Nacimiento y Muerte... por soleá!

Hoy me lo van a permitir. Va. No me sean cabrones. Una vez en todos estos años no es motivo apenas criticable. Como el vuelo de las moscas alrededor de la cola del asno. Una acción irrisoria a tener apenas en cuenta.

Porque este fin de semana ha sido de esos que se recuerdan largo tiempo, sino siempre. A mi título de Comandante en Jefe de El Ejército de los 12 Monos debo añadir, de forma directa y políticamente carnal, el cargo de tío.

Tío… acepción familiar: .

Y eso, Monos, es un motivo de alegría. Alegría sin excusas.

Por eso, y con su debido permiso, escribo con una sonrisa en los labios… contento, alegre, animoso… en un día radiante que permite que esta mañana descubra mucho camino recorrido a mi espalda.

¡Qué mejor forma de expresarlo que con esta rumba de Peret!... ese Justo Molinero en la sombra de lo políticamente correcto. Palmas, palmas y zapateaos esporádicos. A todos nos vienen a la mente escenas similares cuando escuchamos la melodía. El primo Sebas, ¡cómo bailaba en el bautizo de Sofía! ¡Gitano, gitano! Carcajadas y más carcajadas de baile desenfrenado de solteros en una boda, guateque improvisado… una noche de verbena de barrio… 

¡Ese Peret y su rumba catalana! ¡Ese muerto que estaba de parranda!

De esta guisa… eufóricos… podemos bailar escuchando la historia de El Sistema, quien tras cobrar su salario… anual y bajo supervisión estatal so pena de presidio… y sin pensarlo dos veces, se fue para derrocharlo en milongas keynesianas tipo New Plan “E” Deal. Dos décadas se paso el Blanco Herrera este de juerga, con sobres por aquí, pre-vendas por allá, subvenciones a los antaño más necesitados… chantajes emocionales con las pensiones, las prestaciones, las jubilaciones, las felaciones como protagonistas principales… ¡Esos son malos! ¡Estos os darán más! ¡Aquellos son “de azufre”! guau, guau… bé…béeee…béeeeeee…

Un fiestorro a cuenta del salario, Monos. ¡A tope “tomando cañas”!

Palmas-palmas-zapateao del cuñao…

A estas alturas, con tres o cuatro J&B en el cuerpo, mientras la pista es tomada por el suegro descamisado, atendemos a esos que, sin tener noticia de Él, lo dan por muerto. Periodistas, redactores, celestinas… el pescadero Marcos y la esteticista Lupe, al ser preguntados en la calle, darán por muerto a Blanco Herrera… al Sistema… porque de tanta farra ya no se escapa. Lo pilló la Guardia Civil listo de papeles y sobres, oiga. Le pagamos su salario y lo ha quemado, con préstamo preventivo incluido. Muerto… y enterrado.

Le hacen un gran velatorio en la calle Génova al que invitan hasta a un gran juez del cante jondo, todo incluido. Cacerolas, preferentes, la ETA, las cunetas, los impuestos, la Memoria Histórica Individual de Cada Cual… y banderas negras de duelo… o rojas de más duelo. Los testigos aplauden, todos bailando al son de la rumba y al fondo, en la barra, no dejan de servirse cañas para todos, sean legales o ilegales… al tiempo que en todas las TV del Universo conocido le rezan “una novena” al pueblo muerto… ¡Qué pena de Blanco Herrera! ¡Qué pena de Sistema! Los programas se cancelan, los especiales recobran su perdido brillo, aparecen las caras viejas de siempre hablando, opinando… ya sabéis, Monos… las mismas viejas de siempre contando penas en el tanatorio… ¡Pobrecico mi niño! ¡Con lo sano que parecía! ¡Mira que la Paca decía que comía como la orilla del río! ¡Hay que ver!

Incluso su mujer… ¡mala pécora!... ya no quiere dormir con muertos. Porque este desaparecido está muy muerto, y huele que apesta a lujo, corrupción y pecado. Ha llegado el momento de, danzando-danzando-zapateando, quitarlo de en medio, darle sepultura… y traerse otro. Uno nuevo, mejor, del color que se atisba tras el negro y el rojo de las banderas que ondean en el velatorio del desdichado.

Ahí es cuando saltas a la pista… tú, héroe… y te arrancas la vergüenza a fuerza de sudar pacharán con hielo, presto a mostrar al Mundo quién eres tú… ¡El nuevo! ¡El válido! Mil veces mejor que ese que, por desaparecer, murió. Zapateas, taconeas, te deslizas sobre la pista invadido por esa alegría de Peret… el gitano catalán… creyéndote el más gallo del corral.

¡Democracia Real… Popular… Populista… y Porompompó!

Pero… ¡ah, amigo! ¡No va a dar la Historia un giro magistral!

A toque de guitarra él entra en escena, de nuevo… porque “no estaba muerto, no, no, estaba tomando cañas”… y aparece de repente en medio del jolgorio… él, el Rey Gitano… acompañado, o no, de Blanco Herrera, todo lustroso él, impecable el traje, la corbata, ese sombrero a lo mafioso de Chicago, dando saltitos, ágil, como si no hubieran pasado los años y los escándalos.

“… estaba tomando cañas”.

Alegría, Monos.

Al son de la guitarra española aliñada con jugo de tequila todos bailamos hoy… riéndonos de Blanco Herrera, del Sistema, los que rezan el rosario dándolo por muerto, los que lo rezan esperanzados en encontrarlo… en educarlo… re-educarlo… del cuñado, del suegro descamisado… del Borbón de los Gitanos… de Peret, de los políticos, los paniaguados en 4:3 o 16:9, full equip… de sus “santas” madres… riéndonos porque el Sistema “no estaba muerto”, más bien apuraba la última “parranda” del fin de semana… cogiendo aire para volverse a hinchar hasta superar su tamaño anterior… más intervencionista, más proteccionista, más despilfarrador… multiplicando por diecisiete su sectarismo… más hostil, criminal, asesino… más hideputa, el Sistema… muerto en vida en el velatorio, rodeado de aquellos que lloran por él… y su maldita estampa.

¿Qué?

¡No me dirán que, visto el panorama, no es mejor tomarse, aunque sea un día, un momento para dejarse poseer por la alegría! ¡No me dirán que, visto lo visto, no les entran unas ganas locas de bailar!... 

... ¡y zapatear!

Pues eso.