Génesis Carmona. Miss Venezolana. Asesinada. |
Nosotros, a pesar de ser un ejército de Monos, siempre hemos
tenido muy clara cuál es la posición de los animales dentro del juego de las
especies. Ya de pequeños, en la escuela pre-LOGSE, se nos enseñó que los
hombres... los seres humanos... están en la cúspide de la cadena alimentaria,
por lo que la relación con los demás seres vivos que habitan el Planeta Azul,
está basada en la superioridad jerárquica.
Para bien o para mal, el Hombre es quien ostenta... o
debería ostentar... la capacidad de raciocinio. Si el Tyrannosaurus rex
hubiese sido el agraciado con el arte de darle funcionamiento a la materia
gris, otro gallo cantaría. Seguramente seríamos nosotros quienes paceríamos en
dehesas o en pordioseras pocilgas igual que hacen los los toros o los cerdos,
esperando nuestro particular San Martín, hinchándonos de tanto comer mugre sin
tener ni idea de nuestro final apoteósico como manjar especial en el
restaurante de moda de la capital de los Diplodocus.
Pero las cosas son como son... y los Hombres están ahí,
firmando con sus intelectos la imprenta del futuro.
Lo cortes, eso sí, no quita lo valiente. Estaremos arriba, pero
eso no impide que amemos con saña todo lo que habita el reino animal y vegetal.
Sin ir más lejos, y a modo de ejemplo, decir que, hace unos años, cuando las
rotativas se pararon para anunciar la muerte de Copito de Nieve, algún soldados
de El Ejército de los 12 Monos lloró desconsoladamente. Escondidos, eso
sí. La vergüenza, cuando los hombres lloran, se endurece como el diamante. Lo
hicieron quizá influidos por este ADN tan simiesco que nos corre por las
venas... o, quizá, porque ese mono albino les recordaba la figura del abuelo
que se fue... No lo sabría decir, pero cuando hablamos de lágrimas, prefiero no
preguntar demasiado.
Hay heridas que es mejor no curar.
Pero toda regla tiene su excepción... y la nuestra, quien
hace saltar por los aires nuestro amor por los animales, es otro chimpancé
venido a más: el Gorila Rojo, también conocido como Hugo Chávez Frías, del que
tal día como hoy, se cumple un año de su partida hacia el Cielo de los Libertadores...
donde aguardan Simón Bolivar, el Ché, Néstor Kichner, José Marti, Allende...
Zapata... y demás comparsa del Kalashnikov.
Su muerte no fue acompañada por lágrimas de tristeza.
Tampoco de alegría. Alguien, una vez, me dijo que no era honorable alegrarse de
la muerte de los demás... así que no nos felicitamos en exceso. Brindamos con
cava extremeño, pero sin que la sonrisa nos invadiera el rostro. Doy fe de
ello.
Aunque, a diferencia del orangután blanco encerrado en un
zoo de la Ciudad Condal, este Gorila Rojo no se fue dejado un irremplazable
hueco. Gorilas albinos no hay más, pero macacos rojos... ¿Por qué será que
siempre hay recambio para "lo rojo"? Muere un iletrado utópico
pero, al instante, aparecen cien. La palma un intelectual de la ceja pero, antes
de final el parpadeo, surgen medio centenar con Goya y todo. ¿Por qué será que
"lo rojo" nunca sucumbe, no se extingue, no pasa "a
mejor vida"? ¿Será porque se enseña en las escuelas? ¿Será porque la
Utopía es como ese sueño que, incluso en su lecho de muerte, el iluso nos
intentará vender como "postrero bien común de la Humanidad"?
Sea como fuere, el Gorila Rojo se marchó una mañana soleada.
Dejaba tras él una auténtica camada de primates color rojo... rojo fuerte,
subido... rojo sangre. Lo tenía todo atado y bien atado. Tras el General, vino
el conductor de autobuses Nicolás Maduro... perfecto ejemplo de cómo la democracia,
capitaneada por analfabetos, puede encumbrar a la cúspide al más zopenco del
rebaño... sujeto incapaz de, tan siquiera, embalsamar el cadáver del líder de
la progresía mundial, mareado como estaba ante tanto "pajarito"
bolivariano revoloteando a su alrededor.
