Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

16 jun 2013

Aguijones


Circula, mecida por el oxígeno airoso que nos rodea, una cita atribuida a Albert Einstein que nos viene a decir que si las abejas desapareciesen de la Tierra, a la Humanidad le quedarían unos cuatro años de vida.
Ja.

Valiente predicción la elaborada por el genio inventor de la Bomba Atómica y... ¡Dios, no!... la Teoría de la Relatividad General, precursora de la Teoría de Relatividad Actual... relativo esto, relativo aquello, relativo tú, él, yo...

Filosofía del s. XXI en estado puro.

Bueno, al lío, que es domingo y todos, en el Cuartel General, están disfrutando de un merecido día de descanso en la playa de aquí al lado, ansiosos como estaban esperando este verano que parecía no llegar jamás.

Decía el sabio de Einstein que las abejas eran, y son, tan importantes como el propio átomo. Acostumbrado a mirar aquello que pasa inadvertido al ojo humano, teorizó acerca de esas pequeñas víctimas predilectas de los domingueros primaverales y su paella campestre, auténticos depredadores de panales, abejas soñolientas y demás currantes infatigables. Insecticidas de amplio espectro, matamoscas reutilizables con forma de mano abierta, revistas enrolladas modo porra de policía... verdaderos gamberros, los tíos de ciudad cuando pasean por el campo, Monos... verdaderos portadores de muerte...

Hoy, mientras repaso mi discografía retozando en la tumbona del jardín, leo que el mal augurio está teniendo lugar. Sí, las abejas están desapareciendo. Desde hace unos años vienen esfumándose grandes colonias de abejas por doquier. En Europa, en los USA, en la China mandarina... Muchos apicultores, sin haber aún despuntado el Sol por el horizonte, se levantan para acudir a las enormes colmenas y... ¡zas, en toda la boca!... éstas se han largado con viento fresco. Sin dejar ninguna nota. Nada. Atrás quedó la extraña pareja, la relación amor-odio, la melodía desacompasada entre el hombre y el insecto...

Siempre es una pena cuando se acaba el amor.

Miles de apicultores lo saben, Monos.

Lloran mares.

Ahora, por una de esas extrañas cabriolas de la Providencia... no existen las casualidades, sino las causalidades... el Mundo Mundial parece haberse dado cuenta del incidente que, rememorando la película de idéntico nombre, argumentaba sobre tipos de suicidio ecológico. Algo cambia, una nueva bacteria se desata, un microbio se despereza, una toxina se crea en un laboratorio fascistoide escondido bajo un bunker en las Montañas Rocosas... o no. Todo son suposiciones, conjeturas, teorías climáticas antropomórficas que no llegan ni a la suela de la zapatilla del sabio que se dejó fotografiar mientras le sacaba la lengua a la cámara, pero que abren las portadas de los diarios más cool de los quioscos de esas ciudades en las que pastorean los espadachines del fin de semana campestre... y se echa la gente las manos a la cabeza, ¡se mueren las abejas, Karina! ¡No jodas, Mortadelo! ¿Cómo llevarán el polencito a las vulvas de las florecillas, entonces?, y los telediarios abrirán con escenas horrorosas de pobres abejas moribundas estirando la pata en un primer plano morboso de todo a cien, intercalando entrevistas a veterinarios-tertulianos-científicos-teólogos-políticos... (¡Oh, no pueden faltar los políticos! ¡Qué haríamos sin ellos, soldados!)... soltando sus sesudas interpretaciones al echo en sí. Polución, virus insectívoro, calentamiento global, cambio climático, austericidio, recortes en I+D+i... (repito, ¿alguien puede explicarme qué significa la segunda "i"?)... todo mezclado en un cóctel que el "maldito Capital" está elaborando para que las pobrecitas abejas mueran entre terribles sufrimientos... y el presentador del telediario, todo chulo él.... todo modelo de Calvin Klein, él... derrame una lagrimita en directo... en exclusivo directo, señores, estamos asistiendo a la muerte de la abeja... esta abeja que aquí ven, pobre... ¡mírenla, mírenla! ¡Bien podría ser la Abeja Maya de nuestros años mozos!... y el pico de audiencia se dispara, y el teléfono del regidor se vuelve loco de tanto vibrar recibiendo muestras de apoyo y felicitaciones por el trabajo bien echo... y los niños, en sus casas, abrirán los ojos como platos atendiendo al triste destino de sus amigas, las abejas... ¡pobrecitas abejas, mamá!... y todos, este domingo tarde, dibujarán lienzos con lapiceros de plástico para llevar mañana al colegio y forrar la pared trasera del aula, donde se situará el "Tablón en Apoyo a Nuestra Amiga la Abeja".

