Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

15 jul 2018

La bastillita


Es negra noche y el autobús prosigue adentrándose en la nasió profunda, engullido por la negra noche envolvente. Todo está en silencio. Los altavoces hace largo rato que quedaron mudos. Fue tras la última pista de la cara b del grandes éxitos del fascineroso de Porrera cuando el conductor, viendo en el retrovisor que el escamot languidecía en las poltronas del vehículo, cerró la corriente que alimentaba al radiocasete interrumpiendo la serie de nanas que adormecen a las fieras. Dulces sueños, angelitos; yo velo por vosotros en cada curva, como buen conductor de primera... acelera, acelera...
Siset, sin embargo, se resiste como buen noi de la mare que es, el jabato, a las mieles del sueño. Lucha contra el cierre de párpados de las altas horas de la madrugada. Mira por los ventanales de la guagua el ecosistema negro crepuscular que va perdiéndose a su espalda con el paso del kilometraje; intenta descifrar en la penumbra las pancartas que cuelgan de los casales populares de los villorios atravesados, enumera una tras otra las granjas porcinas donde se fabrica el fuet autóctono que tanto le gusta a su abuelo desdentado, adivina banderas firmes en las rotondas de la carretera secundaria, husmea con ansia con la intención de descifrar los característicos aromas de la fauna y la flora propia en lo que, desde su infancia allá en la masía familiar, ha sido un melancólico juego al que dedicaba tardes enteras en compañía de primos y hermanos... y ahora parece descubrir el del cardo borriquero... este nuevo juraría que es el del mojón de ruc catalán... inconfundible el del sudor del payés a lomos del John Deere...
Hará media hora que su mente divaga abstraída en tales mamandurrias en un burdo intento de que este día nunca acabe. Antes, con los compases de los primeros kilómetros y la digestión del bocata y la cerveza artesanal que le ofreció el monitor de la excursión, ha sido la mirada pícara de la pubilla de la última fila... Anna, ¿verdad? Claro, claro, bonito el rojo con el que lo llevas escrito en la frente, noia,perdona... la que lo ha mantenido ensimismado en un ensueño de amor, familia y fiel compromiso con la raza pura de los congéneres de ADN y nivel-C ario. Anochecía, el buga rompía el himen de la inocente vagina que se adentra en la nasió profunda carlista y Siset ya se veía con los tres hijos correteando a su alrededor mientras él hacía danzar el gigante cabezudo de las fiestas patronales de la vila en un mar de grallas, tambores y ron-cremat Pujolone.
Sonríe, Siset, degustando las mieles de la gran jornada. Fecha de conquista. Hora H del día D.
El autobús sigue su curso. Dos faros solitarios atravesando la tiniebla de la vía catalufa al estrellato. Vuelven al pueblo después de su marcha victoriosa sobre la capital de la Republiqueta, donde, junto a tropecientos millones de soldados abnegados -pobre pueblo oprimido sin un triste mendrugo que echarse a la boca- han tomado al asalto la belicosa rúe de árboles y pájaros, derrotando al enemigo invisible, guillotina que corta gaznates de muñecos de trapo y paja, en una toma de una Bastilla transformada en prisión abandonada por los vivos y tomada por los fantasmas que habitan en lo más profundo de las cabezas huecas del imaginario rural, que son espectros de dictaduras, leyes viejas y cierto tufo a democracia popular con toques de barbarie totalitaria rancia y tribal.
Vamos, Siset, déjate de luchar contra irracionalidades del insomnio, parecen decirle los ojos del conductor de primera cuando estos se cruzan con los suyos reflejados en el retrovisor del blindado de cuatro ruedas que abandona el frente rumbo a la retaguardia. Cierra los ojos, Siset. Disfruta. La toma fue épica. Los libros de la nueva historia hablarán siglos de ella y de lo que allí se vivió.
¡Oh, qué popbla más valiente! ¡Los hereus sans culottes!
Duerme, Siset. Duerme y sueña, héroe revolucionario.
(Las primeras luces traerán el Terror, y quizá el día no sea tan placentero)

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