Al fin.
Esta
mañana, cuando bajaba a la calle con intención de comprar el cruasán y la barra de pan con la que
hacerme el bocadillo, la he encontrado. Llevaba días esperándola, nervioso.
Muchos de mis compañeros ya la habían recibido y yo, aún intentando aparentar
una falsa serenidad, estaba empezando a sentir el sudor frío en la espalda.
Pero
esta mañana se hallaba en el
buzón… en un sobre blanco, impoluto, inmaculado… sin sello ni remitente. Sólo tres
palabras. Mi nombre y apellidos.
Sr.
…………………………………………….*
Reconozco
que he entrado en la panadería con las piernas temblorosas. Todo el trayecto,
la verdad, lo he hecho temblando de pies a cabeza. Rápidamente, echando miradas
furtivas a derecha e izquierda, guardé el sobre en el bolsillo de la chaqueta,
sin abrirlo, guardándome ese placer unos instantes más… tras comprar mi cruasán
y mi pan… una vez retornase a la tranquilidad y seguridad de mi salón. Quiero creer que fue eso, aunque no estoy seguro. Quizá no lo abrí por miedo. ¿Y si era diferente al resto? ¿Y si a mí, por uno de esos caprichos del destino, me había tocado la china?... ¿la excepción que confirma la regla?
Pedí,
pagué y la dependienta, esa chica a la que todas las mañanas dedico un piropo
después de que ella me haga ojitos, intuyó que algo estaba pasando. Mi rictus,
imperturbable en cualquier circunstancia por muy desagradable que sea, estaba
tensionado. Yo lo notaba, y ella también.
Demasiadas
horas ante las cámaras de TV hacen que la audiencia, espatarrada en el sofá que
aguarda ante el aparato de hipnóticos rayos catódicos, conozca demasiado bien
tu rostro. Cualquier trinchera surcada por la edad es intuida por los fieles
mientras esta se excava en la piel. En tiempo real. No me ha dicho nada… y eso
me demuestra que sí, que se ha dado cuenta de que algo anormal estaba
sucediendo. Todos los días me pide que salude a alguien en antena… a su padre,
a su madre, a su novio semanal… al perro… Siempre, menos hoy.
Pobre
infeliz.
Me
marché de allí a toda prisa. El sobre me ardía en el bolsillo y anduve… corrí,
mejor dicho, los cien metros que separan mi casa de la panadería en un tiempo
récord. Eran las 06:45h. Iba bien de tiempo pues hoy… los martes… no entro en
antena hasta las 08:45h, hora a la que me esperan en la tertulia de la emisora
nacional. Una horita de cháchara, un par de cafés, y rumbo a las afueras, donde
está la cadena líder de audiencia de las mañanas, y la otra, líder de las tardes, a la que acudo después de zamparme el bocadillo en el parque que las separa.
Tengo
dos horas…
pensé. Dos horas para desayunar, darme una ducha, afeitarme… El traje no me
preocupa. Siempre lo elijo la noche anterior, cuando llego de las charlas
nocturnas a las que me invitan las cadenas de TDT. No me preguntéis por qué lo
hago así. Supongo que deben ser costumbres adquiridas. Llego, lanzo la ropa del
día a la lavadora y antes de revisar los comentarios del blog que administro, me
preparo el modelito del día siguiente.
Agarré
un cuchillo, hundí la punta en la esquina del sobre… y lo abrí, dejándose
entrever un único folio blanco, sencillo, doblado por la mitad.
De
repente, mi corazón dio un brinco.
¡Sí!
¡Lo era! ¡Bien!
Salté,
salté, brinqué. El cruasán naufragó en el bol de café con leche, salpicando el
pan y mis pantalones de andar por casa. Rufus, mi gato, corrió a
esconderse bajo el butacón, sobresaltado. Por un instante, la tranquilidad de
su vida palaciega se había visto perturbada. La monotonía que anidaba entre
aquellas cuatro paredes, el silencio, el orden minimalista… todo saltó por los
aires en el mismo instante en el que abrí aquella carta… la respuesta… mi
salvoconducto.
