"Yo no sé mucho de casi nada" Forrest Gump (1994)
... pero conozco la historia de un pueblo idéntico a ese que cruza por la acera de enfrente. Idéntico como dos
gotas de agua... y es una historia curiosa, la de ese pueblo. Una historia
escrita a espaldas del mismo, como si nada de lo que sucediera o estuviera por
suceder, le fuera importante, relevante o vital. Decidido por otros, escondidos entre las sombras o las cortinas de fastuosos palacios.
Un pueblo que, tras mecerse en las tormentas de unas mentes
que divagan, se enzarzó en una guerra entre hermanos mal avenidos... pues de
esos, de descendientes de Caín y Abel, está el globo terráqueo lleno. Corrompidos
por ideas utópicas, los padres respondieron a las ideas asesinas de los hijos,
y todo se tornó rojo pasión, rojo fuego, rojo sangre.. y azul esperanza. La guerra,
que es muy perra, acabó con la victoria de unos... y aquel pueblo, extenuado
por las batallas, las lágrimas y la locura, vivió treinta y tantos años de paz.
Se marchitaron los odios y se olvidaron los rencores.
Allí, donde pacía aquel pueblo, las heridas cicatrizaron
bajo la batuta del director de orquesta que capitaneó las tropas que se alzaron con la victoria. La música de la partitura no era del agrado de todos, como suele suceder en los
conciertos de cuerda, pero el clima estaba presidido por la tranquilidad, la
estabilidad institucional, el orden social, el trabajo y la posibilidad de
ascender en la arquitectura que se dibujaba ante los ojos del vulgo.
Quien conozca la Historia de ese pueblo... aunque sea poco,
como yo... observará que jamás fue tan prolongada la paz en aquella península.
Un buen día, la Negra Parca vino a visitar a quien
acaudillaba el destino de aquellos seres... y el melón, maduro, se abrió al
romperse la rama que lo sostenía. A pesar de los deseos del moribundo, nada
estaba atado. Nada estaba "bien atado", pues jamás es suficientemente fuerte el nudo. Más bien todo lo contrario.
Su heredero, dinamitado, pereció a manos de aquellos que, desde un tiempo atrás,
fueron etiquetados de "oposición" gracias a una simple y burda cuenta
de la vieja: como no estaban con el líder, eran la lógica oposición. Como no
estaban por la "dictadura", eran la lógica "democracia".
Fácil.
Simple como una suma adulterada. Pensamiento para idiotas.
Credenciales para el desastre.
La Negra Parca pasó... y se puso en marcha la cirugía. Con
profusión de carteles y canciones en las emisoras punteras... "Libertad,
libertad, sin ira libertad"... se vendió, a aquel pueblo despreocupado, la
ruta que tenía que llevarlos al Reino de Oz. Como hacen los pederastas a las
puertas de los colegios, se ofreció un sabroso caramelo a los confiados
niños... y la masa, borracha de deseo, se lo tragó sin quitarle el envoltorio.
Regalaron libertad. Regalaron felicidad. Regalaron futuro.
Regalaron representatividad. Regalaron progreso. Regalaron prosperidad. Regalaron
cercanía. Regalaron igualdad... Regalaron cine X a la vuelta de la esquina... regalaron mil idioteces más, y Juan... José,
Marta, Enrique... todos.. compraron el producto, sin pensar que que, de esas obviedades,
iban más que sobrados.
Olvidaron, o quisieron olvidar, que durante aquellos largos
años habían gozado de una vida plena, realizada y posible... pero, como
usureros corrompidos por la envidia, decidieron que querían más, al precio que
fuese... más, más, más... y allí, en aquella fecha maldita, vendieron su alma
al Diablo como un Fausto de tres al cuarto.
Apareció, entonces, un hombre. Un hombre con un anhelo. Un
hombre confiado, entregado, utópico... e iluso, pues iluso es quien confía en
la bondad innata del género humano. Movido por quienes lloraban por la muerte
del Padre Benefactor con la diestra mientras negociaban acaparar aún más
privilegios con la siniestra, empezó a tejer ese cambio radical que iba a
convertir a su pueblo en el más envidiado del Universo, ejemplo postrero de la
posibilidad de alcanzar la Bienaventuranza a buen precio.
Apareció un hombre que, tras haber vivido a las faldas del
líder, decidió darle un giro de ciento ochenta grados al asunto.
Agraciado con un verbo fácil y zalamero, embaucó a unos vendiéndoles
la moto de la reforma pactada, consensuada, a gusto del consumidor. De camisa
nueva a chaqueta vieja, manteniendo privilegios, compartiendo resultados,
degustando excelentes caldos. Aquella tierra era muy grande y rica. ¿Por qué no
compartirla? ¿Por qué no enterrar los rencores y hacer, de una vez, la Paz?
Prometió reconciliación, olvidando que el pueblo ya estaba
reconciliado. Su deseo, construido sobre cimientos de humo, tan sólo sirvió para limpiar el nombre de aquellos que jamás aceptaron las reglas del juego. La Democracia necesita de hombres cultos y sabios, no de carniceros o demagogos aficionados a la saca y la bomba lapa.
Así, bien peinado y perfumado, abrió las puertas a quienes habían llevado, a aquella tierra, a la pasada guerra, otorgándoles los privilegios que perdieron en la contienda. La unidad y la igualdad del pueblo fue dividida en más
de una decena de parcelas, con sus jerifaltes del Antiguo Régimen muy bien
colocaditos en este Nuevo Compadreo. Todos sentados a la mesa, a disfrutar del
pastel. Reconstituyó viejas y sectarias leyes disgregadoras, al tiempo que
levantaba los edificios que menoscabaron la idéntica identidad de las gentes, ahora separados por barrios, por razas nacionales, por el sonido de los gorgoritos que escapaban de sus bocas putrefactas.
