Tal día como el que está a punto de irse al traste... 4 de
Febrero... pero del año 1945, se celebraba en Yalta la reunión de los tres
tenores de la época: Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Iósif Stalin...
reyes y protagonistas supremos de la ópera que, durante aquellos años, arrasaba
toda Europa.
La II Guerra Mundial tocaba a su fin y los tres "libertadores",
en la cúspide de su popularidad, se reunían para ver cómo se iba a repartir el
pastel que estaba a puntito de salir del horno. El chocolate para vos, el
bizcocho para usted... y la figurita que adorna la tarta, para un servidor.
La Guerra, Monos, es muy perra... y esa, la que sembró medio
orbe de cadáveres y vientres preñados, lo fue más que ninguna... repleta de
traiciones; de aventureros románticos reventados por una granada o un mortero
mal conservado; de heroicidades que, como acostumbra a suceder entre los
recodos de los libros polvorientos, han pasado desapercibidas para el gran (y vulgar) público...
violaciones en masa... genocidios consentidos y, ya fuera por unos o por otros,
aplaudidos a rabiar... bombas atómicas que arrebatan el aliento a quienes ven
la deflagración sentados en el sofá o a través de las ventanas de la escuela de
primaria...
Dicen que la Historia, después de todo, la escriben los
vencedores... o, según el narrador de Braveheart, "... aquellos que
cuelgan a los héroes". Seguramente será cierto, pues ahí arriba, en la
foto que presenta esta absurda reflexión vespertina, aparecen los tres de los
ases de la baraja... mano buena, absurdo el farol... Ellos, triunfadores, son
protagonistas de mil y una epopeya, ya sea con el puro, la silla de ruedas
chirriante o el bigote que esconde la sonrisa burlona. Ellos, triunfadores, han
pasado a la Historia como los "defensores últimos" de la Civilización
Occidental, aliados hasta la última de las consecuencias, aunque su relación no
fue fácil. Roces, chantajes, coacciones, palmaditas en la espalda al pobre
tullido en las últimas, burlas soterradas a ese fumador de puros que, aún
victorioso, veía como su antiguo imperio quedaba reducido a una estrecha y
alargada sombra...
... y muertos. Miles de muertos. Millones de muertos, Monos,
ya fueran en las ciudades alemanas, todas repletas de mujeres y niños, en las
ciudades de cartón piedra de los japoneses allende los mares... o en los Gulags
rusos que, como setas silvestres, brotaban allí donde antes se había erigido un
campo de concentración.
Muertos, venganzas, tierras quemadas... y, a la vuelta,
muertos, venganzas y tierras quemadas.
La Guerra, que es muy perra.
De esos, perdedores todos, poco se sabe y menos se escribe.
Los aristócratas que, llegado el sábado por la noche, se engalanan para acudir
a la ópera ofrecida por los tres tenores aliados, nada quieren saber de esos
pequeños contratiempos, o daños colaterales. El negro del esmoquin y la pedrería
del vestido estrella de Milán, poco soportan el humo de la carne chamuscada de
tanto cadáver olvidado en la negra noche de los Tiempos.
La Historia se escribe pisando cráneos... y quien esto no
comprenda, corre el riesgo de verse pisado por una basta bota.
¡Ah, los vencedores, la Historia, y los héroes ahorcados!
También hoy... 4 de Febrero... esta vez de 1939, era
liberada la ciudad de Gerona dentro del marco de la Guerra Civil Española, la
cual por aquellos tiempos, daba ya sus últimos coletazos. Las tropas
nacionales, cercanas a alcanzar sus últimos objetivos, olían el perfume dulzón
de la victoria, vencidas las tropas revolucionarias...
... pero... ¡Oh, país!... ¡Oh, oráculos caprichosos!... aquí,
a diferencia de lo que sucede en el resto de nuestro caprichoso Planeta Azul,
la Historia... o la historia, con minúsculas... la escriben los perdedores.
La escriben entre centenares de libros que, sin apenas
ventas, se acumulan en los estantes más vistosos de las librerías más "cool" de nuestras ciudades de vanguardia, todas decoradas con los
colores de la modernidad post-Muro de Berlín... mitad ecologeta, mitad
perro-flauta, cuarto y mitad de piercing en el ombligo, la pestaña y el clítoris.
La escriben en toneladas de metraje cinematográfico que
nadie ve, aunque todos pagan, sirviendo dicho espejismo de piedra filosofal para una industria
raquítica y bastarda que no hace otra cosa que vivir del sudor de aquellos que,
dirigidos a fuerza de látigo por los generales de turno de la corrección política, batallan en el
frente, sudando el pan que comerán las ratas con pretensiones al Goya... o al Gaudí.. o a
la perra que los parió.
