Esta última semana hemos andado algo liados en
el Cuartel General. Tras esta Primavera interminable, toda ella repleta de
lluvias, granizo y vientos huracanados, hemos sido víctimas de una plaga
inmisericorde que, como harían las chinches y la carcoma, se ha infiltrado por
doquier… bajo las alfombras, tras los marcos de las puertas, en los floreros de
la Sala X… No hay lugar en el que no se haya dejado sentir la mordida del
parásito, de la peste, de la Negra Parca… ojo avizor… siempre al acecho…
… siempre atento, el cáncer del espionaje.
Aunque mal de muchos consuelo de tontos, no
hemos sido los únicos en sentir en propia la piel el aguijonazo de la mirada de
soslayo. Media España ha estornudado tras el paso de la pandemia de micrófonos
ocultos, periódicos con agujeros a la altura de los ojos e invisible tinta
china corriendo por las cuencas de ríos hasta ayer secos.
Restaurantes, salas de convenciones, asambleas
políticas, juntas de vecinos, guateques de hippies trasnochados, desérticas
salas de cine convencional o de clasificación “X”, el descansillo de la máquina
del café, el alfeizar de la ventana donde reposa sus huesos el pequeño
vampiro... entre el tumulto de las manifestaciones de protesta, en los
vestuarios de esos clubs que son más que un club, en el pintalabios color rojo
pasión de tu conquista de hoy, en la petaca con la que se pretende burlar el
impuesto a las bebidas alcohólicas… en la liga de tu amante… en la goma de tu
calzoncillo slip…
… no hay milímetro en la Tierra que no haya sido
espiada, analizada, fotografiada… ¡Mira! Mira al cielo… ¿ves? ¿Notas el
zumbido? ¿No? Pues escucha, escucha… acabas de ser fotografiado por el satélite
de la CIA, la TIA, la ABUELA… cualquiera de ellos, incluso el satélite PAZ de
nuestra sempiterna “Generala”… orbitando, con su ojo negro
atravesándote, hasta la médula, los huesos, modo Rayos X operativo.
El Servicio de Inteligencia de El Ejército de los 12 Monos, en
un alarde de dedicación y buen hacer, ha podido contrarrestar el uso y abuso de
los servicios de espionaje enemigos. Un poquito de limpieza a base de salfumán,
un pequeño EMP amateur juntando viejas pilas de
petaca, varios cables de cobre y el viejo motor de un Scalextric antediluviano…
y, ¡voila!, a tomar por
saco los aparatejos de Inspector Gadget que se habían colado por las ventanas
abiertas de nuestra casa.
Los demás, los de última generación, capaces
de sobrevivir a las mismísimas cucarachas post-Era-Nuclear, siguen
monitorizando la vida en nuestro Cuartel… pero tranquilos, no hay por qué
alarmarse, pues quien nada oculta nada debe temer. Troyanos, agujeros de
gusano, micros... Mejor que miren ahí al lado. Ellos ya saben dónde. Ahorrarán
tiempo, y dinero.
El espionaje, Monos, es como el fuego de
verano. Sólo prende allí donde abunda la fullaraca… la hoja seca… el matojo
rasposo. Pero cuando el jardín está bien segado, el césped a ras de suelo y la
hoja mustia se convierte en humus dentro del cubo de la basura… allí… ahí…
aquí, no existe motivo para la preocupación. Aunque quizá no busquen "al
enemigo", sino "al amigo". Así están los tiempos de
aburridos, Monos. A falta reconocer a los enemigos, han tenido que inventarlos
a su gusto.
Perdona, pero… ¿seguridad o libertad?
En El
Ejército de los 12 Monos anteponemos,
por encima de todo, la Libertad, con Mayúsculas. Sin cortapisas, rápida y
veloz. La preferimos antes que cualquier videocámara anclada en las esquinas de
nuestras plazas públicas. Antes que los radares, los chips electromagnéticos,
los DNI’s electrónicos, las VISAS, Mastercard y todo lo demás.
Los Monos somos muy independientes. Eso de fichar
cada día… mmmmm… escuece… no casa muy bien con nosotros…
Pero, ¡ah, amigo! Fuera de nuestros muros la cosa
cambia. Fuera, en la puta rúe, el espionaje queda pequeño en comparación con la
hipocresía. Son legión quienes lo maldicen, lo vilipendian insultándolo,
lanzándole incontables maldiciones gitanas a él, a los espías, a la madre que
parió a las agencias de espionaje… aunque luego, tras el microsegundo que borró
las palabras en el viento, se sumergen en la mayor Red de voyeurs que existe en
el Sistema Solar para, con tan sólo un clic, empaparse de las fotos de la ex
novia de turno, el antiguo jefe cabrón o el líder del ampa que, esta tarde de
verano, tengamos entre ceja y ceja.
Mira, mira… ¿has visto la foto de la Gertru? ¡Qué
tableta, el Chema!... porque todos
queremos saber, conocer, chafardear… para, inmediatamente después, criticar los
ojos del Gran Hermano que está "al otro lado" contemplando
nuestros pasitos en el arte de la indiscrección, en forma de álbumes de mil
fotos donde alardeamos de lo respingón que es nuestro culo, lo bonitos que son
nuestros ojos o lo gracioso que es nuestro chiquillo… ¡qué bonito, el niño! ¡Mírale, que
huevecicos tiene! ¡Es idéntico a su padre!