Qué bonito. Cierro los ojos y lo veo... los dibujos, los niños, la congoja de la co-presentadora, la mirada baja del arrepentido dominguero sanguinario con cientos de cadáveres de abeja a sus espaldas...

Yo más simple soy... y no tengo idea de qué puede causar este fracaso de esta Humanidad... otro más... que sigue transitando por esa vía de no-retorno que nos lleva, irremediablemente, a la Extinción, sino como todo, sí como parte. El Hombre, lobo para el Hombre. El Lobo, hombre para el Lobo... y así la Naturaleza se violenta, se suicida, se regenera... pero al final Evoluciona. Lleva millones de años jugando a este juego, ella sola, en su eterna partida al Solitario en el que nosotros, miseria experimental, no somos más que una J de tréboles.

Perfectamente desechables si el bote no es elevado.

Ignoro si serán los pesticidas, los nuevos neonicotinoides, la guerra de guerrillas de los domingueros, el virus mortal de las abejas o...

... sí, ¿por qué no?... podría ser, ya veréis... total, puestos a teorizar... también podría ser que las abejas, esos insectitos que vuelan de flor en flor, moviendo polen de aquí para allá, de forma enfermiza esa obsesión por fecundar con semillitas vulvas de todo tipo y color... abejitas de clase, perfectamente instaladas en su enorme colmena, dividida en zonas, en sectores... en clases sociales... aquí las obreras, allí las soldado, en el centro, celda con vistas, aire acondicionado y agua corriente, la aristocracia del Reino... estas abejas, hartas de trabajar siempre para el patrón de turno, explotadas en un Sistema que las oprime, les niega su individualismo, su potencial personal... sus anhelos y sus sueños... 

Quizá estas abejas se han cansado de tanto socialismo, Monos, fastidiadas ante tantas normas, leyes, trabajos obligatorios mal remunerados, impuestos de obligado cumplimiento, idéntico rancho alimenticio día tras día, simétrico pensamiento único...

Quizá las abejas se han hartado de formar parte del Totalitarismo de la Colmena, Monos.

Quizá las abejas han decidido hacer la maleta y largarse cada una por su lado... a vivir SU vida, construyendo su propia celda... su propio destino... apartando a un lado tanta psiquiátrica polinización compulsiva, sustituyendo tanto trabajo para Ella por un poco de disfrute para el Yo... buscar una abejita mona, cortejarla, invitar a la boda a saltamontes, orugas y algún escarabajo pelotero que se haya perfumado para la ocasión...  

Sí.

Eso es vida.

La que todos queremos.



Ya seas humano... o abeja.


4 comentarios:

Lin Fernández dijo...

Despues de leer tu ecologico sesudo, y clarificante post.Mevoy a comprar un tarro de miel de Manukao honey,que es la mejor miel de New Zealand.Aqui es tierra de miel,un abrazo,

Old Nick dijo...

Certero Como Siempre Querido HEREP.
Sin ABEJAS, Pronto Nos IREMOS A FACER PUÑETAS ET ENCAJES...
¡Lo Sabe Hasta El CONSORCIO HIDEPUTA, QUE "INVESTIGA, COMO VOLVERLAS INDIVIDUALISTAS Y ASESINAS"!
Y Por Desgracia NO ES BROMA.
Aquí Te Dejo, Sin COSTO ALGUNO, Una De Mis "FRASES LAPIDARIAS" Patentadas.
"No Te Enfades Si Algún Gilicorrecto, Te Llama "INSECTO SOCIAL". Preocupate Tan Solo De COMPROBAR Si POSÉES AGUIJÓN, O NO Y Lurego Actúa En CONSECUENCIA".

Un Aplauso GENIO.
Un Cordial Abrazo
Un Brindis Por Los AGUIJONES BIEN EMPLEADOS.
Y
¡¡RIAU RIAU!!

Herep dijo...

Buenas Agustín,
La miel está muy infravalorada, amigo. Algo caliente, un chorreón de tal oro líquido, y no habrá enfermedad que pueda con vos.
New Zealand es un paraíso... ¡qué te voy a contar!... por lo que nada me extraña que sea tierra de miel y miles de manjares más.

Un abrazo desde este lado del charco, artista.

Herep dijo...

Me ha gustado la sentencia que me has regalado, querido Old. En verdad son importantes las abejas, y digna de análisis esa peculiaridad innata que las hace morir cuando clavan el aguijón, razón que convierte a la "víctima" en un "privilegiado".
Si sucediera igual con los hombres... si murieran tras arrear el aguijonazo, otro gallo nos cantaría pues se analizaría muy mucho a quién le regalamos tan preciado don.

Pero eso son divagaciones de una mente divergente, camarada...

De todos modos, me apunto a ese brindis por los aguijones bien empleados, y ¡Riau!¡Riau!