Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

10 abr 2020

Procesión de muertos



Tú eres el que no encaja. Naciste 40 años tarde o 40 años pronto. Mi hija lo sabía. Que Dios la bendiga. Y tus hijos lo saben, especialmente Murph. Antes mirábamos hacia arriba soñando con qué lugar ocuparíamos entre las estrellas. Ahora  miramos hacia abajo, angustiándonos con qué lugar ocuparemos entre el polvo.
Interestellar.

Viernes Santo, día de calvario y pasión.
Caprichosa, esta Semana Santa de 2020, década de feliz añada loca que ha cambiado las procesiones de nazarenos por el paso silente de los ataúdes. 
15.000, oficiosos, recorriendo, penitentes, las abandonadas calles de la geografía española al amparo, no ya de los cirios, las saetas y las lágrimas de las casaderas con mantilla y traje ceremonioso, sino de las palmas trasnochadas, los vítores acongojados y el rezo -"a cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad"- en apología del dios menor del todopoderoso Estado de Bienestar entonado a capella desde los balcones que retumba a lo ancho y largo de todas las esquinas de la morgue.
Las imágenes de los santos y las vírgenes han sido sustituidas por las estampitas de los sanitarios enmascarados bajo un traje de superhéroe confeccionado con bolsas de basura e impresoras 3D, la policía abandonada a su suerte que ahoga su llanto mediante el cante de aniversarios felices... un ejército suplicante frente a unas autoridades sectarias... y el torrente lúdico-festivo de la parrilla de unos medios de comunicación autóctonos regados de indulgencias laicas siempre prestos a reflejar el estado de ánimo de la audiencia aborregada que anda muy preocupada por las jornadas de barra de bar que se le escurren entre los dedos merced al confinamiento dorado que conlleva este moderno valle de lágrimas que le tocó vivir en suertes... rutina anhelada que no volverá a pesar de todo.
Las promesas individuales devienen en mentiras colectivas. La penitencia, tocada por el halo del Estado, es pura soberbia. La pandemia, una fiesta en ciernes. El cuerpo de los mártires, menos números escritos a lápiz... fáciles de borrar, propensos al cambio interesado... Hoy un cadáver aquí, mañana un entierro allá... un hijo llora mientras recorre la vía dolorosa por la que cree que anduvo su progenitor mientras la plebe, mirada inyectada de inquina, aplaude y canta esa adaptación del viejo dicho de "el vivo-el bollo-el muerto-y-el hoyo" que hoy suena con letra de "sobreviviré".
Muere el padre,
y el hijo... perdónale porque no sabe lo que hace... vitorea la gracia de no ser un prescindible anciano, socializa el vermú con el hasta ayer desconocido vecino del segundo cuarta, graba con su celular una elegía destinada al mundo hermanado por el virus, comunero, que la recibe y ríe y la reenvía a otros que siguen riendo al tiempo que escudriñan lo ceñido del pijama del protagonista o lo bien que sientan las ondas en la media melena bob de la guapa huérfana. Velatorio digital y extremaunción 2.0 bajo la tutela cimbreante del magisterio eclesiástico de negra sotana y anchas y teóricas tragaderas liberadoras, más pendiente, hoy, del terruño cenagoso del superhombre de género neutro que habita la Tierra que de ese Reino inmaterialmente dialéctico que no es de este mundo.
Así transcurre el calvario actual; esta es la pasión de los tiempos posmodernos.
Desidia, chistes, muerte y aplausos.

3 comentarios:

Lin Fernández dijo...

In post digno de los tiempos que estamos viviendo.cuidese maestro.

Enrique TF dijo...

Tiempos macabros y desde el punto de vista que ofrece mis 70a, mucho más. Es como andar entre pantanos solo, sabes que si te caes, adiós mundo, es decir, paliativos o al panteón directamente. No es esta una situación, ni un Pais para viejos.
No obstante una buena forma de luchar es mantenerse con el ánimo alto ¿Qué como se hace? ... eso ya no lo sé, pero lo intento.
Un abrazo

METAL dijo...

Putos recortes en la sanidad pública