Y el
tuyo, Rufus… Ven aquí… y me deslicé hasta el sofá en el que se había escondido,
alargando mi brazo para agarrarlo por el cogote, alzarlo al cielo, abrazarlo. No
tengas miedo, Rufus. Ya no tendremos que tener miedo jamás. Estamos salvados,
amigo mío. ¿Tiemblas? Noooo… no tiembles, amor, con lo tranquilo que tú estabas…
Bueno, allí donde vamos estaremos muuuucho más tranquilos, guapo. Ya verás, ya…
seguro que encuentras una linda gatita con la que retozar… Ven, toma, come
algo.
Mientras
le acompañaba, me repetía para mis adentros todas y cada una de las palabras de
aquella escueta carta que habían depositado, a mi nombre, en mi buzón. Eran pocas
palabras, pero lo que dependía de ellas no podía pagarse con todo el oro del
mundo…
“Querido
amigo, nos place comunicarle que ha sido seleccionado para acompañarnos a la
Gruta Arcadia, donde nos acompañará durante todo el tiempo que sea necesario
una vez llegado el momento del Diluvio. Tenga en cuenta que deberá dejar todas
sus posesiones materiales, a excepción de un acompañante. Y recuerde que, como
le prometimos hará unos años, nosotros no nos olvidaos de aquellos que, fiel y
servilmente, han estado trabajando para nosotros durante la preparación del
Evento”.
Pocas
palabras, sí… pero toda mi vida las había dedicado a ellas.
Y ahora…
¡Oh, gracias!… se reconocía mi esfuerzo.
---
*
Póngase aquí el nombre de aquel periodista, intelectual o sabe-lo-todo, al que
más rabia tengan dentro del inmenso elenco de chupatintas, lameculos, sastres
de saliva y demás tontos útiles que, durante todos estos años de quiebra,
cierre y derribo, han estado trabajando en pro del favor último de la #Casta…
al igual que harían los Criados con sus Amos Vampiro.
4 comentarios:
ACO-DESCOJONANTE ¡SI SEÑOR!
¡Eso ES Un Minirelato De TERROR, Como DIOS MANDA!
¡Esto SE AVISA QUERIDO HEREP!
GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR ¡QUE YO AÚN TENGO A MEDIO CONSTRUIR "EL ARCA" Y ¡MENUDA PUTADA!
Por Lo Demás NADA ME EXTRAÑARÍA...
Entre Las "MIL POSIBILIDADES POSIBLES" DE DESTRUIR EL MUNDO, DESDE LAS BOMBAS ATÓMICAS Y DE TSUNAMI, HASTA "LA FUMIGACIÓN DE DIOS SABE QUE PORQUERÍAS", SI Que Podrían "CREAR UN MAREMOTO GIGANTESCO, QUE NOS BARRIERA...
Aunque, Si la Memoria Profética No me Falla, Creo Que El GALILEO, Dijo Que "ESTA VEZ" Sería Con FUEGO....
Sea Como Sea, Un Abrazo GENIO.
Un Aplauso
Y Un Brindis Porque La COSA, SEA RÁPIDA...
POr Cierto ESta Es La NOCHE DE WALPURGIS, Así Que Enciende Una Vela Blanca, Reza Un POco Y Engrasa El MAZO...
Y
¡¡RIAU ROIAU!!
Parece escrito para hoy, donde las incongruencias entre la prensa -según depende- son tan grandes que no sabes a quién creer.
Bueno, quizá creer no sea la palabra exacta, pero no se me ocurre otra...A y B sobre lo mismo, sobre Aguirre, sobre las medidas del Gobierno; se creerán inmunes a toda esta inmundicia, prensa y periodistas pagados, subvencionados, casta y bazofia...
Tendré en cuenta su recomendación y la próxima vez acompañaré las entradas con uno, dos e incluso tres rombos, querido Old.
En eso de las formas de destrucción masiva, apostaría por el fuego, sí... aunque quizá este se deba a la furia de Asmodeo, que nos envíe su aliento en forma de tormentas solares... así que, amigo, hágame caso y, más que arca, atibórrese de crema solar con un buen factor de protección.
O cabe hondo.
Un abrazo y otro bríndis, camarada.
¡Riau!¡Riau!
Dicen que en España está todo politizado... y la prensa no iba a ser menos. ¿Independiente? Puedes contar dichos medios con los dedos de una mano... y te sobrarán.
El Cuarto Poder se ha fundido con los otros tres en esta anomalía democrática que padecemos los españoles.
Sobra mucha casta, Candela... en este y en todos y cada uno de los pilares de la Nación.
Un abrazo.
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