- Pss…
- ¿Qué pasa, Negro? ¿Qué coño quieres? ¿No te he dicho mil
veces que no me molestes mientras estoy echándome la siesta?
- ¡Vete a la mierda, viejo!... aquí con tus tonterías… ¿Qué te
piensas, que estás en el Palace? Mira… mira… Ahí está el nuevo. Mira que bichas
lleva, el muy corderito.
- ¿El biche?
- El mismo. Todo el pabellón lleva días esperándolo.
- ¿Entraba hoy?
- Sí… creo que sí… ¡Deja de planchar el camastro y levanta
el culo!
- Ostia puta, tío. ¿No te he dicho que ya lo he visto?
Estaba delante de mí mientras repartían el rancho.
- Je. Seguro que el Cazos no se ha cortado un pelo.
- Para nada. Sepiajo… y de los grandes. En todo el puré… y
encima me ha parecido que le decía algo, el muy tío lila.
- Seguramente le habrá preguntado si estaba bien de aliño…
Es muy amable el gordo cabrón ese.
- Seguro. El menda se ha quedado helado… como una piedra…
hasta que el sarnoso del botiquín le ha dado una buena trompada.
- No parece tan chungo…
- No. Los pelaos tienen la boca demasiado grande, negrata.
Te lo he dicho un millón de veces. No te creas nada de lo que dicen los pipas.
No piensan más que en montar embolaos para sisar todo lo que puedan.
- Jodidos tres-catorce…
- Jodidas ratas.
- El gitano de la lavandería dice que está más limpio que
una patena. Ni un tatuaje… ni una cicatriz… nada…
- Buf… ¿limpio? Ja. Veremos cuánto tarda en hacerse dueño de
algún cinquillo. Igual que tú, como empiece a correrse la voz de que eres un
quincallero.
- No me jodas, viejo. Yo no soy un puto lilas, ¿entiendes?
Llevo más en la trena que cualquiera de los que hay en esta galería.
- ¿Tú? Tú no eres más que otro gallito pavoneándose por el
módulo. Un verraco muy echado para adelante que está teniendo suerte en el
trullo. Vas de aquí para allá trapicheando con tu manada de mulas y tienes
buena mano con el pincho… nada más. Tu ruina es tanta que…
- ¡No me jodas, puto decrépito! Ya lo sé. Me voy a pudrir en
esta mierda de cuartucho, pero no hace falta que me lo repitas veinte veces al
día. Además, ¿tú que te piensas? ¿Crees que verás la bola? Si estás para el
arrastre, abuelo.
- Todo lo que tú quieras, payaso, pero yo ya llevo tiempo
aquí, y sé de qué hablo. El día que me alcances, te explico. Mientras tanto no
eres más que otro quinqui con humos de mafioso.
- Te recuerdo que duermes en la lit… ¡Guapita! ¡Guapita!
¡Dame un cuscús, guapita! ¡Mira, viejo! ¡Mira! ¡Lo colocan en la garita de
enfrente! ¡La modelitos de carnes prietas!
- ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor! ¡Carne fresca en la
cocina! Gallinita, gallinita… ¡Oh, qué plumas más bonitas llevas! Ya verás cómo
revolotean por aquí las mariposas… Pero… ¿lloras? No, mujer, no… ¡No llores! Te
vamos a tratar muy bien… entre algodones, princesa…
- Viejo.
- Dime.
- Este no aguanta.
- Ya te lo dije.
- Oye… Jincho… Sí, sí, tú… No tengas tanta prisa por meterte
en la pecera, hombre. Dime, ¿qué ha hecho nuestro vecino guapetón?
El funcionario de prisiones, eternamente hastiado, mira al
recluso con desdén.
- Se desentendió de su perro, bujarras. Decía que no tenía pasta ni para operarlo. Era el animal o sus mocosos desnutridos.
- No jodas… ¿y la Seguridad Social Animal? ¿Ya no funciona?
- Claro. Pero se negó
a pagar su cuota con el fisco.
(Silencio)
- ¿Viejo?
- Negrata, coño. No me hables. Te he dicho que quería
echarme un rato.
- Ya, tío, pero… ¡Joder! ¿Qué coño hemos hecho nosotros para
que nos metan a un kie así en nuestra galería?
- ¡Ostia puta, Negro! ¡No me jodas, eh! Ahí delante no hay
nadie, ¿vale? Si te hubieras molestado en aprender a leer sabrías que estos
tipos son muy peligrosos. No tienen compasión, coño. Son criminales, tío… de
los chungos… Yo pensaba que los metían en el Módulo C… el de los
condenados a la freidora… pero, por lo que parece, les falta sitio.
- Pero, ¿y ahora qué vam…?
- ¡Qué te calles, maricón! ¿Tú sabes qué nos puede pasar?
Ese de ahí es un enemigo público, hombre… un renegado… capaz de anteponer su
vida a la de su mascota, tío. ¿Tú sabes qué es eso? ¿Tú sabes cuánto te puede
caer por algo así?
- Tienes razón. Es inhumano… ¿qué coño le enseñarían en la
escuela a ese julai?
- Vete tú a saber. A lo mejor no fue nunca a la escuela,
como un paria… pero que no te escuche llamarle julai, Negro. Esta gente está
muy loca y no quiero levantarme cualquier mañana pringado con tu sangre infectada
de bicho.
- No, no… tranquilo. Paso.
- Estos tíos no tienen moral, Negro.
. No, viejo. Son unos bárbaros. Unos criminales… unos
carnívoros…
8 comentarios:
Qué gran facilidad la tuya, amigo Herep, para describir determinados ambientes. En esta ocasión, por medio de unos diálogos desnudos, que no cuentan, en ningún momento, con el apoyo narrativo. ¡Muy logrado, sí señor!
Un cordial abrazo.
Jajajaj que güeno, no sabia compi que te codeabas también con los Kie 13. El tiempo que hacía que no oía la expresión jinchu o jincho. Lenguaje de talego, maco, chopano, chabolo.
Bueno como dice Tío Chinto esta nikelao el dialogo, escribe un serial que aquí tienes un lector asegurado.
Saluditos.
Hoy le dio por el vocabulario marginal.Solo falta un video de Los ChiChos digo yo,un saludo amigo Herep.
¿Donde has aprendido eso? Qué bueno..!!
:D:D:D
Nos puede venir bien a "los monos", por si las flais...
Te lo agradezco, Tío Chinto.
Los diálogos golpean más fuerte que la narrativa, tienes razón... y el tema de la corrección política hacia los animales necesita de puñales que despierten conciencias.
Un abrazo, maestro.
Sabes, Zorrete... la jerga que se habla en las calles es muy parecida a la penitenciaria. Cuando pensé el tema, descubrí que muchas palabras de la trena se utilizaban también en los parques.
Pero que conste que las busqué en Internet, eh! Ninguna experiencia en ese sentido.
Un abrazo, figura.
Los Chichos o los Chunguitos, Agustín... que viene a ser lo mismo.
El lenguaje es algo vivo... y el español, vivísimo.
Un abrazo allende los mares, neozelandés.
Jajajaja.... tranquila, que los Monos no necesitaremos de esas artes.
Antes deben cogernos.
Un abrazo, Candela. Y, como le dije a Zorrete, mucha de esa jerga la rebusqué en la Red. No tengo conocimientos propios.
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