Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

7 abr 2017

Avisperos



El USS Ross y el USS Porter, destructores de la US Navy con base en Rota -donde forman parte del escudo anti-misiles de la OTAN-, llevaban unos días navegando por el Mediterráneo cuando, al llegar alrededor de la isla de Chipre, han soltado cincuenta y tantos Tomahawk directitos a una base aérea de Siria.
A estas alturas, todos estaréis al tanto de la noticia, y del ruido.
Esta noche charlaremos del tema en la Sala X, así que mejor será marcarme unos puntos que contribuyan en la ardua tarea de intentar averiguar cuánto más ha de hincharse el avispero que nos trajeron las primaveras árabes.
Para ponernos en antecedentes, recordar que hará unos días nos sirvieron de menú las imágenes de civiles -profusión de niños- asfixiándose entre horribles sufrimientos y espumarajos. Los rebeldes, hijos de la primavera, dicen que fue la aviación del ejército sirio la causante del crimen al lanzar bombas con gas sobre los pacíficos vecinos de la comunidad, y al-Ásad, el hasta anteayer hideputa amable, se defiende diciendo que el gas estaba allí: o almacenado en alguno de los recintos alcanzados o traído a la carrera para su desprestigio por las brigadas de la agitación y la propaganda.
Si difícil es pasar por alto la vileza de los rebeldes, expertos en rebanar cuellos a criaturas de pocos años, no lo es menos encontrar una razón para bombardear un pueblucho sin valor estratégico con agente nervioso -agravando la estulticia el hecho de ir ganando una guerra que lleva desangrando al país la friolera de seis años-, pero tampoco se puede olvidar que no es la primera vez que al-Ásad le da al botón del arsenal químico, pues fue por los primeros días de conflicto cuando Putin, tras un episodio parecido, se implicó en el desarme de su aliado mientras Obama, el nobelado, se envainaba su largo miembro viril y pacificador.
Su sucesor trompetas, en cambio, no ha hecho lo mismo. Para él las investigaciones realizadas con varias víctimas por los científicos del hideputa turco, la palabra de los israelíes y la ñoñería uropea al son de un piano de cola, han sido suficientes para que, contraviniendo sus propias palabras -y amargándole el desayuno a más de un devoto convencido-, soltara sus pájaros sobre la base aérea desde la que salieron los aviones sirios, arreándole al sátrapa y dándole oxígeno a los moromierdas.
Se rumorea que Rusia, con sólida presencia militar en la zona mediterránea de Siria, fue avisada del vuelo de los Tomahawks useños, pero lo que sí parece confirmado por su ministerio de defensa es que, de los cincuenta y tantos pájaros, sólo llegaron al nido alrededor de treinta, y, según se aprecia en algunas fotografías, hay hangares intactos salvaguardando aviones de caza impolutos. Que se activaran las modernas baterías de defensa antiaérea o que el ataque fuese más simbólico que táctico podría ser un buen tema de discusión esta noche, como también podría hablarse largo y tendido acerca de la teoría de quienes creen que con esta acción el halcón useño ha pretendido poner freno a los desmanes de la segunda potencia en disputa, ese oso ruso acostumbrado a las victorias por retirada de los días pasado, al tiempo que daba un toque de atención -y trompeta- a los asiáticos del otro lado del océano Pacífico.
La única cosa clara, eso sí, es el ruido... la propaganda, de guerra o política, la geoestrategia de barra de bar, el escozor sarnoso del antiimperialismo ajeno, el prejuicio insano de los cobardes, la soberbia infundada de los salvaguardas de la humanidad... y el hedor de la muerte.
La guerra, monos, es muy perra.
Y los hombres son lobos.

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