El fiel escudero Maduro, enfrascado en su chándal
multicolor, tomó las riendas de Venezuela... o, mejor dicho, de lo poco que
quedaba de Venezuela. Decía Chávez, ante el aplauso de la camada de ratas
progresistas de siempre, que el futuro sería "Socialismo, o Muerte"...
y tenía razón. Más aún: el pueblo no tuvo que elegir, pues las dos opciones le
fueron brindadas.
Venezuela fue Socialismo, y fue Muerte. Al más puro estilo
del Putsch de Múnich, el de la boina roja... "exprópiese"...
intentó alzarse con el Poder de forma golpista. Derrotado, pasó unos años en el
penal, donde escribió su particular Mein Kampf y fue engrosando... y
endiosando... su figura ante la opinión pública. Una vez fuera, caído ya el
gobierno que antaño intentó derrocar, tan sólo tuvo que montar un partidito
político para, aprovechándose de los réditos de su acción pasada y una verborrea
populista muy al uso en las repúblicas bananeras analfabetas del orbe entero, alzose
con el poder mediante elección democrática...
(que nadie dijo que la democracia fuese la panacea)
... para, acto seguido, empezar la modificación de la
Constitución vigente, amoldándola a su imagen y semejanza: una Constitución
para gorilas... rojos. Para hominoides siempre prestos a apretar el gatillo, a
las primeras de cambio, contra todo tipo de disidencia, por raquítica que esta
sea. Para "rojos" simpatizantes de la democracia popular,
parida por el pueblo allá en sus populosos barrios de chapa, tejados de uralita
y cartón, donde la vida humana no vale ni el escupitajo que escapa con el
estornudo.
Lo que siguió lo sabemos todos: nacionalizaciones forzosas
ante el aplauso del populacho enfervorizado, expropiaciones violentas
auspiciadas por las risas de los parias de la favela, persecución y cierre de
los escasos medios de comunicación que osaron cantar las verdades del
barquero... y "azufre", mucho "azufre" contra
todo aquel que el Gorila Rojo, en su programa televisado en horario de máxima
audiencia, considerara enemigo... ya fuese "Mister Danger", el
"fascista" de Aznar, el cabrón de Colón... puto conquistador
que arrancó a los pueblos suramericanos del "paraíso de la Pachamama"...
y tres o cuatro sujetos más, todos dignos de la bilis del orangután metido a
demócrata.
Todos dignos de las balas de la Guardia Nacional Bolivariana.
Un buen día, Chávez pilló una "cosa mala".
Una enfermedad de esas que el Imperio... azufre, azufre, azufre... va soltando
por el aire para que los libertadores sucumban. Mil viajes al edén cubano no
pudieron dar con la solución... cosa rara, oigan... y, calvo e hinchado, el
Gorila Rojo se fue...
... y los pájaros se quedaron cantando, a la oreja de Nicolás
Maduro, las bienaventuranzas del Socialismo del s. XXI.
De aquello ha pasado un año... pero Venezuela, como bien
auguró el difunto, sigue siendo... es... "Socialismo, y Muerte".
Miradlo. Contempladlo. Observad cómo, hoy, la
miseria del Socialismo se ha apoderado de todos los medios de producción de la
rica Venezuela... qué desgraciaita tú eres teniéndolo tó... podrida de
petróleo pero sin papel higiénico en los supermercados... ni aceite de oliva,
ni carne, ni leche, ni huevos... ni nada de nada, Monos... Tan sólo hambre,
derrota y largas colas para recibir la migaja del desprecio.
Y Muerte, por supuesto. Eso, en este Socialismo del s.
XXI... como sucediera con todos los Socialismos de todos los siglos habidos y
por haber... que no falte en los badulaques, en las droguerías, en las
farmacias y en las demás tiendas de servicios esenciales. Por doquier, la
sangre y las balas, rebotan contra los huesos de los venezolanos que todavía no
se han plegado a la servidumbre del perro apaleado. Jóvenes, estudiantes secuestrados a plena luz del día,
viejos desdentados, generales afincados en el fortín de su patio trasero...
misses preciosas acribilladas a tiros... Todos en primera fila, gritando y
aguantando la respiración entre aires cargados de humos lacrimógenos, fuertes
tras la barricada, ajustado el pañuelo con los colores de su Patria... prima hermana
de España... aguardando de rodillas, brazos en alto, la llegada de la
Motorizada que los arranque de sus casas, a plena luz del día, para llevarlos a
la Lubianka caribeña.
