Carpe Diem...
Carpe Diem, les dijo el profesor Keating a sus alumnos
mientras les entregaba un sobado libro de poesía romántica norteamericana... o
europea... o de vaya usted a saber de dónde.
Los miró... miró a los chavales que tenía enfrente, y les dijo
eso tan muñido... "Carpe Diem. Aprovechad el momento, chavales.
Exprimid la vida como si fuera un zumo de arándanos. Apretad. Fuerte. La vida
pasa rápido... es rápida... muy rápida, la vida. Muy rápida"...
mientras los tíos se observaban con una mirada en la que se mezclaba la
sorpresa, la incredulidad y el deseo.
Alumnos de un colegio bien... con su Gran Salón rodeado de
estandartes en los que se leen, bordados en hilo dorado, los lemas del tugurio:
Tradición, Honor, Disciplina, Excelencia, y la Paz en el Mundo... los
adolescentes, que apenas aprendieron a sonarse los mocos ayer, no están
acostumbrados a las palabras de un tipo como Keating, diestro en grandes
pensamientos, aspavientos al recitar los poemas, rojo de pasión. Pasión que les
contagia, los posee como un abrazo de una amante, como la embriaguez que
acompaña al vino.
Aprovechad el momento, chicos. Pensad durante las noches.
Apartad a Morfeo y dejaros llevar por vuestros pensamientos, vuestros sueños...
Desead. Aprended cómo hacerlos realidad, y vividlos.
Mañana es tarde.
El profesor es un hombre sabio.
Un hombre.
... y, fuera, todo son lobos.
Boudelaire. Whitman. Lord Byron. Tras años de beber de
ellos, su mente se amoldó a las rimas asonantes, los versos prohibidos,
expresionista... y se dejó llevar en una lucha eterna que hoy, después de
cuarenta primaveras, resta en tablas. Las musas de la Realidad se amoldaron a
su mundo, y así es feliz... el profesor Keating... con sus manías y su carácter
explosivo e imprevisible. Y el Mundo, conociéndole preso en su propia urna, es
feliz.
Carpe Diem, dicen los chicos, con los ojos muy abiertos.
Y despiertan a sus sueños, esta noche, y se ven cortejando cien chicas, mil
chicos... o chicas y chicos, todos juntos, jugando al enredo en plena bacanal
romana. Esa noche, uno no duerme... y otro, despertando del suyo, se adivina
disfrutando una vida de lujo y corrupción, de negras gafas al son de Little
Green Band... y cochazos tuneados por ingenieros japoneses.
Dos en vela.
El tercero, el cuarto... leerán sus mundos esta noche,
venciendo al sueño, y todo será éxito, hedonismo... Carpe diem en un
mundo nuevo, que ellos dibujarán según sus ideas y en el que los pilares, enormes
columnas que elevan los estandartes de antaño... y cientos más... serán
derruidos para elevar otros diferentes. Todo entre rosas, buenos caldos,
sabrosas uvas.
Un sueño, profesor Keating. Un sueño del que usted, hombre
sabio, salió sin más pena que gloria... en tablas, ¿recuerda? Ellos... los
chicos...el Mundo... No, profesor Keating. Ellos no saldrán de esta tan bien
como usted. Ellos no son sabios, más bien siervos de la Realidad. Usted lo sabe.
Esa es la condena impuesta por la sabiduría.
Carpe Diem, muchachos...
... vivid antes de que la cruda realidad os atrape y devore.
Amad, cantad, creed, beber, reír, sentid... No, No, ¡esto no!... Amad, sí, pero
como amaría Romeo, de aquí a la eternidad... ascended como Santa Teresa...
honraos de gloria al son de los versos que entonan quienes apuestan todo a un
ideal, a un color... y pierden. Degustad el amargor del vasto mar, trabad
amistad con un Platero cualquiera... aplastad zumo, chicos... ¡este zumo vuestro,
sin edulcorantes traídos de fuera! Rebelaos. Romped la poesía. Empezad de
nuevo... aún no es tarde...
