Este año la Cuaresma viene con prisa y tal ventura tan sólo
puede significar una cosa: estamos en vísperas de Carnaval.
Carnaval, carnaval…
carnaval, ¡te quiero!
Fiesta grande por excelencia, durante esa noche… donde
pacemos la cosa se reduce a una única noche, imagínense lo bestia del asunto… bueno, lo que decía, durante esa noche todo
son risas, excesos, cava extremeño recorriendo una infinidad de vasos de
plástico, pintalabios, humos, cuartos de baño unisex atestados de gente,
quemaduras de cigarro y salpicaduras… música, baile, pabellones municipales y
tinglados varios.
Y disfraces. Eso sí que nos gusta, a los españoles. Vestirnos
con cualquier trapo que tengamos por casa, embadurnarnos el rostro con
toneladas de maquillaje, comprar algún complemento a juego con la temática… y a
la calle, a la puta rúe… a darlo todo. El hígado, el pulmón, la taquicardia
obstruida y el cerebro bien-pensante. Disfrazados de aquello que anhelamos o
detestamos, nos metemos en el papel principal de la velada y, al girar una esquina,
cualquiera corre el riesgo de cruzarse en el camino del vampiro asiduo a
alcohólicos anónimos siempre presto a darnos una dentellada con regusto a lima.
O tropezar con la enfermera sexy… aunque estoy casi
convencido de que esto no es más que una leyenda urbana, o el argumento de
alguna película de calificación X.
Este año se lleva el disfraz de político. De calle, vamos. El
día señalado, contadlos. Veréis como la gran mayoría son trajes
chaqueta-corbata, maletín sobrecargados de billetes y algún que otro sobre
asomando por el bolsillo trasero del pantalón. Seguirá de cerca el disfraz del
coreano ese del baile del caballo, pero nada… gana el parásito de carnet por
goleada.
Aquí, en España, el truco está en disfrazarse de político. Cualquiera,
aunque preferiblemente se llevará la moda azul “pepero” o rojo “projeta”.
Dicho vestuario… chaqueta, corbata, pantalón de pinza, gomina a cántaros…
conocido en las tiendas como “Capitalismo
cabrón” y diseñado por el gurú perroflautístico de las pasarelas más indies,
podrá adquirirse también en versión “Amigos
del Pueblo llano”, pensado para snobs de barrio bien, con sus pantalones
desgastados, la chaqueta de pana y el surtido variado de cabeza para arriba… habitual
en aquellos que creen que sólo roban los pobres.
Así, los unos por los otros… y la casa sin barrer.
El ciudadano… todavía libre, oremos… no ha necesitado de
caros ensayos publicados en revistas de papel couché para averiguar qué va a
romper este Carnaval. Trabajen, descansen, rían, lloren o mamen, este año se
lleva el color “chorizo”… y, ¿qué
pega más con el “chorizo” que el
disfraz de político? No os esforcéis, que la pregunta es estúpida de lo simple.
Los niños, tan inocentes pero tan cabrones y auténticos,
dejarán el habitual disfraz de zombi, de Jason o de alienígena para, sobre el
mono azul, encasquetarse la careta de Pepiño, de Vara o de cualquier familiar
de Chávez lanzándose a la calle a atemorizar a las viudas embutidas en sus
abrigos de piel al grito de “¡Impuesto de
Patrimonio!”, “¡Toma tasa, Nicolasa!”
o el infalible “la SICAV o la vida”.
¡Cómo chillan, Monos! ¡Qué golpes de bolso sueltan, las muy condenadas! Los chavales
de barrio humilde, menos dados a las fiestas, ponen todo su empeño en estas
celebraciones populares… gratuitas, oremos… involucrando a toda la familia. El padre
le dejará los pantalones del día en que se casó, una americana apañada, la
corbata pedida al jefe del taller y mucha colonia simulando gomina, que no
deberá taparse con la careta, para mayor efecto. Tranquilos porque las caretas
de Bárcenas, de Matas o de cualquier familiar de los Fabra están diseñadas
teniendo en cuenta estas circunstancias. Poco propensos al algarabío y el
eslogan, son más de dar la palmadita en la espalda con la diestra y apuñalar
con la siniestra, vendedores consumados de submarinos y demás gilipolleces que
acaban por cautivar a las viejas… “¡Nosotros,
sí!”, “el cambio positivo”… Ley,
Justicia, Historia, Estado de Derecho… qué te gusta, que te lo doy… doy, doy, doy… y zas…
puñalada.
