Ayer ametrallaron a 12, de Charlie Hebdo.
Hace unos años corrió como la pólvora el episodio de las
famosas caricaturas de Mahoma, satíricas, y la posterior reacción del mundo
árabe clamando por la condena de los dibujantes. Ardieron tres o cuatro
embajadas, se apedrearon muñecos de trapo y se profirieron todo tipo de
amenazas y rituales vudú bailando alrededor de banderas.
Ayer, decíamos, un comando del profeta ametrallaba a
los 12 de Charlie Hebdo. No lo hacía con un paquete bomba enviado por mensajería
urgente, sino mediante acción planificada y ejecutada según el canon
paramilitar, con fusiles de asalto y munición de guerra. Nada de 9mm ni
"Tytadine, ¡y vale ya!". Montados sobre un coche esmirriado, quizá
híbrido, a pie por la rúe de un París desierto, ejecutando a un gendarme con
rápido y certero tiro al rostro. Zona de guerra.
Los dibujantes, cuyo pena fue trazar la jeta del profeta,
están criando malvas.
A partir de ahí, la Bestia, azuzando.
Occidente está desahuciado, moribundo. El termómetro hace
tiempo que indica calenturas, pero como el enfermo no se quejaba demasiado y con
un Papa pregonando la Paz del Corral, se hacía la vista gorda. Hace unos días
murieron más de un centenar en Pakistán, cada día algún crío en Irak o Siria,
las chavalas que fueron secuestradas en Nigeria, el tiroteo en Canadá, en Sydney...
los gaznates rebanados, las cabezas en picas, azadas cortando cuellos de
niñas... Cada día suceden crímenes semejantes. Cada día arde un negro en
Nigeria, pero como no hay tipos vestidos de blando ni cruces ardiendo,
preferimos ver la cabalgata de Reyes mientras recogemos caramelos, a tres mil
kilómetros del Muro de las Lamentaciones.
Pero ayer el comando corría por las calles de París, la
ciudad de los enamorados, repleta de luz, con sus avenidas y su Versalles. La
París de 1940, su sempre fidelis Resistencia de Petain y Vichy, la de
los adoquines del 68, y sus gitanos, y su multiculturalismo molón con dos tazas
y media de integración. La París del último tango, excitantemente prohibida y
envidiada, siempre elogiada cual una diva entrada en años. Igualté,
Solidarité, Fraternité. Esa era la ciudad que en silencio, sin sirenas,
volvía a ver correr la sangre de hombres libres por la falsa seguridad de sus
calles.
Sangre que no es más que el primer esputo del cadáver
occidental. Todo el esfuerzo destinado a impedir la escalada anunciada ha
resultado en vano. La Alianza de Civilizaciones es una de las quimeras
incluidas en el estribillo de la canción que copa la lista de los más vendidos,
Otro Mundo es Posible, lere-leré, cantada a coro por la Eurocámara
entera, a palmas. La política de brazos abiertos, el laicismo selectivo, el goteo de pateras y buques fantasma rumbo al "campamento de los santos", el
abandono de la imprenta cultural e histórica, la apertura a la "nueva
era", el cortoplacismo... el talante... Talante y diálogo para con las teocracias que manejan
dinero. Mucho pregonar pan laico para correr a las faldas del harén del sultán.
Petróleo, dólares, financiación, y silencio. Después, cuando se muestra la verdadera
naturaleza intrínseca de la religión del falso profeta del turbante, el circulo
se cierra mediante la sutil jugada maestra que leía hará unos días del libro de
Revel. Fíjate tú que habiendo muertos de una sola parte, se mentan los muertos
de una secundaria. Observa cómo aparece el fantasma de los excesos de antaño
para espantar el hedor fresco de los muertos de hoy. Comprende la fórmula por
la cual aparece una justificación, las viñetas, para edulcorar el crimen atroz,
la catarsis reveladora... el suave temblor del miedo.
El Islam como enemigo de Occidente es real, por mucho que lo
neguemos. Abstraernos del plano religioso no hará que deje de existir, ni que
nosotros, los occidentales judeo-cristianos-greco-latinos-laicos-ilustrados, seamos menos
infieles para sus cuchillos. Aferrarnos a la razón no hará que quienes aguardan con la daga entre
los dientes olviden las enseñanzas insufladas en los mil y un centro de culto
que tienen diseminados por nuestros barrios y que ellos, dando otra muestra de
su propósito, niegan en sus lugares de origen. Devanarnos científicamente los
sesos buscando el motivo por el que el hombre obra con malas intenciones no
extirpará el Mal, siempre presente. La sociedad, las ideologías, el
materialismo histórico, el Génesis o un quince en la quiniela... Nada escapa a la
eterna lucha. Tampoco los procesos neuronales que chisporrotean en nuestras
cabezas atrapados en un misterio que, bien mirado, podría ser el germen de la
materia oscura que buscan los científicos.
Ellos están aquí, dentro, y exponen claramente sus
intenciones. Existen mapas, entrevistas, monólogos. Cuentan sus planes para con
la cultura impura que tenemos instalada en nuestras Constituciones. Una
muestra, los 12 de Charlie Hebdo. Nada escapará al Corán. Ningún infiel. El
Libre Albedrío está desterrado. Sumisión. Estado y Alá. Sumisión y Rezo. Alá es
grande. Sin condenas, sólo basura de una Junta que ha redactado un panfleto que
circula por la Red. ¿Su valor? Irrisorio si no lo presentas en la teocracia del
Parlamento del Profeta de Medina, donde se juntan todos los diputados con sus
togas blancas... togas, ¡qué cabrón!... para discutir el próximo plan quinquenal
a aplicar en el desierto.