El virus del espía aficionado. Pandemia moderna.
Desojando la margarita obtendremos la directriz del
día. Me quiere, no me
quiere… me espía, no me espía… ¿Quién espía hoy, chaval? ¿Obama? No mola.
¿Garzón? Sí mola. ¿Hacienda? No mola. ¿Wikiliaks? Sí mola. ¿Israel? No mola.
¿La China? Sí mola. Día tras
día. Pétalo a pétalo.
Y las miserias del Hombre Moderno van viendo la luz
una tras otra. Lo importante no es el espionaje en sí, sino quién espía y a
quién se espía. La violación a la intimidad del político de la otra acera es
jaleada, fomentada, ansiada con afán de reírse de las miserias íntimas del
susodicho. El móvil hackeado de la famosa buenorra, es un sueño húmedo de media
piara masculina, deseosa de ver eso que la gran pantalla no muestra, pero que “San
Google” nos pone al alcance de la mano. El escarnio, la burla, el juicio
público… ¡bendita seas, cámara microscópica!
Muchos dicen que las agencias de espionaje
trabajan por el bien del ciudadano. Otros se decantan por su función conspiradora
en nombre del Amo de los ciudadanos. Unos defienden su labor en pro de la
seguridad nacional. Otros maldicen la labor de los Servicios Secretos
tachándolos de torpedos dirigidos contra la línea de flotación del derecho a la
intimidad, al honor, al decoro…
Los más se estiran de los pelos pero, tras una
larga temporada de quejas, poco cuero cabelludo queda ya para poder camuflar,
tras él, las vergüenzas. El juego de los espías ha volteado las cartas sobre la
mesa y sabe que tiene la mejor mano del tapete.
Le dejamos mirar
siempre que quiere.
4 comentarios:
Muy DIVERTIDA TU EXPOSICIÓN, GENIO.
Hoy Juegan "A Los Espías" Cantidad De MERLUZOS/AS/ES, Medio Idiotizados.
Pero Unos Cuantos Sabemos Que "EL VERDADERO ESPIONAJE" Es Otra Cosa.
Así Van Las Copsas, Querido HEREP.
¿Que Nos Espían? ES Un HECHO.
¿Para Qué? Pues PARA TODO. Desde Cuales Son "NUestros Gustos Gastronómicos" O Que Enviamos Y REcdibimos Por Email...
El USO De La INFORMACIÓN ES Lo MÁS PELIGROSO...
Te Pueden "ARRUINAR", "SUPLANTAR", "PERSEGUIR" Y HASTA "MATAR"...
¡Y Todo Sin Salir De Tu Casa!
Por Lo Menos Es Lo que Quieren TODOS Los SINVERGÜENZAS QUE DICEN SER "PRESIDENTES DEMOCRÁTICOS"...
ASi Que Para Qué Molestarse En ESCONDERSE Y "FINGIR QUE ERES Y PIENSAS DE OTRA MANERA"¿?
¡Total Al GRAN CABRÓN, Llamado ASMODEO, Se La Suda El TEMA!
¡Y Ese Si Que Nos Tiene A TODOS, -Buenos Malos Y Regulares-, Bien Fichados!
Así Que Cuando Llegue El LECHERO A Las Cuatro De La Mañana O El DRON "DISFRAZADO" DE PALOMICA DE LA PAZ, Por Lo Menos Sabremos Por QUÉ...
POR ESTAR "DESPIERTOS EN UN MUNDO DE IDIOTAS DROGADOS"...
¡Y Eso Si Que Puede Resultar Divertido!
Así Que BRINDEMOS Por Las LIBERTADES Y LA CAZA DE "PALOMOS ESPÍAS".
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Estas hablando de las charranadas que se hacen unos politicos a otros, eso es basura
Piensa en las redes que Marruecos tiene en España y entonces si hablaras de espias con Mayusculas
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/
Demasiado James Bond aficionado, Old, aunque no debe desdeñarse el mal que pueden hacer estos sinvergüenzas.
Estamos fichados por todos lados e incluso Google, con una única letra, es capaz de "intuir" qué estás buscando tras analizar esas bases de datos que tan guardadas bajo llave nos hacen creer que están.
Pero de eso nada, monada.
A la vista y alcance del "demócrata" de turno... aunque cada día engañan a menos gente, o la gente engañada es más tonta, que todo puede suceder en esta vida.
Yo, como estoy muy bien educado, de vez en cuando les mando una receta de marisco o, simple y llanamente, cuelgo alguna foto haciendo una peineta a modo de saludo.
El brindar lo dejo para los amigos.
Un abrazo, maestro, y arriba esas copas.
¡Riau!¡Riau!
Geppetto,
Pienso en ellas, no creas... así como en las redes cubanas que pululan por la Península.
Y en nuestros servicios de contra-espionaje... aunque no tengo claro si están desaparecidos por lo buenos que son, o por lo inexistente del ente.
Un saludo.
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