El SI nos ha pasado un vídeo en el que unas ratas cortan la
cabeza de un chaval con un puñal profiriendo alabanzas a un dios menor en algún
rincón entre el Tigris y el Éufrates.
Muchos de vosotros os estaréis mofando de esta pobre milicia
tachando al Ejército de los 12 Monos de perfectos incompetentes bobalicones. ¿En
serio se requirió al Servicio de Inteligencia para interceptar unas imágenes
que circulan libremente por La Red? ¡Vaya tropa!, pensarán un buen número de
ciudadanos-de-este-país-de-países, peones inconscientes del nuevo mundo que está
siendo construido hilo a hilo, mosca a mosca.
Pero no ofende quien quiere, sino quien puede... y anchas
son las espaldas del Mono Sitel. Con las coordenadas exactas, ensombrecerían
incluso a la mismísima NSA.
La errata vino dada por el silencio administrativo sufrido
por la cosa pública, y sus altavoces privados de gran calado. Ni una palabra, ni
una imagen, ni un acorde de la banda sonora.
Mono Sitel, confiando en la debilidad que sienten los
ciudadanos-de-este-país-de-países por los derechos de los débiles, jamás pensó
que una abominación como esa pudiera ser omitida por los guardianes de la salud
pública. Horas y horas escuchando las conversaciones de un billón de
intelectuales post-Muro de Berlín han terminado viciando su sexto sentido.
Durante la cena acostumbra a contarnos anécdotas acontecidas
durante sus escuchas, y noche tras noche, al acostarnos, maldecimos las
palabras que nos han llevado al desvelo, plagadas de chismes de organizaciones
pidiendo parné para salvar a los críos del cuerno de África (y para cerrar el
regateo pecuniario con el que se ha de saldar la dedicación de la alta
personalidad de la alfombra roja que balbuceará entre cortinita y cortinita de
estrellas), o interceptaciones de reuniones secretas en las que se firman
manifiestos al dictado de la nomenclatura de corbata, flauta y popper de la III
Multikultural Reino de Hoz (y coz), por no mencionar las mamandurrias que
menudean mientras desencripta el trigo de la paja en el incesante bombardeo
mediático con el que los arquitectos de la corrección socialdemócrata de la
Habitación 101 nos enumera las injustificadas víctimas del maltrato, los
esclavos hispanoamericanos que trabajan en las minas cuando deberían estar
tocando la ocarina, la trata de blancas provenientes del Este... los críos
ahogados en los mares de la egoísta Europa del antiguo régimen a derruir...
... y, entre tanto trabajo, con tanta inteligencia y
contrainteligencia, ¿cómo no creer imposible que una atrocidad como la sufrida
por el inocente crío de doce años pudiera ser omitida por los
ciudadanos-de-este-país-de-países?
Ay, confiado Mono Sitel...
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No mostréis piedad alguna, pues ninguna habréis de recibir. Aragorn.
ESDLA. Las dos Torres.
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