- Un día, cuando el Sol se ponga para mí, todo esto será tuyo.
- ¿Todo?
- Hasta donde abarca la vista.
- ¿Seré un buen rey?
- Claaaaro, lenincito mío. No te preocupes, queda mucho aún, y todo está listo para que así sea, para que seas un gran rey lenín. Preparado, temible, feroz. Un rey lenín ante quien se rendirán honores y se agacharán cabezas. Un rey lenin al que se rendirán sacrificios y doncellas entregadas por padres complacientes.
- ¿Un rey como tú?
- Mejor, lenincito mío. Cuando yo era un cachorro no existía la Concejalía del Ciclo de la Vida. Tú, en cambio, serás perfecto. Melena frondosa, largas zarpas, potente rugido; un rey de leyenda.
- ¡Yo quiero ser rey lenin!
- Lo serás, lo serás.
4 comentarios:
Buena chufla y gran ironía a cuenta de las ensoñaciones infantiles de esa cuadrilla de leninistas que jamás han leído ni a Lenin ni a Marx, pero que creen que leninismo es CHORRADISMO PERMANENTE.
Estos aprendices de brujos,tendrian que hacer un cursillo acelerado ,de como convertirse en leninistas en un fin de semana.Eso si,nada de imponerle como castigo leer el Capital,saludos,jejeje,
Se agarran cuatro citas, se amoldan a la actualidad, se repiten hasta la saciedad en los canales mediáticos, y ¡voilá!, ya tenemos la intelectualidad bolchevique al ataque.
Eso sí, no le pida peras al olmo: los aleccionados no superarán ningún debate serio.
Tampoco les hace falta. Prima la imagen por encima de la palabra.
Un saludo, don Javier.
Si les imponemos ese castigo, Agustín... leer El Capital... te aseguro que en dos o tres meses, no más, se acaban las ilusiones comuneras.
El problema es que muy pocas personas leen, y menos aún entienden.
Un abrazo.
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