Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

25 feb 2022

La Guerra



La Guerra… que es muy perra… vuelve a Europa.
Atención a la distinción, Monos, pues hablamos de Europa, la triste y raptada y macheteada Europa… 
… no ese engendro conocido por estos lares como Uropa, pocilga de mercaderes y usura globalista institucionalizada que pulula cual fantasma por la cuna-ciénaga del protestantismo molón progresista de género neutro, hábitat de lucecitas de colores, generales al piano, furúnculos no-go-zone y padres llorones convenientemente aleccionados en alianzas de civilizaciones.
A esa Peste Negra nunca volverá la Guerra. 
Ellos –brujos ideólogos– la han desterrado, ignorado, no existe. Es una invención de no sé qué imperialismo neo-lo-que-mejor-les-vaya, cosas de ricos… de nazis en tierra desnazificada… asuntos de patrias, de banderas con las que hacen mofas limpiándose el culo o sonándose los mocos enfarlopados… La Guerra, la Guerra… Ja-Ja…
… se ríen, ellos, fieles del fin de la Historia y el principio de la Memoria, bailando al son del mequetrefe de Liverpool y su atómica compañera de cama de suite de hotel, que ya se sabe que la vida son dos días y, lo vivido, será aquello que se comerán los gusanos cuando acaben con los huesos bajo tierra… o incinerados en la urna de color chillón –cosa moderna, ¡válgame el señor!– que la viuda guarda y contempla al posar la mirada tras, entre anuncio de puta adúltera y puto maricón, levantarla del televisor, órgano vital y amigo fiel del otro mundo es posible que aguarda a la vuelta de la esquina, pasados los años del oprobio de la libertad.
Sic transit gloria mundi…
… pero la Guerra, que es muy perra, no transita, no muda, no desfallece, sino que aguarda, agazapada, a que el hombre, sea nuevo o viejo, entorne los ojos obnubilado por su soberbia para, de súbito… ¡zas!... arremeter con un zarpazo de realidad y rasgar las cortinas del Templo salomónico donde habita la negra viuda madre de mil bastardos.
Tras el chasquido, los lloros, pues el Mal en el mundo, afincado ya desde los sabios filósofos romanos –si vis pacem para bellum– hoy  despechados y pateados hasta las filas del desempleo por la caterva de pedagogos logsianos… no se vence con zapatos de tacón masculinos, dietas bajas en calorías, coches eléctricos o golpes de nalga a ritmo de twerkin.
Ahí está, la muy perra, aunque tú le mandes un beso de despedida y ella no te responda entornando la mirada, mi amado querubín de sonrosadas mejillas y morritos prietos y poliamor al por mayor.
Ahí está, y es real como el sudor frío que recorre la espalda en la negra noche.

… O tempora, o mores….

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