TÍTULO ORIGINAL. Terminator
AÑO. 2013DURACIÓN. 98 min.
PAÍS. España
DIRECTOR. Herep
GUIÓN. El Ejército de los 12 Monos
MÚSICA. Dyango
FOTOGRAFÍA. Fuji-Millet-Films
PRODUCTORA. Cyberdine Systems, c.b.
GÉNERO. Ciencia ficción
SINOPSIS. Precedida por el elevado número de galardones y un elogio unánime de los críticos más especializados en el nuevo cine español, la película que se estrena este fin de semana en la cartelera del país es una obra maestra dentro del género de la ciencia-ficción, tal y como fue, en su momento, la obra de culto del director John de Bello, El ataque de los tomates asesinos.
El
Terminator de este novel director viene, en una palabra, a desbancar al bueno
de de Bello del lugar de honor que viene ocupando desde tiempos inmemoriales. Rodada
con muy escaso presupuesto debido a la Crisis Económica que sacude medio
Occidente, la película viene sobrecargada de efectos especiales, explosiones,
intrigas derivadas de un implacable juego de espionaje-contraespionaje, sangre
y vísceras, traiciones…
Demasiado
para una cinta tan corta, de poco más de hora y media… pero el Terminator… su
poder… es demasiado. Escapa a toda lógica estratégica.
La
trama se sitúa a inicios del s.XX… un siglo en el que, contradiciendo a los
oráculos del pasado, siguen sin volar los coches y los ancianos todavía no son
convertidos, una vez llegada la jubilación, en pequeñas pastillas verdes
con sabor a pizza. Todo, más o menos, sigue como hasta hoy… políticos corruptos,
bajeza moral, puterío, injusticias, vergüenzas… pero de repente, una noche
cualquiera, unos chisporroteos y unos rayos lumínicos abren una puerta
interestelar, o agujero de gusano, que desafía las leyes físicas del tándem
espacio-tiempo. Por él, surcando las nebulosas y los quásares, viaja el
Terminator… un organismo cibernético proveniente del futuro, con esqueleto
cibertrónico de aleación de aluminio inoxidable y cable de cobre certificado por la Rumanía del mañana,
cerebro computerizado mediante chips de sílice líquido, musculatura XL y
pellejo cultivado a base de células madre.
Una
máquina de matar, vamos… ducha en toda clase de artes marciales, uso de todo
tipo de armas… blancas, negras, automáticas, manuales…… enviado desde la Expaña residual del futuro para, haciendo uso de sus tácticas de guerrilla, infiltrarse en la ciudadanía de nuestro tiempo para impedir la secesión de los Países Catalanes del mañana.
La coalición rebelde conocida como “Quinta Columna”, al borde del exterminio, logra construir y reprogramar un organismo tal para, enviándolo a nuestra época, sabotear los planes de los secesionistas evitando así la guerra, la caída de sus líneas y el paupérrimo estado en el que dicha coalición sobrevive en su propio futuro. Con una serie de flash-backs, el guionista nos pondrá al día de la misión del Terminator y tras los apenas quince minutos que dura la introducción, nos encontraremos sumergidos en plena acción, pues el Terminator, como todo cyborg que se precie, no está para perder el tiempo.
Los
Terminators, hechos de metal y baterías de litio, no tienen sentimientos ni
demás monsergas. No intentes chantajearlos ni económica ni emocionalmente,
iluso espectador. De nada te servirá. Si tu rostro se le pone entre ceja y ceja
(implantadas), no hay escapatoria posible. Siempre te perseguirá. Sin descanso.
Hasta el fin de los días… con su pila energética nuclear de fisión fría.
Tras las presentaciones iniciáticas, la película entra de lleno en la
acción, previo crescendo de la polimórfica banda sonora. Una de las cabriolas principales del director es que el espectador, clavado en su butaca mientras devora incontrolablemente sacas y sacas de palomitas, no sabe muy bien quién es el protagonista de la cinta. ¿Lo será el Terminator? ¿Lo serán sus víctimas independentistas? ¿Serán ellos mismos, las víctimas de la tragicomedia escenificada en la gran pantalla? ¿Serán los “quintacolumnistas” del futuro, los protagonistas del invento?
La
incógnita no queda del todo despejada, pero sí que puede distinguirse quién
actúa, y quién llora durante todo el metraje de la cinta... quién reparte estopa y quién huye corriendo cloaca abajo, rumbo al vertedero de la Historia pasada, presente y si el Terminator lo consigue, futura.
El
Terminator, armado con un arsenal demasiado avanzado para la época a la que ha
sido enviado, pronto pone a disposición de la misión toda su carencia de fuego.