Pero hablábamos del miedo, y su olor palpable. Occidente lo
desprende en sus portadas autocensuradas, en sus llamadas a la calma, a la
tranquilidad, a no caer en "extremismos" que fueron expiados tiempo atrás, al saber hacer de sus clases
dirigentes y los protocolos de actuación aprobados para este tipo de
situaciones. Ja. Hoy nivel de alerta 2, mañana 3, esta tarde 2 y tres
cuartos... ¿quién ha disparado ahí fuera, legionario?... Todo apesta a tensión y nerviosismo después de
asistir al episodio de realidad que se ha mostrado una vez desquebrajada la
pompa de jabón del buenismo hippie provocado por tanto peyote adulterado post-Vietnam. La
libertad de expresión flotaba en la frágil pompa, y ahora ya no está,
enmudecida. Occidente esputa, más sangre. La metástasis rodea todos los órganos,
la infección es imparable, una muerte inevitable. Hoy fue la revista, mañana un
cine que pase Dumbo, ayer una escuela de música.
La Bestia ríe, en la sombra, viendo el baile tembloroso del
rebaño rumbo al matadero. Ríe mientras balan... y balan... beeee...beee...beee...el Mal... el Mal no existe.... no existe...
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Santiago, cierra España.
10 comentarios:
Excelente post.
El Miedo, sí, como tú lo dices, el MIEDO acogota a los dirigentes occidentales para dejar que los islamistas criminales controlen Europa, Africa y con el tiempo también América.
El gentío se va a hartar de votar a partidos como los de Le Pen en todo el Mundo.
Hoy tu post habla,por todos los blogueros que no tienen miedo de la Bestia asesina,y que mas que nunca se refleja en el fanatismo Islamista.un abrazo,
Da la impresión de que los errores de nuestros políticos nos están llevando a un linchamiento colectivo dónde los culpables somos nosotros, el pueblo soberano.
No es algo que tenga fácil solución porque es una guerra sucia y cobarde donde el enemigo habita entre nosotros y se aprovecha de nuestra sociedad abierta para utilizarla torticeramente en nuestra contra...pero desde luego se pueden hacer muchas más cosas como condicionar ciertas ayudas y convenios a una reciprocidad inexistente sólo para empezar por poner un ejemplo.
No sé si Santiago Matamoros cerrará algún día España a cal y canto, tal y como clamas al final de tu excelente post. Lo que sí sé es que la Bestia campa a su libre albedrío segando gaznates.
Cuando te escribo estas líneas y como explico en mi último post, París está en estado de sitio y los gendarmes andan a tiro limpio intentando cazar a unos yihadistas.
Espero y deseo que los liquiden como podría hacerse con los perros rabiosos. Y aquí en España, que cunda el ejemplo. Que perros rabiosos, haberlos, haylos.
Un abrazo, amigo mío.
No me atrevo a aventurar si la gente votará a partidos como el FN ya que, siguiendo la estela del "madrecita mía que me quede como estoy", puede que la masa actúe como imaginan los arriolescos y vuelva al redil del status quo.
De primeras, en caliente, no son pocos quienes desempolvan fantasmas para calmar enturbiar los muertos presentes. De ahí a la desfiguración de los motivos del crimen, un paso.
Saludos, don Javier.
Hablar por boca de 12, querido Agustín, ya me parece excesivo. No pretendo más. La Bestia o se afronta, o se sucumbe.
Un abrazo.
Occidente anda a la deriva desde hace mucho tiempo, enfrascada en ingenierías sociales particulares que están carcomiendo la capacidad crítica de la población. El barco, mecido por las olas, sin rumbo, es presa fácil de las hordas piratas que pueblan los mares, y el pueblo soberano, banalizado por la corrupción, pretende olvidar que embarcó sin saber nadar.
Al final, con el filo del cuchillo en la garganta, ser culpable o víctima importará poco.
Un saludo, Javier.
Un gran ejemplo que nos da muestra de la poca voluntad de unos y otros: la reciprocidad en el culto. Los petrodólares están financiando mezquitas por doquier, pero ni se te ocurra proponer erigir una iglesia en Yemen o Medina. No se ha alzado la grúa que ya cuelgas de ella.
El enemigo en esta guerra declarada no viste uniforme ni ataca en frentes, sino que utiliza una versión moderna de guerrilla aderezada con especias de infiltración...
... y es esta, la infiltración, su arma de destrucción masiva. Combatirla requiere un enfrentamiento civil y a los "estadistas" occidentales les faltan arrestos, amiga mía.
Un abrazo.
Haylos... y muchos, José Luis.
Aquí, en las costas tarraconenses, se cuentan por miles. Salafistas, para más escarnio, pero parece no importarle a nadie visto el grado de acogida y facilidades que les dispensan las autoridades de la zona.
Yo no sé qué desigualdades denunciará la PEGIDA en Alemania, pero dudo mucho que se diferencien en demasía de lo que vivimos aquí, donde familias montadas en BMW acuden, después de aparcar dos calles más allá, a las oficinas del Ayuntamiento y Cáritas en busca de todo tipo de suministros y privilegios.
¿Y contra esto qué, amigo? ¿Manifestaciones con la camada agarrada del brazo? Caaaa...
Valor y al toro, Valero. Valor y al toro.
Un abrazo.
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