Con talante

¿Sabes, Iluminado? Te voy a dar a mis 12. Para que formes gobierno.

Eres ladino, pero voy a dialogar. Como decís con esa gracia tomando gintónics en la cafetería pública, voy a jugar al métela-sácala, al quítate tú que me pongo yo, al rey y sus vasallos. Te daré el gustazo de ser Presidente, Iluminado, una vez más; lejos la vergüenza de ser el único que no renovó mandato de pleitesía al Amo.

Dilapidador de mayorías, bufón claudicante, bufón en la piel de toro, te doy mis 12.

Ahora bien, no todo es gratis, y nada es eterno.

A los dos años, deberás haber pagado el presente con una nueva ley electoral...

... que erradique la burla actual. Una nueva ley que no prime los votos según el lugar de procedencia -secuestrada por espurios intereses periféricos-, y que consagre idéntico valor al ciudadano. Y a doble vuelta, para cercenar de raíz la humillación en la que habéis convertido la dignidad de los españoles siempre que habéis sentado vuestras posaderas en los butacones de la casa grande.

Miserables, ahora somos el hazmerreír de medio mundo.

Después, a por la reforma judicial.

Aquí, también, nueva ley. Patada al trapicheo que os lleváis entre manos y vuelta a empezar. Cerrojazo al ministerio (político) de la cosa vuestra, licenciatura de gran parte de los bufones que os hacen la corte desde los tribunales superiores y, otorgándole la independencia de Poder que dicta la Constitución Española, dejar que la Justicia vuele sola. Sin injerencias ni escuchas. Sin elecciones ni cuotas. Independiente, sin más.

¿Acaso albergáis algún temor, privilegiados?

Dos años, Iluminado. Tiempo más que de sobras.

Después, si queréis y os sobran fuerzas, entramos en faena y actualizamos la carta magna. No son pocas las cosas que, con el paso de los años y las nefastas experiencias repetidas... y repetidas... y repetidas... se han demostrado harto deficientes, y deficitarias, y diferenciales y disgregadoras.

Preguntémosle a la totalidad de los españoles. Verá qué sorpresa, verá.

Dos años, no más.

Si lo consigue, le cedo el mérito.