Acostumbran a llevar un bote de limpiacristales repleto de
agua con el que pulverizan tal líquido sobre las víctimas inocentes,
quedándoseles a éstas una cara de asombro de aquí a Lima… pero, ¿qué os
pensabais? ¿Os sorprendéis?... No, Monos, no. Los ricos también roban…
… como los pobres…
… como España toda.
Por arriba, por abajo, en el centro monárquico… ¡Corre, Urdangarín, corre!... en la
periferia… ¡Porque esa es otra! Previendo la escasez de disfraces de políticos
nacionalistas debido a la ubicación del Cuartel General, en pleno territorio
comanche, desde El Ejército de los 12
Monos hemos enviado una escuadra en misión secreta a un lugar de cuyo
nombre no queremos acordarnos para, infiltrados, informar de la presencia y el
estilo de los mismos. Como ya sabéis, en Cataluña los políticos no son corruptos.
Lo dice el editorialazo conjunto de la Mega-Corpo catalana… y, los muy hienas,
aprovechan el humo para disfrazarse como hiciera aquel lobo vestido con piel de
cordero, simulando que el estigma de la Casta no va con ellos. Pero no. Os
hemos calado ratas. Misión secreta. Objetivo: comprobar cómo, fuera de
Cataluña, el disfraz de político corrupto se acompaña, también, con las
máscaras del Clan Pujol&Ferrusola, los Mas o el bigote postizo de Carod.
En Carnaval el grueso de la población saldrá a la calle y se
disfrazará de político. Político corrupto, color chorizo. Algunos jóvenes lo
harán para asustar al personal mientras que otros, más grandecitos, tan sólo albergarán
la esperanza de poderse reír… cachondearse… desgarrarse la mandíbula con tanta
carcajada.
Porque España se ha convertido en un cachondeo. No hay día
en el que no aparezca un sobre aceitoso pringado de gomina institucional o una
comisión porcentual escondida en un cajón del juez nombrado a dedo. Ayer fue
una despechada atestiguando el trinque, hoy un diario… ¡uno de cientos!...
desvelando el juego de manos que se practica bajo la mesa… mañana, alguna una
lista de cuentas en las Islas Caimán. Te amaneces con un imputado en una
concejalía, te desayunas con un diputado esposado camino del juzgado, te
acuestas trescientos imputados jugando con el quinto IPad gratuito de la
legislatura. Toda una nube de corrupción que te envuelve en un interminable
frente frío de desesperanza, odio… furia…
Sí, Monos.
Nuestra es la Furia.
Nuestra porque ante nuestros ojos están esquilmando las
arcas públicas, y más abajo. Mientras nos estafan con sus juegos de la bolita subiéndonos
los impuestos, apuñalándonos a revisiones al alza de las tasas, friéndonos a
copagos, repagos, tripagos… céntimos verdes, hidrocarburos, tabaco, alcohol,
drogas… Todo, en una palabra, y ellos ahí, dándole a la VISA los días par y al
dinero negro los impar, cobrando por licencias, por transferencias, por asistir
a conciertos en el Auditorio Profesional de Polituara… Todo son dietas y
cuando no, tantos por ciento en alguna cuenta Suiza bien encriptada y molona.
¿El dinero para las ayudas al fomento empresarial? Repartidas. ¿El IRPF? Dos pa ti,
uno pa mí. ¿Las cuotas pagadas al partido? En el crucero por el Adriático
se quedó el comprobante, lo sentimos. ¿Pedir ayuda a los simpatizantes para los
escoltas vascos? ¿Firmas contra estatutos? ¿ Contra el IVA? ¿Promesas, promesas, promesas?
¿Futuro?
Una pena. Un asco. Una vergüenza. Una rabia tal que… oremos…
pronto llegará otro Carnaval en el que podremos dar fuga a este sentimiento que
amenaza con reventar, salpicándolo todo… salpicando la nada, porque nada es lo
que funciona, nada es lo que tenemos y, Monos, nada es lo que vamos a recoger
mañana, cuando lleguen los Años Oscuros, y queramos echarnos algo de comer a la
boca. Riámonos de nuestra mísera suerte… esa que nos amordaza la existencia,
inmisericorde imagen que nos recuerda la infinita tristeza de España… su
maldita enemistad con el “buen Gobierno”…
su condena a vagar en impuras manos por los siglos de los siglos… amén.
Disfracémonos de político español, Monos. Un día, nada más. Sintamos
cómo la corrupción recorre nuestras venas. Hinchemos nuestros pulmones con aire
corrompido por ese vil metal ganado con el sudor del prójimo. Impregnemos
nuestra piel con la viscosa pringue de la impunidad total.
Liberémonos, aunque tan sólo sea por un día, de la Furia.
Esa Furia que nos acompaña siempre.
