La música amansa a las fieras, sí.
El pasado día de Reyes, el Cuartel General de El Ejército
de los 12 Monos estuvo repleto de ellas... fieras... alimañas salvajes, de
apenas cinco años que, corriendo por los pasillos, las camaretas o las diversas
salas que forman la colmena esta, provocaron la locura de los Monos arrancando
los papeles de colores que envolvían los regalos que, unos Reyes Magos de pega,
trajeron ahí donde se levanta la fortaleza inexpugnable a las bombas, pero de
frágil cristal ante los berridos de los zagales.
El lobo, con sus terribles soplidos, no haría ni la mitad de
daño a los muros que el grito alocado del infante que recibe los regalos de
Reyes.
Y así, de esta guisa, entre gritos, padres que todo lo
consienten... hasta lo más inaudito... abuelas que lloran, litros y litros de
alcohol, humo de un tabaco que creíamos olvidado y el ir y venir de la gente a
pie o montada a caballo, la fiera... las fieras peludas de cuatro patas y culo
rojo de mandril... se fueron encabritando, exaltando, excitando sobremanera,
sudando enormes gotas de sal y emitiendo sonidos infrahumanos, de chirriar de
dientes, de tripas sueltas, de huesos que crepitan entre las llamas que se levantaban
en el interior.
Para ser justos, los niños salvajes sólo fueron un peldaño
en esa escalera que, durante estos últimos días, nos alzó hasta la cúspide de
la ira. Un simple escalón, los niños. Un pasito en la deriva hacia la locura de
la incomprensión racional que, como suele suceder tantas y tantas veces, deriva
en esa pena lastimosa del que, viendo lo que acontece a su alrededor, duda que
no sea todo un sueño... una representación teatral de la que tú, espectador con
butaca en el gallinero, no puedes escapar por mucho empeño que pongas en la
fuga... un cuento, una burla, una realidad virtual digna de la mejor ciencia
ficción hollywoodiense.
Pero claro, cuando se sube por esa escalera... Hasta el más
instruido acaba perdiendo todo raciocinio mientras tropieza en el escalón de la
infancia asilvestrada... o en el peldaño de la traición judicial para con los
españoles de bien... o en el siguiente paso, dibujado con los trazos de la
desidia gubernamental ante los desacatos múltiples y diarios profesados por la
panda de atracadores con corbata que nos capitanean hacia el naufragio como
Nación... o en ese paso que nos lleva hacia la desnaturalización masónica de la
Religión, más preocupada por "evangelizarse a la palabra del Hombre"
que por "evangelizar la palabra de Dios". Peldaño a peldaño,
acabas harto de escuchar insultos, manipulaciones, mentiras flagrantes, miradas
de soberbia descafeinada, menosprecios intelectuales por ese intelectual con melena que, sumando 2+2,
cuenta 5...
... más o menos como viene sucediendo cada día, desde hace demasiado tiempo, pero aumentado y enquistado gracias al vino y la ginebra de la época
navideña.
Miro atrás, y la carretera siempre es igual. Olvidada la
calzada de colores, sólo queda esa masa gris de asfalto, sustituta de
realidades cromáticas, cuyo destino todos conocen aunque intenten disimular,
idiotizados por la creencia infantil de que tapándose los ojos, el fantasma que
acecha en sueños, desaparecerá ahorrándonos llantos y amargores.
La Ira, otro año más, ha sido regalo de Reyes.
Pero algo pasó, Monos. Una melodía. Una canción. Una tonada
que, hoy, amansa.
Por accidente, el Mono Gracián, recluta reciente... ¡ay
verde, que te quiero verde!... mientras dedicábamos las 48 horas de rigor a la
limpieza y adecuación de las instalaciones, amén de desparasitar la finca
entera, nos sorprendió sacando, de una de esas cajas que van acumulándose por
los rincones, olvidadas con cada tic-tac del maldito reloj, un CD
polvoriento. Un rápido gesto, un zumbido de un altavoz que despierta, un
segundo de expectación curiosa... y una melodía.
La fiera... los Monos convertidos en horribles bestias
salvajes... se esfumaron con los acordes, las imágenes, los sueños de amor,
felicidad, sonrisas... y los ojos, rojos, se limpiaron de sangre gracias a esas
lágrimas emocionadas de un hombre que canta a una mujer, que la mira y no ve
nada más que su imagen... un amor... un deseo... y ahora los Monos bailan, y
cantan, y la vida es una fiesta que bien vale la pena vivir...
... y sacrificar por aquello en lo que se cree.
A través de los altavoces, una lengua mágica... virginal...
pura de limpia... el català de ses Illes... Mallorquí... dialecto
arcaico donde los hubiere, rico en léxico y fonética... melódico, expresivo,
limusina de sueños que nos transporta a otra época, otros años, cuando escuchábamos
aquellos cuentos infantiles protagonizados por marionetas de tela y enormes
ojos que se perdían en bosques fantasmagóricos, perseguidos por brujas pirujas
o lobos de afilados colmillos hambrientos de querubines.
