16 de Julio... las 19:19h. en un rincón del Mar Mediterráneo,
mirando la difusa línea del horizonte, ebrio de Karamázov y hastiado de
pechugas de sesentonas desfasadas, me descubro divagando sobre el verano, las
vacaciones y lo fría que está este año el agua, mientras al fondo, surgida de
las profundidades del sarao que organiza el hotel chusquero de turno, viene el
sonido de una sirena apática. Seguramente algún chalado con pretensiones habrá saltado
desde la sexta planta del hotel, directo al borde de la piscina, donde aguarda la
silla de ruedas de la tetraplejía.
Otro más... y para esto, para la idiocia transmitida de unos a otros, no
hay vacuna.
Lacra que se extiende, más mortífera que la
Negra Parca, peor que la Peste Negra. El virus mortal surfea los aires como surcan, las
olas, los mares. Todo lo abraza, todo lo puede, nada escapa. Los hombres,
condenados, respiran el aire de la civilización moderna, caduca, y unos a
otros, sin beso o caricia, inoculan la ponzoña de la estupidez infinita... ¿Dónde
va Vicente?... y el rebaño se hace grande, inmenso, desbordando la paciencia
del que todavía mantiene cierto criterio, aunque este sea erróneo.
La originalidad, la diferencia, el "no" firme, arrogante, está muy
mal visto en estos tiempos nuestros, plagados de ideales vacíos y palabras
huecas, donde el rebaño aguarda El Reino de Oz que espera tras el sendero de amarillas baldosas... y hacia allí
se dirige el vulgo, cantando junto al hombre de hojalata, el león cobarde y el
espantapájaros hecho de harapos, miseria y migajas.
Esta Peste, ¡maldita sea su estampa!, cuenta con una
ventaja, o maldición, a gusto del consumidor: no hay furúnculos, no aparecen
costras, no se hunde la vida, no... todo lo contrario: el ánimo se hincha, se aviva la soberbia, se alimenta la gula... todos, Monos, los tengo todos... hasta
convertir el pecado en virtud, trastocándose el orden de las cosas, convirtiéndose
la ciencia en la nueva religión, todopoderosa sobre el cielo y la tierra, que ya no es único, sino un mero plano en una tela de araña de cuerdas y supercuerdas cuánticas... tan abstractas como la fe del carbonero.
Gracias al milagro de la plebe, cualquier quinceañero puede
volar de balcón en balcón, beber ríos convertidos en vino o echar una cana al
aire sin necesidad de preocuparse por la fecundación de los cuerpos. También la
vida se alarga mediante toneladas y toneladas de fármacos enchufados en vena, o atragantándonos
con tanto producto "light" y "bio-ecológico-sin-aditivos"
para celíacos y extraños asmáticos. Pasta de dientes blanqueante, bronceador en tubo, vales descuento
para sesiones de mesoterapia con chocolate negro o verde cáñamo... Las mil y
una fuentes de la eterna juventud, a la vuelta de la esquina, tan solo
levantando el pandero del sofá tras un ligerísimo esfuerzo.... y las viejas serán
jóvenes por siempre jamás, estrenando faldas y morros todas las vísperas del
Santo Patrón, en la Plaza Mayor, orgullosas de los murmullos de la Lola, esa
viuda que... lagarto, lagarto... sigue llevando luto por un esposo muerto
quince años atrás. También los jubilados a los sesenta y pocos, podrán
disfrutar de una eternidad jugando a la petanca o al mus. Más años de los que
anduvieron estudiando, allá por su infancia, infinitamente corta en comparación
con esta nueva "edad dorada" en la que, ¡alabado sea el Señor!,
incluso les funciona mejor el pellejo que les cuelga entre las piernas.
Aparto la vista del buque mercante que se aleja Mediterráneo
arriba y, posando mi mirada alrededor de este centímetro cuadrado en el que me
acurruco, contemplo los milagros de la modernidad nuestra, aquí y ahora, en
forma de cincuenta mil almas arramblando con esta playa que, antaño, no fue más
que un lodazal odiado por ese hermano cuya herencia lo bendecía con un pedazo de tierra que
no producía nada más que mosquitos.
