Entre los particulares la locura es poco frecuente; entre los grupos, partidos, pueblos y épocas, es la regla.
Friedrich Nietzsche.
Vamos, andando deprisa, alcanzando la próxima meta volante de nuestro camarote de los líos.
Lo que allí habría durado el calentor de un café, aquí lleva décadas pudriéndose.
Y mientras se decide, se duda, la gente se solivianta, el vecino deja de callar la afrenta, el uno amaga y el otro -en un descuido- asiente con la quijada prieta, contemplas fotos viejas en blanco y negro y la sonrisa va tomando los tintes de la nostalgia.
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