NOTA. Oye, perdona… esto… por si no nos conocemos, decirte
que para mí todo político en esta España nuestra es un ladrón. No es cuestión
de ser de Villarriba o Villabajo… no… es algo superior… y como aquí yo soy el
Comandante en Jefe, quien no esté de acuerdo, que me demuestre lo contrario. Mientras
tanto, el color del político español es el Pantone CRZ.
CRZ de “chorizo”.
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14 comentarios:
Así es Herep, este año la tendencia carnavalera la marca el político español corrupto Pantone CRZ, tendencia que se perpetuará pasado el carnaval, hasta el infinito y más allá.
Antes el carnaval estaba poblado de Chiquitos de la calzada, Arguiñanos,Willians Wallace.....
Y efectivamente hay un clásico que se niega a desaparecer: La Enfermera Cachonda!!!! ¿mito? ¿realidad?¿Leyenda urbana, como dices ,espero que nos lo aclaren en Cuarto Milenio!!
Este páis llamado España está Podrido institucionalmente,socialmente,moralmente y todos los "mentes" que se puedan ocurrir
Y seguramente muchos de los que se disfracen de politicastro y los ponga a parir cobrará el Per mientras por otro lado hace chapuzas sin el IVA porque "asín" es Apaña, qué le vamos a hacer...se rompió el molde.
Lo de la enfermera sexi no es una leyenda, lo malo es que suele ser un tio
¿Porque sera que a muchos hombres les gusta disfrazarse de tias en cuanto pueden?
O hacer el maricon
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es
Como dijo nuestro brillante.Mariano Jose de Larra.Todo el año es Carnaval,un saludo,
NuestrabEs LA FURIA, Querido HEREP, Y ALGÚN DÍA, NO MUY LEJANO LO VEO YA, TAMBIÉN "LA JUSTA Y MERECIDA VENGANZA".
UN ABRAZO GENIO.
UN BRINDIS POR LA ÑLIMPIEZA EN SECO
Y
¡¡RIAU RIAU!!
Para romper la tendencia, sugiero el disfraz de piraña. Bueno bonito y barato y se pueden utilizar los piños imitación Alicia Sánchez Camacho.
Glamour yéxito asegurado.
Es un placer comunicarte que tu blog ha sido seleccionado finalista del premio "Libertad de Expresión en la Red 2.012".
Mucha suerte.
Un abrazo.
http://rebuznometro.blogspot.com/2013/01/premio-rebuznometro-libertad-de.html
Buenas abulto67,
Mucho me temo que la tendencia se alargará bastante tiempo, pero espero que, tarde o temprano, acabe por pasar la moda.
Quizá el requisito para que esto pase sea que se acabe hasta el último centavo del dinero público y privado, pero no hay más solución que el duro golpe con la realidad.
Un abrazo, figura.
Eso no lo dudo ni un segundo, Maribeluca... y muchos más estarían deseando ese puesto de politicastro para, conociendo la clave, saquear la caja fuerte.
Triste, pero real en un país que perdió todo valor moral.
Un abrazo.
Esa es otra posibilidad de que el "mito" de la enfermera se eche a perder: el intrusismo sexista.
Malos tiempos, Geppetto.
Un saludo.
Ese es el gran problema, Agustín... la mayoría de los ciudadanos piensan que todos los días son Carnaval, y así nos luce el pelo.
Todo fiesta, pandereta y diversión... hasta que llega el momento de pagar la cuenta y nadie lleva dinero en los bolsillos.
Nosotros, además, nos ponemos chulos a la hora de lavar los platos.
Un abrazo, neozelandés.
Sí que lo es, Old. La furia de unos ciudadanos que se ven humillados sistemáticamente por la Casta que nos gobierna.
Todos los días igual, con algún escándalo a primera hora y el consiguiente cruce de declaraciones que, al día siguiente, se ha llevado el viento o un nuevo entuerto.
Acumulando, acumulando mala leche hasta que, en cualquier momento, salte la chispa y la hierba seca prenda.
La llegada de esa Justicia está bien preparada, Old.
Brindemos por ella.
Un abrazo, camarada, y ¡Riau!¡Riau!
Lo de Alicia es para comer aparte, Candela.
Con todo el fregado organizado por los secesionistas catalanes y a esta sujeta tan sólo se le ocurre seguir dorándoles la píldora.
Luego, cuando se organiza una manifestación unionista, se apunta a la cabecera buscando la foto y el micro.
Claro ejemplo de otro tipo de corrupción, la moral, más dañina que la económica e igualmente aceptada y asimilada por la inmensa mayoría.
Esperpéntico.
Un abrazo.
Gracias, Carlos.
El placer es mío.
Me paso para votar.
Un abrazo.
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