... dando inicio la nueva era: la era de Trump.
La era de la posverdá, según los filósofos modernillos de
mierda. Un tiempo en el que la mancha humana desistirá de su lucha diaria por
responder esos grandes misterios de la existencia terráquea que vienen atenazándola en
su deambular hacia el reino de (h)Oz, y coz. La fluctuación caprichosa del los
moscosos en la oficina, la jodienda a diestro y siniestro en los vestuarios de
la fábrica o averiguar por qué no venden en las librerías el papel con el que
se imprimen los billetes de cien, dejarán de ser las quimeras indescifrables
que desvelan la paz de su alcoba.
Ya no más grillos grillando en la negra noche.
Todos, borregos, darán por buenas las excusas y harán
propios los enemigos ajenos. Desayunando, esta misma mañana, mostrándose orgullosos señalando las tres enormes columnas del titular, habrán
fanfarroneado diciéndole a sus doñas, o doños, o duñus, que estaban en lo
cierto... "lo dice tontolaba, ¿ves? Ha contado un chiste disfrazado de
pingüino y, entre sílaba y sílaba, ha dicho que elputoenano es un joputacabrón"...
porque no podía ser de otra forma, un presentimiento flotaba en el aire, se
habló del tema en las letrinas de la estación del bus... todo son chorradas,
no hay que ser licenciado para saber eso, más vale empoderamiento en mano que
democracia volando... y asi, mecido por el viento que es amo del firmamento, el analfabeto lumpen, diluido como un lacasitos en
manos de los poderes fascinerosos de Satán, olvidará la vieja máxima de ese
primer comunista rey de los judíos... la verdad os hará libres, hermanos...
y se arrojará en brazos del individualismo salvaje y el vicio patricio.
Ande yo caliente, ríase la verdad... y su puta madre.
Algo, más o menos, como se ha venido haciendo en la era anterior,
la era de la mentira.
Revolucionaria mentira, y revolucionarios mentirosos quienes
ahora lloriquean, perros y apaleados en la ciénaga de la náusea que les es
propia. Eco-generación encoñada plurinacional de género neutro, tan ducha ella
en adecuar los hechos a su ciencia, experta en el somero arte de la manipulación
histórica, económica e intelectual a todos los niveles, bastardos aventajados
de lysenkismo científico de nivel C y pedagogía gramsciana de lennonismo
hippie, hoy, lloran como nenazas sobre el cadáver del aleccionamiento
parasitario que han cantado, cuales sirenas, a un populacho envilecido.
Dicen... dicen, no: gritan a los cuatro vientos aupados por
la rama modernilla -de mierda- de los medios comprometidos con la libertad de
expresión, que la verdá no es verdá sino posverdá porque la verdá verdadera sólo
la posee la progr(h)ez, que ya dijo Zapatero, el Felón, que la libertad os hará
verdaderos, y ellos, memocracia real ya, son la gente y todo lo demás es
fascismo.
Exacto.
Habló de putas la Tacones.
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