Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

30 sept 2022

... de perdedores...

 
Nací en Arcadia, capital Chirigota Española, s.l.
Tierra de verde prado, dorado campo, mar calma. Redes sin dioses volvían rebosantes; nombres comunes y lolitas con trenzas a la vieja usanza, modo occidental al ofrecer el pan… bachilleres de pantalón corto… música en clave de sol, do a lo sumo… chistes con gracia… sobremesas de olor a humo…
Arcadia de bienestar, Estado.
Mejillas sonrosadas.
El mayor martirio para el querubín tipo era, apenas un año, marchar allende las lindes, a vestir el verde mimetizado, lejos de padre y madre y tutor y asistente social y espíritu santo manifestado bajo forma de Gran Abrazo constituyente.
Arcadia feliz. Oh, Estado.
Sacrificio fue un palabro olvidado tiempo ha.
En su vacío, alrededor, todo es Impuesto. Sanidad. Educación. Todo impuesto bajo el influjo del sudor alegre, el aplauso, y las fiestas de guardar en la casa del populacho.
Junto al sacrificio, desvencijados, abuelos desdentados corroídos por el alzheimer -los afortunados-, o de memoria prostituida por nietos proxenetas en busca de honores democráticos impostados ganados en guerras dibujadas por cobardes.
Abuelos… nietos… y, entrambos, padres… oh, putos padres… borrachos de Arcadia, de Ítaca, de Edenes fantasmagóricos tejidos por Penélope a la sombra de una mentira y un viaje de ida y vuelta.
Ahí nací.
Bajo la Mentira.
Preso por la atmósfera apática de los tiempos fáciles.
Engullido, Oh Estado, por la náusea blandengue.
Desesperanza por quienes, tras este ejército de simios, serán fuertes en los tiempos difíciles.


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