Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

15 feb 2011

Sangre y Arena

Por lo que sé, la Generalitat se ha tirado para atrás y ya no se podrá cazar jabalíes en Collserola con arco y flechas, a lo indígena. Me parece raro que no prefirieran la caza del susodicho con lanza y taparrabos, pero todo se andará, tranquilo.

Curiosa la mentalidad de los antitaurinos y los ecolojetas. Ante la compañía de soldados pertrechados con sus guerreras, sus pinturas de camuflaje y sus cuchillos de combate, amén de los arcos compuestos, dichos defensores de los animales no han abierto la boca, contrariamente a la campaña que llevan realizando para erradicar (tarea conseguida) la conocida como Fiesta Nacional. ¿Será posible que la defensa de los animales haya sido tan sólo una excusa para erradicar las corridas de toros de Cataluña? ¿Defensa de los animales, o ataque a la tradición española? No estoy seguro, pero creo que no se ha montado ninguna performance en la Plaça Sant Jaume con los activistas desnudos y embadurnados de sangre.

Porque, no nos engañemos, no es comparable el espectáculo proporcionado por la lucha entre un hombre y un toro, y la batalla entre varios hombres y un jabalí. Cómo comparar un señor enfrentado a un toro armado con una muleta, con una cuadrilla de personajes atacando con armas de alcance a un animal que no tiene cuernos. El torero se arriesga a una cornada… los cazadores, a una indigestión durante el desayuno.

O sea, que el tema no gira alrededor de la defensa de los animales. Al igual que el pacifismo y el ecologismo, la defensa de los animales es otra patraña de los progres para deshumanizar al hombre, y humanizar al animal. De los Derechos Humanos hemos pasado a los Derechos de los Animales. El Proyecto Gran Simio, creo que se llama.

Es una tradición bárbara, te dirán los prohibicionistas, pero otra tradición como los castellers donde, de vez en cuando, alguien se estrella en la caída y queda para-tetra… o simplemente muerto, no es reprochable, ya que la tradición es la tradición. Y estas hablando de una persona, no un animal. Faltaría.

Recuerdo haber estado un par de veces en corridas de toros, hace mucho tiempo. Mis padres me llevaban cuando estábamos de vacaciones en Andalucía, ya que ellos son aficionados y esa es buena tierra para la tauromaquia. Algunas veces han estado también en la plaza de toros de Tarragona y Barcelona, pero ya no podrán ir más, a no ser que quieran ver un concierto de Bosé o Sabina, que es para lo que han quedado aqui las Monumentales.




Pero España es un país pequeñito y desplazarse de una esquina a otra no es tarea complicada. Así que, cuando empiece la temporada, sacaré unas entradas para deleitarnos con el pelaje negro, jabonero o sardo del toro; acojonarme con su cornamenta e intentar averiguar si es bizco, cornalón o astigordo; y disfrutar con verónicas, pases de pecho, chicuelinas o molinetes que nos dedique algún torero mientras se juega la vida ante el morlaco, intentando pasar a la historia de la lidia. A lo mejor ese día, si la faena es buena, el toro será indultado y pasará el resto de su existencia en ese harén con el que tanto sueñan los hombres.

Si eres cochino jabalí, el indulto es una utopía.

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