Los altos pasaron a ser bajos, y los bajos se redescubrieron
altos y esplendorosos.
Por contra, aquellos que habían defendido el orden y la
estabilidad hasta días antes, fueron tachados de opresores y enemigos de la
recién parida "democracia", acallándose sus voces dentro de unos
cuarteles que, al poco, han sucumbido al derrumbe generalizado de aquello que fue.
Aquel hombre vendió su particular salto hacia adelante, pero
no contó con la nula predisposición de los atletas. Abrió
los brazos a los autoproclamados "demócratas",
fueran enemigos declarados de la Democracia o amigos fieles del tiro en la
nuca. Reconoció a exiliados, amnistió a criminales, tragó sapos y culebras en
nombre de un futuro mejor... "otro Mundo es Posible"... pero olvidó
que las canciones... "sin ira, libertad"... no son más que eso:
canciones, palabras que se lleva el viento... juramentos que no valen nada en
esta tierra, nacida de sus actos.
Aquel hombre... el último honrado entre ladrones... sembró
la simiente de lo que hoy atormenta a ese pueblo elegido. Fue un vendedor de
crecepelo del Lejano Oeste que, con ese frasco milagroso en el que había
depositado toda su esperanza, vino a traernos aquello que el pueblo sabía, en
su fuero interno, innecesario. De su semilla brotó la corrupción institucional
a todos los niveles, el odio entre iguales, el rencor entre hermanos, el
canibalismo entre vecinos, la impotencia, las cadenas, la inacción... De allí la esclavitud social. De allí la horda de señoritos
clamando por su cortijo personal e intransferible. De allí el cáncer de la
corrosión y la pérdida de identidad. De allí la metástasis de las
Instituciones. De allí la traición personificada, la puñalada trapera, la patada real y la cobardía de las gentes.
De allí la Transición hacia la Nada.
Parafraseando al tonto bueno de la gran película de Robert Zemeckis, puede que yo no sea muy listo... y sepa nada de menos... pero sí sé qué es la manipulación del Amo, el "pan y circo"...
... la adulación interesada ante la tristeza y soledad de los muertos...
... y los errores históricos.
10 comentarios:
Muy bien escrito y muy poetico, aunque la realidad fue mucho mas bruta.
Le llamas el ultimo hombre honesto, yo en cambio le llamo el primer hombre deshonesto,
En cualquier caso destrozo de nuevo España.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/
Completamente de acuerdo con tu necrológica y creo como tú que fue el PRIMER POLÍTICO HONESTO desde hace más de doscientos años.
Buen post
G E N I A L Querido Herep. Pero En Una Cosa Discrepo.
NUNCA FUE HONESTO. SÓLO UN TREPA BIEN PLANTADO, QUE VENDIÓ TRAICIÓN Y DESINTEGRACIÓN DANDO LA CARA POR SU "IRRESPONSABLE" SEÑORITO, QUE LUEGO LE DIÓ LA PATADA EN EL CULO, Porque Como Decía Calderón :
"El TRAIDOR No Es Menester, Siendo La TRAICIÓB Pasada".
Y De Sus "CAMBIOS Y PUTERÍOS" LA MIERDA QUE DISFRUTAMOS HOY.
Sólo En Una Cosa Estoy Totalmente De Acuerdo Con Los "PANEGIRISTAS HIPÓCRITAS Y MAMONES"
"CON ÉL SE VÁ UNA ÉPOCA..."
¡A Ver Si Hay Suerte Y EMPIEZA OTRA MEJOR, Que Algunos Llevamos ESPERANDO MEDIA VIDA!
Un Abrazo Camarada.
Un Brindis Por La JUSTICIA DIVINA A LA QUE NADIE ESCAPARÁ.
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Si por honesto entendemos un tipo que no se lucró con la política, estamos de acuerdo.
Pero más que de honestidad, en política hay que hablar de competencia, acierto, pericia, etc. Suárez fue muy hábil para sentar las bases de un sistema que nos rige desde entonces y que hace aguas por todas partes. A partir de ahí, que cada cual haga su balance.
Buen homenaje en tu post a un politico honrado, como hay poco en nuestra patria,saludo,
No quería utilizar vulgarismos, Geppetto. Quiera o no, ha sido una persona importante en la Historia de España.
Lo llamo hombre honesto porque, según lo poco que sé de él, jamás hizo una fortuna "desproporcionada" a su cargo... no como ahora, que el más tonto hace relojes.
En lo del destrozo de España estoy contigo.
Un saludo.
Supongo que creía que lo que estaba haciendo tendría trascendencia, Javier.
Delante (y detrás), en cambio, había mucha hiena traidora.
Un saludo.
Con el adjetivo honesto me refería al aspecto económico, querido Old. De lo otro, con sus cesiones y regalos envenenados a izquierdistas y separatistas, doy buena cuenta de mi opinión: barro y lodos.
Mucho lodo, como podemos comprobar viendo las alabanzas y bonitas palabras de quienes, como apuntas en tu comentario, fueron los primeros en apuñalarlo por la espalda, entre palmaditas y risas jocosas.
Que tenga, allá arriba, un buen juicio, amigo.
Un abrazo.
... y ¡Riau!¡Riau!
La honestidad no es la mejor vara para medir la acción política, tienes razón, Reinhard. Se puede ser honesto y, al tiempo, un patán de campeonato... capaz de, con una sonrisa campechana, aprobar Estatutos de Autonomía, legalizar partidos antidemoráticos o aplicar políticas económicas dignas de un lumbreras de la LOGSE.
Un saludo.
En España no existen políticos honrados. La cosa ha degenerado tanto que, una y otra palabra, tienen significados antónimos.
Un abrazo, neozelandés.
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