La Sabiduría tiene un precio, profesor Keating. Usted lo
sabe...
... ellos, lo intuyen.
Hoy, sin embargo, las cosas han cambiado. El Mundo...
siempre raro... ha cambiado. Su Eje se ha roto. La balanza, alterada. Los
placeres, las vidas al descubierto, las oportunidades de saldo... Se esfumaron,
como las alegres golondrinas. El patio quedó desierto, triste, alejada toda
esperanza. ¿Carpe Diem, profesor Keating? Ni aunque lo deseáramos, profesor. Ni
empujando con todas nuestras fuerzas podríamos, profesor Keating.
No quedó nada. Nada. La corriente se llevó hasta los vicios.
Las virtudes eran cosa del recuerdo, pero los vicios... el dinero quemado de
ayer, las colecciones de bragas, los diez cubatas de anoche, los viajes, los yates,
la publicidad de colonias al llegar la Navidad... La vida se ha tornado un
infierno. Una miseria. Una desesperanza, profesor Keating.
Aprovecharía el momento, profesor Keating... si supiera cómo.
Oh, capitán, mi capitán!... y el chaval se sube al pupitre.
¿Quién no quiso un buen capitán que le llevase por los
senderos de la Gloria? ¿Quién no quiso una estatua en una plaza? ¿Quién no
quiso ganar el único galardón que puede robársele a la Muerte? ¿Quisiste La
Gloria del Recuerdo? ¿Fuiste tú? ¿Fue cuando tu pie se asentaba sobre el
pupitre? Porque alguien me dijo que hubo gente que lo deseo... levantarse...
apostar a un color... decidir... soñar... buscar las tablas, de inicio... ¿Fue
ese el capitán que buscabas? ¿Valía él la eterna condena? ¿Era el sabio que
hizo que se abrieran tus ojos?
¡Oh, capitán, mi capitán!... ¿Dónde estás, capitán?
2 comentarios:
El "DESPERTADOR" Es Un TRASTO MALDITO QUERIDO HEREP.
Y Suele Acabar Estampado Contra La Pared el DORMITORIO...
Lo Mismo Que El PROFESOR "DESPERTADOR DE ESPÍRITUS LIBRES", DESCACHARRADO O LAPIDADO.
Hace Mucho Tiempo, Yo Intentaba DESPERTAR A MIS ALUMNOS "HISTORIA EN MANO", Hasta Que DEscubrí El Secreto...
¡Meterles En FAENA A BASE DE BUENOS EJEMPLOS REALES Y SENCILLOS!
Porque ¿De Que SIRVE UNA "ARMERÍA O ARSENAL" SIN MAESTROS Y TÉCNICOS?
¡El ROMPECABEZAS DE LA VIDA ES ASÍ!
¡La POESÍA GUERRERA SÓLO NACE Dentro Del Hombre, Cuando ÉSTE, Ha Dejado De TEMER A LA VIDA Y LA MUERTE Y Se LANZA HACIA DELANTE A CONSEGUIR SUS SUEÑOS!
Lo Demás ¡NECIA PALABRERÍA!
Un Abrazo GENIO.
Un Brindis POr La LUCHA BIEN LIBRADA.
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Debió ser usted un profesor modelo, querido Old, de esos que hoy tanto se echan en falta.
Viene al caso una conversación que tuve con un compañero cuyo hijo está a las puertas de entrar en el glorioso sistema educativo español, y me decía que él llevaría a su vástago a un centro nuevo, abierto recientmente, en el que se aplicaban nuevas técnicas pedagógicas... técnicas que enfatizaban en el "aprendizaje libre"... al ritmo del niño... sin presiones... como el río que fluye tranquilo...
Le prometo que, por respeto a los códigos éticos, no me reí en su cara.
Así estamos, camarada.
Un abrazo y un fuerte brindis por esos ejemplos reales y sencillos.
¡Riau!¡Riau!
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