La escriben en kilómetros de chistes repetidos hasta la
saciedad por unos cómicos de quita y pon que se pasean por los tugurios televisados de los oligárquicos medios de manipulación masiva que, cuales hechiceros cervantinos, viven de la siembra de gigantes con forma de molinos de viento.
La escriben mientras revientan las esculturas de los héroes
de nuestra Historia toda... Antigua, Moderna, Contemporánea... Futura...
La escriben aprobando Memorias Históricas que, tan sólo como
podría hacer la Ilustración pordiosera del intelectual español, pretenden elevar al rango de Ley las aventuras individuales de gentes particulares... o las batallitas de sobremesa de viejos corrompidos por el bicho que devora las mentes.
La escriben quienes perdieron... y jamás superaron el
saberse defensores de la barbarie, de la "democracia popular" de la
Cheká, el Gulag, las sacas y la trampa de ratas abrochada alrededor de la
cabeza del reo.
La escriben, en definitiva, quienes habrían preferido que,
de Tres Tenores, tan sólo hubiese existido uno.... el líder... Rojo... Padre... amigo de los parias de la Tierra... cortador de cabezas... colgador de héroes.
4 comentarios:
Sómos un país curioso, si podemos seguir llamándonos país. De hecho creo que lo seguiremos siendo por siglos debido a lo curioso que es nuestro deámbular por la Historia. Sólo sabemos mirar al pasado y reirnos de nosotros mismos sin aprender nada. No sómos capaces de ver las carajadas del ayer y las repetimos una y otra vez. Por eso siempre estamos en crisis y eternamente yéndonos a la mierda. Y quizas con razón.
Excelente entrada.
Un saludazo.
Excelente Entrada Querido HEREP-
El Mundo Tal Y Com Lo Conocemos, Empezó A IRSE AL CUERNO, El 6 De Junio de 1944, Con "LA INVASIÓN" De Las Costas Francesas De Normandía.
Las Confrerencias De Los "LÍDERES ALIADOS", Que Primero Constituyeron La OTAN, ANGLO-YANKY, "FIJARON EL FUTURO MUNDIAL, QUE QUEDÓ SELLADO EN YALTA".
Destrucción De Lo Que Quedara De ALEMANIA. SAQUEO DE TODA SU RIQUEZA Y DE 5.000.000 De PATENTES Y de 2.500.000 INVENTOS EN PLENO RENDIMIENTO Y DESARROLLO...
PARTICIÓN DE EUROPA Y ESTABLECIMIENTO DE LOS REGÍMENES TIRÁNICOS Y APARENTEMENTE ENEMIGOS DE LA ESTRELLA BLANCA Y LA ROJA...
Y En Una Cosa Disiento Contigo GENIO.
Los TRES HP, "COLGABAN A CUALQUIERA QUE SE LES HUBIESE ENFRENTADO MIENTRAS DMINABAN Y ESCLAVIZABAN PUEBLOS EN NOMBRE DE LA "DEMOCRACIA"...
¡Y Así Nos Fue Desde 1945!
¡El N.O.M. EstÁ SERVIDO CAMARADA!
Un Abrazo.
Un Brindis Por La VERDADERA HISTORIA, QUE NO "SOPORTA VERSIONES OFICIALES NI PELÍCULAS HOLLYWOODENSES RECORDATORIAS DE PASADOS HORRORES"...
¡MENUDA PATULEA DE GENOCIDAS!
AH
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Dicen que "mala hierba nunca muere", ¿no, CS? Pues, quizá, con los países aborregados suceda lo mismo. Como bien dices, esa podría ser una explicación para entender cómo, tras tanto tiempo deambulando por la cuerda floja, todavía sigue resistiendo España.
O, también podría ser, España es algo demasiado grande, y los españoles, demasiado pequeños.
Un abrazo.
No son pocas las veces en las que pienso, Old, que lo que sucede es el guión de algo escrito por un Ser Superior... porque la otra explicación, la del acto humano sin trascendencia, acaba con la pizca de misericordia que me transmiten los hombres. ¿Puede ser, la estupidez humana, tan inmensa? ¿Y su maldad?
Einstein decía aquello de la estupidez y el Universo...
Inconcebible, amigo. Sería otorgarle un poder al hombre el cual, día a día, nos muestra que dista mucho de ser capaz de ejercer.
Sea como sea, siempre he pensado que la IIWW fue el inicio del final de lo que conocemos como Occidente.
Un ¡Riau!¡Riau! por ellos, Old. Que les aproveche hasta atragantarse (que lo harán).
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