO
ORIGINAL. El orfanato
AÑO. 2012
DURACIÓN. Finita
PAÍS. España
DIRECTOR. Herep
GUIÓN. El Ejército de los 12 Monos
MÚSICA. John Lennon
FOTOGRAFÍA. Buenaventura Durruti
REPARTO. Dolores (Ignacio Fernández Toxo),
Justiniano (Cándido Méndez), Judas Z. (José Luís Rodríguez Zapatero*), Torcuato
Bollo (Carlos Jiménez Villarejo), Zumbak Metel (PRISA, Mediapro, MediaSet…),
Dr. Amor (Crisis Económica), Josefo (Pueblo de España)
PRODUCTORA. 3ª Dimensión Roja.
GÉNERO. Terror.
SINOPSIS. Claro exponente de la nueva
tendencia cinematográfica que se va abriendo camino dentro del panorama del
largometraje español, la película nos sumerge en el crudo y sangrante realismo
social de nuestro país, caracterizado por el claroscuro de sus personajes y la
frialdad de los valores y moral social de la época.
La cinta nos
narra la vida de Dolores y Justiniano, dos muchachos recién casados que,
gracias al testamento de sus respectivas familias, reciben en herencia un
pequeño palacete situado en su aldea de nacimiento, en la costa asturiana.
A medida que
van transcurriendo los instantes iniciales del metraje, el guión irá
profundizando en la vida de la pareja mediante el uso de espectaculares
analepsis. Así descubriremos que nuestros protagonistas son hijos de
importantes familias mineras, de rudos callos en las manos y venenosos
pulmones. Vida que, desde edad bien temprana, repulsa nauseabundamente a los
chicos, razón por la cual, antes de haber finalizado sus estudios elementales,
abandonan el pueblo minero para marcharse a Madrid… la tierra de las
oportunidades… no sin antes haber recibido las correspondientes maldiciones de
sus familiares.
Una vez en
Madrid, nuestra pareja se arroja en brazos de una vida nueva para ellos. Luces
de neón abiertas las 24 horas, comida rápida a 500€ el cubierto, playas
artificiales a bordo de majestuosos cruceros… mujeres, hombres… viceversa…
Gracias a sus contactos “nocturnos”, entablan estrecha relación con Judas Z., amo y señor del hampa en Chirigota Española, s.l., que les agasaja con toneladas de
vil metal para que estos, merced a unas Asociaciones de Niños Desamparados que
habían creado a modo de pantalla, puedan ir blanqueándolo y sacándolo del país…
en espectacular negocio de mentiras, silencios y compadreo.
La
corrupción se apodera de las vidas de los protagonistas hasta puntos
insospechados. Nada es demasiado poco y todo no es demasiado aún, dice
Justiniano en un momento sublime de la película, justo cuando la pareja, que ha
ido estrechando lazos hasta más allá de la amistad, disfruta de un baño privado
en un yacusi de un hotel 5 estrellas… solos… haciendo piececitos los dos en una
atmósfera silente… calma tensa que precede a la tempestad… la chispa que prende
el virginal bosque amoldado con la fuerza de los años… el brillo del Amor.
El cambio de
la Ley, el soborno, el dramáticamente aplaudido discurso de Don Torcuato Bollo,
Presidente del Tribunal Constitucional… y la boda, todo fue uno. Todo ese mundo
plagado de oportunidades y placeres legislados se muestra ante los ojos del
espectador de forma ruda y realista… sin escatimar en carnes y flujos…
creándose una sensación de… de vergüenza ajena aliñada con gotas de miseria
moral… terror puro de impunidad…
Y es en ese
momento cuando la herencia llega y las analepsis desaparecen. Justo cuando
nuestros recién casados llegan al palacete que, de forma misteriosa, les es
legado por unos familiares de los que no habían tenido noticia en casi treinta
años. Años que parecían no haber pasado en la vieja aldea… que permanecía ajena
al devenir de los tiempos y las nuevas costumbres.
Pero la vida
de excesos adquirida y asimilada en la capital… vida que viajará junto a ellos
hasta las costas asturianas empaquetada en las maletas de viaje, acabará por
pasarles factura ya que su salud mental será víctima del silencio apacible del
palacete, convertido por las enfermas mentes en horror oscuro en todas y cada
una de las salas… amenazantes, a la par que acongojantes, entre las miradas de
cientos de retratos colgados en las paredes. Sensaciones que acaban por pudrir
la psique de la fémina del matrimonio… la zalamera Dolores… que, víctima de una
extraña enfermedad, va perdiendo apetito, aquejado de fuertes dolores en el
bajo vientre.
