La moto rugiendo, la verde campiña con el idílico pueblecito al fondo, Steve McQueen arremangado saltando cercados y mirando hacia el infinito... hacia la libertad...
Es una película mítica la que hemos visto esta noche en la
Sala X.
Una película que conocemos de principio a fin... y no por
ello perdemos la ingenuidad del primer día, el nerviosismo que precede al éxito de la fuga, la consecución del objetivo último, vital... la tan preciada
libertad, una vez saltada la muralla de espino, atravesados los barrotes de la celda,
quebrado el tormento del cautiverio y sus aterradores focos gigantes. Historias de prisioneros de guerra que
mueren. Historias de prisioneros de guerra que escapan. Historias de héroes y
villanos, al fin y a la postre ingrediente común en todos los guisos del Gran
Teatro de los Sueños. Vestidos de verde o de marrón, con la barba de Chuck
Norris, la parsimonia del caballeroso perpetuo Morgan Freeman o la agilidad del cancerbero Rocky Balboa en su pachanga de solteros contra casados, los
prisioneros son comidos por ratas, electrocutados con baterías de lancha
motora, inyectados con mil sueros y virus putrefactos para, al borde del último
suspiro...
... darnos el segundo de gloria de la película, La Gran
Evasión...
... mientras se escucha el clímax de una banda sonora
interpretada por la Filarmónica de Viena en pleno -viento, cuerda, percusión- y
en la pantalla, intercalados para mayor efecto cómico, van sucediéndose los
rostros cariacontecidos de unos carceleros burlados... y aunque la película no
da para más, mientras corren los títulos de crédito, espatarrados en nuestra
butaca, alimentamos el morbo de imaginar qué torturas disciplinarias acarreará
tamaño despiste por parte de los peones del sistema penitenciario una vez los
jerifaltes sepan de la tocata y fuga.
Ya sabéis, Monos. El Séptimo Arte... la Realidad y la Ficción...
el Bien y el Mal... los sueños, que sueños son.
Todo esta sinopsis desubicada para traer a la palestra la
Gran Evasión de presos de la ETA que, bajo la dirección magistral de don Mariano
Rajoy Brey, el Iluminado, será estrenada, dentro de pocas semanas, en los
mejores cines de Chirigota Española, s.a. ¡O no, vaya usted a saber, ya que
visto el beneficio que dan en taquilla las películas españolas, posiblemente el
Gobierno pase, directamente, a estrenarla en DVD, o vídeo BETA... o
"zeta", de ZP, otro formato ruinoso que parece estar
de nuevo en alza!
Pero una cosa es segura, Monos: habrá película. La grabación
está en marcha y, aunque sea de tarde en tarde, los protagonistas están
trabajando, se pulen las posibles asperezas judiciales del guión y el enfoque, a pesar del
tiempo transcurrido desde que la productora inició los tanteos allá por Perpiñán,
entre café y txacolí, sigue inalterable e inamovible. En ruta, todo correcto. Según cuentan en los
mentideros más selectos de la subcultura, los exteriores ya se han grabado, con
abundantes figurantes jubilosos acompañando las evasiones por la puerta grande
de los etarras, televisadas en muchos casos, a escondidas en otros, previo
chivatazo tecnológico. Cárceles como Soto del Real, Caceres2, La Modelo y
Herrera de la Mancha, han puesto toda clase de facilidades para que el equipo
pudiera trabajar con total garantía, contratando, incluso, equipo de seguridad
para proteger la huida, no fueran a abalanzarse sobre ellos algún familiar
valiente con poco que perder o el fantasma de alguna de las trescientas víctimas
cuyo caso no se ha resuelto todavía... ni se resolverá viendo cómo se juegan
los cuartos en palacio.
No se escatiman medios en la productora de don Mariano,
Iluminator Productions. Sobra el dinero y la película no es película sino
megaproducción, con fastuoso vestuario de época, la anteriormente citada Filarmónica
y un sinfín de aparatitos y artilugios mecánicos y digitales con los que se
controla todo y se sabe todo de todos. Si las cosas salen bien, si no hay
"aristas" ni "intrusiones" interesadas de algún poder
descarriado, la cinta puede convertirse en la gallina de los huevos de oro,
conseguidora de premios, triunfadora en la noche de los Oscar, digna del Nobel
de la Paz y, bien guisada y emplatada, capaz de conquistar un buen puñado de
Elecciones Generales.
Triunfará, Monos, lo veréis. Al gran rebaño le gustan las
películas de héroes y villanos.
2 comentarios:
Esa Gran Evasión ya se está produciendo desde que el Marianico está en funciones, porque la titular es Mari Loli.
Y creen los productores que van a conseguir votos cuando tales pelis ahuyentan hasta a los más melindrosos.
La audiencia es muy caprichosa, don Javier, y es muy posible que se acabe tragando el cuento gracias a la excelente campaña de publicidad que están haciéndole los medios afines, para los que el terrorismo etarra ya es agua pasada.
Un abrazo.
Publicar un comentario