Tras infiltrarse en las líneas enemigas, empieza a sembrar las discordias
internas dentro de los aparatos que han de proclamar, en un futuro, la tan
temida independencia. Así, mediante chantajes y dinero transferido bajo mano,
las desconfianzas van apareciendo en el propio seno de los partidos políticos
secesionistas, en las organizaciones sectarias pro-derecho a decidir, en los clubs
de fútbol… untando aquí, sobornando allá, enfrascándole una camiseta de la
selección española a la Virgen de la Moreneta en su santuario montañés…
… o,
sin más miramientos, desenfundando sus armas del futuro para, mediante la
elaboración de informes policiales, desprestigiar a los líderes del invento
mediante la aparición de cuentas bancarias en el extranjero, aka paraísos fiscales,
donde dichos “padres de la patria” evaden a ese fisco al que todos sus compatriotas,
religiosamente, están obligados a servir por los siglos de los siglos.
De esta
guisa, en un alarde de tiros, explosiones y jugo de arándanos, el espectador
asiste a la conexión del Terminator con la base de datos… vía USB 3.0… de
Método 3, agencia de espionaje de los “padres fundadores”, de donde extrae
cantidades ingentes de información que luego, para vergüenza de tales chorizos,
es enviada a las redacciones de los principales periódicos de la España anterior al holocausto. Antes de eso,
en uno de esos episodios hilarantes de la cinta, el Terminator envía dichos
datos a los periódicos locales, pero estos hacen caso omiso., prefiriendo hablar del hijo de un futbolista famoso... también acusado de estar aliado con el Terminator... y una cantante de fama intergaláctica.
Durante
noventa minutos asistimos a los continuos ataques a la yugular por parte del Terminator,
que no deja títere con cabeza. Con su ametralladora MG incorporada en el brazo
izquierdo, acribilla las fraudulentas balanzas fiscales, la cantinela del
expolio, la chorrada idiotizante de la colonización bárbara de los tres siglos,
los 129 presidentes de turno, la catalanización de los apellidos ilustres y la
adopción falsaria de Cristóbal Colón, Neil Amstrong o Jesús de Hospitalet.
¡Qué de
sangre, señores! ¡Qué de bombas, explosiones y miembros descuartizados volando
por los aires! En la platea, unos “Bien” secundan a unos “¡Toma ya!”… “Morded
el polvo, malditos”… “Dales caña, Terminator”… mientras el cyborg del futuro no
tuerce el gesto ya esté enfilando a Messi, pateándole el culo al islamista de CDC
o enseñándole a collejas, a Don Jordi, quién coño es la UDEF.
Enorme película,
amigos.
Como
decíamos al iniciar esta crítica, una obra maestra.
Digna
de culto.
4 comentarios:
¡G E N I A L, Como SIEMPRE Y ADEMÁS EN ESTILO "DIVERTIDO", QUERIDO HEREP!
Y Yo Que Me Quejaba, Hace Poco, De ESTAR CASI SOLO, REPARTIENDO ESTOPA A LOS MISERABLES...
Un APLAUSO Un Abrazo Y Un Brindis, CAMARADA,
Por La Escoba De FUEGO, Que A Lo Mejor, Trae El "ASMODEOTOR", Un Día De EStos.
¡Que Siga La JUERGA, Mientras POdamos!
y
¡¡RIAU RIAU!!
Querido amigo Herep:
Desde hace varias Entradas, la calidad de las mismas, todos los guiños, los detalles irónicos incluso cínicos, tienen tal enjundia, que no estoy al nivel requerido para comentar.
Pero quiero asegurarte que, desde el silencio, no hay post al que no dedique una cerrada ovación.
Como hoy.
¡Enhorabuena, querido camarada!
Un beso de tu admiradora desde siempre
Asun
Usted esté tranquilo, querido Old. Dentro de mis escasas posibilidades, intentaré seguir soltando estoques a diestro y siniestro hasta que el grande... el supremo Asmodeo... me aparte de un coletazo y se disponga a limpiar tanta podredumbre y corrosión.
Es una desgracia que tenga que dilapidar mi juventud en tan pesada tarea, pero ya sabe... las penas, con alcohol, son menos penas.
Brindemos, pues!!
Un abrazo, maestro, y un fuerte ¡Riau!¡Riau!
Asun,
Me alagas, pero tú siempre estas al nivel requerido para comentar. Y para criticar, faltaría más.
¡Ah, la ironía! Si no existiera deberíamos inventarla, amiga mía! ¿Qué haríamos sin ella en un mundo como este?
Un abrazo, guapa. Y otro brindis para vos.
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