Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

11 ene 2015

Pastores modernos


El otro día hablábamos del penúltimo capítulo de la yihad, en las calles parisinas. Afectados por uno de los males subjetivos de nuestro tiempo, el estrés... la impaciencia... el capricho mocoso... nos antepusimos al final de la historia, pero no fueron 12, sino cuatro más que habían ido a comprar churros y mermelada al supermercado de la esquina.

Hacían cola para pagar cuando otro muyahidín surgido de las posaderas del profeta, armado con un AK47 de 7.62mm, decidió hacer su particular "guerra santa" contra las temibles máquinas de matar que a aquella hora de la tarde y aprovechando un descanso en su maquiavélica tarea, aguardaban su turno para pagar tres tomates y una barra de pan.

En total, dieciséis o diecisiete ametrallados en las calles de Francia.

Los tres matarifes, muertos. Cosidos a tiros. Nada de inmolaciones impías al calor del hogar, todos juntos, después de tirar la basura como buenos vecinos.

Acabado otro acto más de la involución de Occidente, a la espera del próximo, la maquinaria del gran Teatro de los Sueños no descansa. Corrido el telón de la acción para el gran público, detrás, entre bastidores, la actividad es frenética. Maquilladoras dándole sombreado a los párpados; peluqueros perfilando a tijera, corte clásico y sereno... "póngase esto, Subsecretario, que le realza los hombros", dice Enriqueta traje en mano... y todo bajo precisión suiza, milimétrico, pautado punto por punto en el dossier que indica cómo actuar ante estas situaciones. Los actores lo conocen de memoria. Es su libro sagrado, el libro iniciático que guardan en el forro interior de la americana. Se lo deben todo.

A la hora señalada, los actores principales de la gran tragicomedia aparecerán tras alzarse el telón. Agarrados manos con manos, abrazados, aferrados para mantenerse calientes a pesar del frío, cruzarán las calles adoquinadas, cantando canciones de amor y odio de no se sabe qué año de los sesenta. Como son maestros de la puesta en escena, maquiavélica...

... las víctimas irán las primeras...

... para, inmediatamente después, colocarse ellos con sus rostros serios, compungidos, atenazados por la consternación y el drama de quienes les preceden. Ellos, como representación de la flor y nata de la Europa raptada, la que es negada día tras día entre comilonas y alguna que otra fiesta de antifaces venecianos en picardías. Ellos, lobos vestidos de corderos, al frente del dolor del ciudadano de a pie, pastoreándolo según sea conveniente a sus propios intereses bastardos. Las ratas y su Peste, cariacontecidos y helados de frío, temblando de puro terror.

Una noche de esta pasada Navidad, al calor del fuego a tierra, intentábamos poner cara a este miserable, a aquella rata de cloaca, a la viuda de gruesas alforjas... Son muchos, son muchos. Demasiados quienes, siguiendo un oscuro objetivo, debilitan los razonamientos intelectuales de siglos que han ido forjando el alma de Europa, conduciéndola al desastre. Los hay de todos los colores y formas, altos y bajos, creyentes y ateos, listos e idiotas, empresarios y parados, honrados trabajadores y corruptos subvencionados... y todos, hediendo a miedo, prenden mecha a la pólvora, claudicando, accediendo al juego del terror, gritando que el terrorismo no es forma de hacer política... que se sienten, que dialoguen, que se integren, que tomen las llaves del piso de protección oficial, que no nos encierren en guetos, que no se exasperen si los "cambios" no son tan rápidos como ellos quisieran, que tengan paciencia, que se empieza por aquí se acaba por allá, que mañana podréis votar, que la ley cambiará, que qué más da Roma o Medina... qué más da una toga que una chilaba...

Pero esta tarde, si miráis las manifestaciones de París, detrás de las víctimas honorables y delante de los que están demasiado lejos para que lleguen las soflamas de la cabecera... entremedio... encontraréis a todos, todos, todos los culpables de que Europa esté de rodillas, esperando el tiro de gracia, derrumbada tras tantos años de vivir en la más relativa de las nadas.  

Ya ni se esconden. 

8 comentarios:

Tellagorri dijo...

Totalmente de acuerdo con toda la tesis que expones y con el argumentario básico : los europeos o sus líderes han permitido que la barbarie medieval, que ahora asesina, fuera entrando sin trabas en nuestras ciudades.

Esos hipócritas de la multiculturalidad debieran de ser enviados a un campamento de los islamistas del Yemen a conocer lo que tal palabra significa.

Por otra parte nunca ha sido aceptable para las mentes lúcidas que unos pocos en nombre de la libertad de expresión ofendan a las creencias de los diferentes. Basta con ver las sanjuanadas que se montan en países cristianos cada vez que alguien se burla de Jesucristo o de la Biblia.

Lin Fernández dijo...

Lo importante era,la foto de marra entre los mediocres jefecillos de estados en Paris.Pero con la no invitacion al Front Nacional,se les ve algo el plumero,saludos,

José Luis de Valero dijo...

Sin duda que la puesta en escena parisina, en la previa, se desarrolló según relatas. “Tó” Cristo mirándose en el espejo intentando ganar puntos en sus respectivos feudos políticos. Con más miedo que vergüenza, batieron el record de chalecos antibalas caminando casi de puntillas sobre un campo de minas. Porque eso era ayer Paris y es hoy el resto de la vieja y caduca Europa. Un campo de minas con mando a distancia.

Lin Fernández dijo...

Paris fue una fiesta,en donde hasta un politiquillo del tres al cuarto,como Pedro Sanchez asistio al sarao.Con eso esta dicho todo,jejeje,saludos,

Herep dijo...

Legislar acerca de las "ofensas" es harto peligroso, Javier, pues es complicado marcar la línea que no debe cruzarse. ¿Ofende llamar a alguien negro? ¿Ofende llamarle gordo o lechoso?
Pero tranquilo, amigo... verás cómo se calman las aguas de la libertad de expresión y dentro de nada volveremos al redil de la corrección política, auténtico germen del totalitarismo de Estado.

Un saludo.

Herep dijo...

Hombre, amigo neozelandés... ¡hay demócratas y "demócratas"! Mejor no mezclarse, no se vayan a confundir los unos con los otros.

Un saludo, neozelandés.

Herep dijo...

Por las calles de París habían más chalecos antibalas que en todas las armerías de la policía española juntas. Así se las gastan nuestros "estadistas", José Luis.
Y siguiendo el ejemplo de los chalecos, todo... porque así funciona esta "Uropa" burocrática y fantasiosa empeñada en su propio suicidio.

Un abrazo.

Herep dijo...

¿Pedro Sánchez asistió sin ningún inconveniente o se perdió como en los USA, Agustín?