La atmósfera
de inseguridad y tensión va aumentando a medida que una ristra de doctores,
licenciados, facultados… doctores Honoris Causa de cien universidades
españolas… va desfilando ante nuestra protagonista sin alcanzar a diagnosticar
el mal que la aqueja. Mal que altera la percepción de Dolores hasta sumergirla
en un Mundo propio… multicolor… donde Dolores se engalana con ropas de mujer
holgadas… observarse las tetillas… andar todo el día con un cojín anudado al
vientre…
Justiniano,
ante la deriva que va tomando la situación, pierde toda la poca razón que había
sobrevivido a la capital y las situaciones absurdas y los diálogos de besugo se
apoderan de la parte final de la película. Tan sólo la aparición estelar, pero
inmensamente breve, del Dr. Amor… reputado licenciado venido de las Américas…
aporta cierta nota de cordura al desenlace de la película. Aunque dicha nota…
la cordura aportada por el diagnóstico del doctor… es la gota que colma el vaso
en la decadencia psicodélica del avenido matrimonio. Dolores pierde totalmente
el oremus al saberse víctima de un embarazo psicológico agudo… pérdida de un
niño irreal para el que ya había buscado un nombre… Josefo… Josefo…
… y Josefo…
el niño fantasma… el pequeño que nunca fue… es. En el palacete asturiano
corretea el niño Josefo… juega en los pasillos, pintarrajea las paredes con
lápices de colores… se calza los zapatos de tacón de su madre… y todos lo ven.
Su padre, Justiniano, lo ve todas las mañanas mientras el chaval se ata los
cordones de los zapatos. Su madre, Dolores, lo besa todas las noches cuando le
canta nanas de la mina… y lo arropa para que no pase frío.
¡Está tan
bien cuidado, el pobre Josefo!
Así termina
la película… inquietando y sembrando en el espectador una sensación de
desasosiego… extraña… mitad repulsa mitad incredulidad pues la pareja, ajena a
la realidad más palpable, sigue sumergida en ese Nuevo Mundo irreal, plagado de
fantasmas y espectros de humo, surcada por multitud de intelectuales
paranormales que, como Zumbak Metel, parapsicólogo de la capital, antiguo
compañero de mesas de cristal, aparecen preparando sesiones de cacofonía y
televisión por cable para mostrarles el aspecto de su pequeño y cómo se va
haciendo un hombrecito… ¡Qué guapo, mi Josefo! ¡Qué grande está!…
Digna obra
que se sumerge en una realidad paralela creada por los mismos protagonistas…
ajenos al devenir de los tiempos y las tormentas… que tanto abunda en el nuevo
cine de Chirigota Española, s.l…. esa nueva tendencia actual en nuestro cine
patrio… esa forma sutil de dibujar, sobre la negrura de la noche, un Sol
amarillo pastel.
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* El Felón.
10 comentarios:
Quedeme a-no-na-da-da y pasmada con los estertores de la mala bruja. Y da un montón de miedo ¿Es de Amenabar? ¿quizá te ayudó en la dirección..?
Lo que me he podido reir....
Ja,ja,es buenísimo.
A estas alturas cualquier cosa, por descabellada que parezca, tiene todos los visos de hacerse realidad.
Saludos.
Buenas Herep.
Genial entrada y muy acertada su inclusión en el género "terror". Sería una sobresaliente puesta en escena de una cinta que (por fin) pusiese a cada uno en su sitio: la aberrante realidad de un país hasta las orejas de corrupción y, por otra parte, carente de valores. Una crítica mordaz, también, a nuestros cineastas tan poco amigos de criticar por miedo a perder esas ayudas sin las cuales sus producciones sólo las verían ellos en sus casas.
Un saludo.
Terror gotico aunque algo sobrenatural digo yo.un saludo.
Sí, Candela. El chico Amenabar me ayudó en algunos flecos del guión.
¿En qué lo has notado?
Un saludo y alegría, alegría.
La realidad siempre supera a la ficción, Natalia... y en España, más.
Aquí uno pierde la perspectiva entre lo real y lo irreal.
Un abrazo.
El cine español, Wittmann, es adoctrinador. Por una película en la que no se aprecie la cirugía social socialista, hay 1.000 que parecen guionadas por la progresía.
Es, lamentablemente, la mentalidad que impera en casi todas las muestras culturales de nuestro tiempo... tiempo de decadencia y mentalidad decadente.
Un abrazo.
Bastante sobrenatural, amigo Agustín.
Pero, ¿qué no es sobrenatural en nuestro país?
Ya sabes que aquí, 2+2=5.
Un abrazo desde la otra punta del Mundo, figura.
Supongo que no te habrán dado el Goya jeje, pero al menos me consuela que no se lleve ninguno el cabezón manchego.
El chico boom... y otras cosas del montón... lo único que recibió fue un par de bofetadas dialécticas del Torrente nacional.
Ya le estuvo bien aunque seguro que tras las negras gafas estaba más que dormido.
Un abrazo, Maribeluca.
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