Ahí están, los valientes...
... aguardando la Muerte que acompaña al Socialismo.
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Ante toda esta mugre violenta, los projetas españoles
callan.
Pero, ¡ojo!, no os hagáis una idea errónea. No callan
porque les de vergüenza el asunto o se sientan incómodos ante los
acontecimientos que están sucediendo en la República Bolivariana de Venezuela.
No, no... ni mucho menos, Monos.
La progresía española calla porque esperan que, por una
de esas triquiñuelas del destino... aupada por el silencio vomitivo de los
medios de comunicación españoles, a sueldo de los Hijos de la (puta) Viuda...
toda la masacre y violación de los más básicos derechos humanos con los que
tanto llenan sus alitosas bocas demagógicas, pase sin que el hipnotizado pueblo
español se entere de nada, abstraído por el "caso Neymar", los
invisibles "brotes verdes" o el alumbramiento de la hija de Isabel
Pantoja.
Recordad que, para la Gran Camada, el Gorila Rojo es su ídolo...
y Venezuela, con su Socialismo y Muerte, el ejemplo a seguir.
Recordadlo.
Recordadlo... y nos veremos tras las barricadas.
8 comentarios:
Así es : el socialismo siempre arruina a toda población en donde se establece y ya lo predijo Churchill a mediados del siglo XX.
Gran descubrimiento el tuyo : LO ROJO NUNCA DESAPARECE ni se entumece. Qué desgracia para los pobres venezolanos.
El socialismo real y su búsqueda del hombre nuevo siempre fue algo bastante chusco: no digamos ya cuando esto se plasma en las Américas.
El kamarrada Pocho va a hacer bueno a Gorilator, todo es susceptible de empeorar...
pOS nADA QUERIDO HEREP.¡MÁS MIERDA Y MÁS SANGRE!¿HASTA CUANDO?
UN ABRAZO GENIO Y QUE SALGA EL SOL POR ANTEQUERA, A VER SI SE ENTERA ALGUNO...
UN ABRAZO Y UN BRINDIS POR LA LUCHA, SÍ, "PERO IGUALADA", PORQUE HASTA AHORA, COMO DECÍA UN PERSONAJE DE SVEN HASSEL "SOLO TIENE VALOR EL QUE EMPUÑA EL LADO BUENO DE LA METRALLETA".
DEP LA POBRE MISS VENEZUELA Y SU POBRE PUEBLO ¡ÁLCESE ARMADO CONTRA LA TIRANÍA COMUNISTA,-QUE NO CESA-
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Nunca desaparece, Íñigo. Juega con las buenas intenciones de la parroquia... y así, con buena cara y dándote palmaditas en la espalda, te la clava en cuanto puede.
Quien mucho se preocupa del bien de los demás, algo esconde.
Comprobado
Un saludo, y bienvenido. Feliz Domingo.
Las Américas... Pensar qué eran y en qué se han convertido causa un profundo desconsuelo, Reinhard.
Casi tanto como pensar qué era España y en qué se está transformando.
En eso tienes razón, Maribeluca. A medida que pasan los años, el dicho ese que reza... "otros vendrán, que bueno te harán"... se hace más y más entendible.
Un saludo y que pases un buen Domingo, guapa.
Otro que tengo apuntado en la lista, Old: Sven Hassel, aunque no me es fácil encontrar libros suyos. Supongo que, igual que pasó con Jean Raspail, tendré que "buscar" en medios menos oficiales.
En cuanto a Venezuela, cada día me da más asco el silencio no ya de las izquierdas, cosa lógica y mortal, sino del Gobierno, con el fantasma Margallo a la cabeza, tan vehemente él para según qué cosas. Será que aquí, el iluminado, no puede sacar tajada, verás...
Un saludo, Old... y que pase usted un buen Domingo. Brindemos por ello, camarada.
¡Riau!¡Riau!
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