Manolo, Gorka, Curro, Arnau o Isidro... ¡Llámalo "X",
si quieres!... pero esta mañana, al despuntar el Sol, el niño con el que te
cruzas al subir las escaleras del bloque, de uno a otro confín conocido como
infante españolito de a pie, con sus rodillas asediadas por unos pantalones
excesivamente cortos y unos calcetines desgraciadamente largos... esta mañana,
decíamos, ese chaval tan nuestro se ha levantado acompañado por una enorme
ilusión, y la ilusión es tan extraña en estos días... No podía menos que
haceros partícipes de ella, Monos.
Tiene los ojos como platos a pesar de unas ojeras
disimuladas, fruto de una noche de nervios, repleta de peligros que podían
acabar con un deseo que está tan cerca, tan sólo alargando la mano, en el
quiosco de "Y", por el ínfimo precio de una moneda redonda y gorda.
Siete enfermedades de las que doblan las piernas incluso a los árboles han
pasado por la cabeza del mocoso a lo largo de la vigilia, pero, como ocurre
cuando acude Pennywise en las negras noches de tormenta, nada puede contra un búnker
de indestructibles sábanas y edredones.
Voy a ser la envidia de la pandilla. Ya verás, ya. El rey
de la montaña...
... y "X" se bebe de un trago el tazón de
leche blanca, despreciando la porquería amarilla que vive debajo del mar
abierto tras la pantalla de la TV, enorme full equip, casi tan grande
como nuestro rapaz, que ahora se enfunda las botas de agua en este loco Agosto de
calentamiento global antropológico, mordiéndose la lengua de nervioso. La pandilla
la ve reunida en el Fortín, sobre la cresta del viejo algarrobo, pero entonces
llegará él... aferrado al álbum nuevo...
y el cigarrillo de otro de los muchachos, llamadle como vosotros queráis, volará
por la ventana tras haber perdido su paupérrima cota de protagonismo.
Quince segundos de fama... tres caladas compartidas...
nada...
Fracasar no está en sus planes. Con esa inocencia que resiste
durante los primeros años, el querubín español no contempla otro escenario que
no sea el de la victoria, los abrazos y el triunfo de la amistad entre sus
camaradas de pandilla, protegidos por su cuartel general sobre el árbol. La
lluvia de collejas que caería sobre su cogote de presentarse con las manos vacías
no sería tan dolorosa como el menosprecio a su palabra, que él dio en cuanto
corrieron los primeros rumores por los pasillos de la escuela, levantándose
solemnemente y tomando la palabra: Chicos, chicos, yo lo traeré, veréis, y
podremos enganchar los cromos, completando la colección... y podrán poner
cara y nombre a estos héroes nuestros del deporte rey. Así fue. "X" se alzó tras media hora rumiándolo.
Sus amigos callaron, y entre las cuatro tablas del Fortín de la pandilla de la
plaza Estraperlo, retumbó su voz en forma de promesa... y la palabra de un
español, de lo que no carece, es de honor. Sobretodo cuando más joven se es.
¿Los padres? Cosa chupada. Los puritanos del Séptimo Día
pusieron el grito en el cielo desde que el álbum salió al mercado, tachándolo
de "diabólico", "nihilista", "totalitario"
y no sé cuántas palabrejas más de las que el pobre crío no ha oído hablar nunca, pero
la tónica dominante estuvo marcada por el patrón de la filosofía de la máxima
audiencia: primero sorpresa seguida de síntomas de desconfianza, después la tan típica carcajada
y burla hispana para, con gesto altivo, acabar mirándolo todo con soberbia... o
quizá sea envidia... ¿pereza?... da igual, decidid vosotros... los tenemos todos.
Además... ¿un álbum de cromos de los políticos españoles
corruptos? ¿Qué mal puede tener eso? ¡Si todo son ventajas!... los niños
callan, se entretienen alejaos de las videoconsolas, aprenden y, ¡faltaría más!,
van acostumbrándose a lo que les depara el español futuro.
Pobres críos, que se hacen grandes...
6 comentarios:
Ese albún de cromos de POLÍTICOS ESPAÑOLES CORRUPTOS tendrá que ser de tamaño descomunal, y el pobre crío necesitará la ayuda de una carretilla para poder llevarlo.
Pobres críos que no saben lo que se les viene encima...
Un saludazo.
Yo cuando crio me gustaban los cromos del Jabato,hoy se podria colecionar las cabezas de los chorizos que forman los dos grandes partidos.Aunque serian necesario muchos cromos,un saludo,
Una observación preocupante, don Javier, en la que no había caído. Nosotros, los de mi generación, no habríamos tenido ese problema gracias a los maletones que llevábamos a clase, repletos de libros, libretas, mapas y demás utensilios, pero los chicos de hoy, con esas tabletas electrónicas en las que se guardan todos los secretos del conocimiento humano...
Una carretilla, sí, pero sufragada por el Ministerio, no vayan a quejarse los hijos de los parias.
Un abrazo.
No lo saben y, mayor desgracia aún, la mayoría de los pares no muestran interés en enmendar tal situación.
Un abrazo, CS.
No te preocupes por eso, Agustín, que está todo estudiado. Como sucede con el fútbol, se saca un álbum para cada temporada (política) y asunto solucionado.
Un abrazo, neozelandés.
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