Nadie es nada. Todos son
sílabas que se resumen
en un romance sin nombre
y en un olvido sin cruces.
¡Cómo se achica aquel bravo
y aquel capitán se pudre!
Y la miliciana aquella
de entreabiertos ojos dulces
con su fusil y su «mono»
muerta, en la yerba, de bruces...
¡Qué montoncillo tan leve
de campanillas azules!
Pero Dios sabe los nombres
y los separa en las nubes.
J.M. Pemán
Una,
porque España solo hay una, esta, con sus mil variedades y su uniformidad de destino.
Grande,
porque enorme es el bagaje que atesora y portentoso el legado que ha de venir.
y Libre,
de la satrapía del mal llamado gobierno y los mercaderes templarios de la usura.
2 comentarios:
Hoy se cumplen 80 primaveras,de aquel fatidico dia en donde una vez mas,nos liamos a tiros entre hermanos de sangre.Un recuerdo que siempre tendriamos que tener en la memoriaria,para nunca repetirlo,saludos,
Una guerra civil más, Agustín, de las muchas que hemos sufrido. Quizá ha sido la dejadez y desmemoria que mencionas la causa de que vuelvan a desenterrarse los viejos odios que nuestros mayores creyeron superados. Escuchar a los conocidos despotricar sobre la GC no hace más que reafirmarme en dichas suposiciones.
En nuestra mano está solventarlo.
Un saludo.
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