Ahora, miles de contagiados se pelean por cada parcela de tierra,
clavando sombrillas que, al levantarse el viento, se tornan jabalinas en busca
del ojo despistado. Neveras repletas de agua del grifo y latas, bocatas de
chorizo de Cantimpalos, colillas, alguna compresa que flota, algún sifilítico que mea...
... y una horrible sensación de agobio, de superpoblación,
de infección y contagio.
La Peste se hace fuerte y no hay escapatoria.
Justo ahora, un pelotazo en toda mi mollera. Medio kilo de arena, risitas, ni disculpas,
ni perdón... ni perdono. Maldita tu suerte, chaval... y me vuelvo a mi reflexión
diaria, cerrando los ojos y deseando que, sea por "h" o por
"b", la Providencia barra con todo, desparasitando esta tierra
corrompida por la podredumbre, la náusea y la idiocia.
No sería la primera vez que se nos jode la fiesta. Durante
toda la triste y nimia Historia que cargamos a la espalda... atiéndase, como
ejemplo, al s. XX... han sido muchas las ocasiones en las que, de un escobazo, se
ha cerrado el chiringuito antes de la medianoche.
Con suerte no deberemos esperar mucho para que, el viento, sople con fuerza.
---
Dejo aquí el enlace a la magnífica película... When the wind blows... que da titulo, y sentido, a esta paranoia veraniega.
... y perdonen, pero yo no tengo amigos que se llamen "Vicente".
Como en tantas otras cosas, ando sólo.
6 comentarios:
La masificación de lugares de veraneo o de pasar las vacaciones es un coñazo dificilmente soportable para quienes dejamos de jugar con el cubo y la pala de arena.
Un Aplauso GENIO. La PESTE Ya No Es Tan Aparentemente TERRIBLE, Porque El AROMA PÚTRIDO, ES LO QUE LA CHUSMA RESPIRA A DIARIO.
Hará Falta Algo más Que Un Poco De VIENTO,Y Una Escoba, Aunque Sea La Del DIABLO ASMODEO,Para Limpiar La POcilga En Que Unos MISERABLES GENOCIDAS, Han Convertido Este MUNDO Que Todavía Es El NUESTRO, Camarada.
Sin Estacazos Nunca Hay Aprendizaje Digno De Tal Nombre Y Me Temo Que Pronto Tendremos Ocasión De Escenificar El Cuadro De GOYA Y Ya Veremos En Que Queda La Cosa.
Porque Cada Paso Hacia EL ABISMO, NO TIENE VUELTA ATRÁS.
Un Abrazo Camarada.
Un Brindis Con Cerveza Fresquita
Por La VERDADERA JUSTICIA Y LA ESCOBA FLAMÍGERA QUE ARRASTRE A TANTA ESCORIA.
Que Tengas Buenas Vacaciones Si Puedes Tomartelas
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Veranos tranquilo,no problem.Aqui en New Zealand,en verano puedes recorrer playas kilometricas sin un alma,y sin un zombies pegandote pelotazos,jejeje,saludos,
Un infierno, la costa, por estos días, Javier. Pero, aunque, queramos o no, uno acaba por acostumbrarse a estas vicisitudes, aquello a lo que jamás me haré a la idea es a la impertinencia del turista que cree que todos están de vacaciones como él... o, peor aún, que todos le deben pleitesía por el mero hecho de estar de veraneo.
Pues el tema vacaciones no pinta muy bien, pero no me escuece, Old, ya que el mar está cerquita del Cuartel General, por lo que el verano, aquí, dura más de tres meses.
También yo creo que la escoba no será suficiente y que Asmodeo, a este paso, tendrá que venir con una escuadra de paladines, pero no hay otra salida y, como apuntas, a cada paso que damos hacia el abismo, mayor será la desinfección a la que deberemos hacer frente.
Será un espectáculo magnífico.
Brindo con esa cerveza fresca por una justicia verdadera y ciega que ponga un punto y seguido a esta historia zafia que nos rodea, amigo.
y ¡Riau!¡Riau!
Sana envidia, Agustín. Eres un hombre afortunado, no como yo, que ando con los nervios a flor de piel cada vez que me acerco a la playa.
Sana envidia, sí.
Publicar un comentario