A través de los altavoces, pueblo. Ciudadanía. Gente que
habla y se comunica, ajena a la podredumbre política que todo lo mece, en
España. Palabras que comunican, que transmiten... que destierran iras
perpetuas... mientras uno se pregunta cómo pueden ser tantos los matarifes,
tanta su amarga bilis, su odio... su ratera "normalización",
fuente de corrupción y sobres aceitosos de dinero manchado... amén de pareja a
aquella otra "normalización", firmada alrededor de los inicios
del s.XX, cuando cuatro miserables, politizando lenguas y sesgando raciocinios,
rediseñaron esa "gramática catalana" ajena a la Historia, pero
perfectamente acomodada a sus bajezas morales y raciales.
Como diría A. Griera en su libro "Memòries"
(1963), azote de la dictadura ligüística del IEC (Institut d'Estudis Catalans)
y de su presidente, el archiconocido... y nunca suficientemente
subvencionado... Pompeu Fabra: "La sección Filológica del IEC,
integrada por poetas y "diletandis", tuvo la ocurrencia de querer
unificar la ortografía catalana. Mejor: convertir en ortografía oficial la
ortografía del Avenç (revista "modernista" adscrita a las ideas
lingüísticas de Fabra) porque era más separadora. Los problemas ortográficos
son en todo el mundo problemas a debatir entre maestros de escuela. Y fue una
insensatez dar un matiz político a la reforma ortográfica".
Y así, desnaturalizado mediante decreto-ley, nació el
catalán de Barcelona... simple, banal, pobre... pero diferente y
diferenciador... y los señoritos de siempre, entre risas y hectolitros de mosto
de uva gaseosa, volvieron a robarle al vulgo algo que era suyo, propio, parido
tras varios siglos de tradición oral.
Sentíamos ira... y esta se fue, vencida por un ritmo fresco
y una letra que invita a detenerse un segundo, tumbarse mirando al cielo, ver
pasar nubes... estrellas fugaces... años... tempestades... De nuevo, el idioma
del pentagrama no conoce de normalizaciones, imposiciones ni demás monsergas de
fascistas lingüísticos metidos a totalitarios nacionalistas.
Durante la tonada, la Ira se esfuma, amansada... patinando
sobre puro hielo...
Volverá.
Dentro de cinco minutos.
4 comentarios:
Ya es hora de que esos catalufos analfabetos se vayan enterando de que hablan el mismo latín deformado que los castellanos y los gallegos o los franceses e italianos.
Y que descienden de tribis de FRANCOS asentados en su tierra, invadida también por moros, y que su lengua tiene muchísima menos categoría lingüistica que el gallego y el castellano por carecer de cultivadores de escritura en su idioma hasta hace un par de décadas. El mejor escritor en catalán que jamás han tenido es JOSEP PLÁ y odiaba a los independendistas.
La Mejor Melodía Querido HEREP, Aquella Que AMANSA FIERAS O INFUNDE VALOR EN CASOS EXTREMOS, Es Siempre "UNA CANCIÓN DE CUNA".
Frente A Una Música Y Un Canto Que Llega Directo Al Corazón Y Nos Trae Recuerdos De Madre Y PATRIA, Todo Lo Demás Son ZARANDAJAS.
Esto Lo Saben Bien NUESTROS ENEMIGOS ETERNOS...
Espero Que Te Encuentres Repuesto De Tanto FESTEJO Y Tanto RUIDO.
Por Si Acaso Y Ahora Que Nos Quedamos YA SIN EJÉRCITO, Te Aconsejo Adquirir BASTIMENTOS MODERNOS...
Que Los TIEMPOS Los Preveo "INTERESANTES" Como Diría El Cabroncete Chino CON-FU-SIÓN, Con Toda Su Mala Uva Oriental...
Un Cordial Abrazo GENIO.
¡Un Brindis Por La Escoba De FUEGO
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Dices verdades, don Javier, pero eso, en esta tierra, poca importancia tiene.
Sin más, leía el otro día que el premio Josep Plà se falló a favor de un nacionalista independentista que presentaba una novela de ficción con una Cataluña independiente que, de mano de las fuerzas aliadas en la IIWW, se convertía en la panacea de la libertad y la democracia.
Para mear y no echar gota.
Un saludo.
Sí que lo saben bien, Old. Por eso abusan tanto del sentimentalismo barato, capaz de nublar las mentes más clarividentes.
No hay técnica de manipulación que no dominen, camarada.
En cuanto a la recuperación tras los festejos... bueno... hacemos lo que podemos, que no es poco, pero...
Del ejército español prefiero no hablar, que me enervo con tanto cantamañanas y tanto traidor barato.
Un saludo, y un fuerte ¡Riau!¡Riau!
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