Ya va siendo hora de
consultar a los ciudadanos, al pueblo soberano, sobre la necesidad y
conveniencia de que haya o no Autonomías territoriales en España. ¡Veamos por
qué!.
En el año 1977, en el
entonces centralista Estado español había 800.000 empleados públicos y menos de
90.000 políticos. Actualmente, en el Estado de las Autonomías hay 3.104.000[i] empleados públicos
y unos 350.000-400.000[ii] políticos. La
existencia de las Comunidades Autónomas ha hecho necesario multiplicar por
cuatro, aproximadamente, el número de políticos y de empleados públicos;
quienes, obviamente, viven de los impuestos de todos los ciudadanos. En 2011
las Autonomías han costado 86.333 millones de euros en personal y gastos
corrientes. Pero las costosas CCAA son también ineficientes, ya que la Sanidad
y la Educación, como otros servicios públicos, son más caros administrados por
17 burocracias sanitarias y 17 burocracias educativas que por una sola
administración general del Estado.
El altísimo coste del
Estado autonómico es el problema central de la actual crisis española, porque
hace imposible conseguir un crecimiento económico suficiente para crear puestos
de trabajo.
Nuestro modelo
autonómico es ruinoso para el ciudadano; pero, en cambio, es muy provechoso
para los partidos políticos predominantes en una comunidad autónoma,
nacionalistas o no, para la burocracia creada por la autonomía y, sobre todo,
para unas oligarquías caciquiles que, organizadas en grupos de presión, manejan
en su territorio los presupuestos públicos a su antojo directamente o por medio
de políticos afines instalados en puestos clave. Desde luego, las Autonomías
son una fuente de poder y de puestos de trabajo para la casta autonómica y para
los militantes de los partidos. Las CC.AA. mantienen legiones de políticos que,
en vez de servir al bienestar de la ciudadanía, se dedican a expoliar a los
contribuyentes en su propio beneficio.
Las CCAA, que tienen
unas competencias que duplican ampliamente las correspondientes a los Estados
federales, se han convertido en administraciones cuasiestatales donde los
caciques territoriales han colocado a sus familiares y correligionarios, y
enchufado a sus amigos. Se estima que existen dos millones de empleados
públicos nombrados a dedo en las CCAA. y en los miles de empresas públicas y
entes autonómicos creados; lo que contribuye decisivamente al cuantioso volumen
de paro existente en España, porque un puesto de empleo público destruye 2,8
puestos en el sector privado.
Además, la existencia de
las Autonomías ha producido duplicidades y redundancias en la prestación de
servicios públicos, lo que supone un despilfarro anual superior a 40.000
millones de euros.
Desde luego, las CCAA
son gigantescas máquinas de gastar el dinero de los contribuyentes; pero en su
orgía derrochona gastan también lo que no tienen, endeudándonos a todos
-padres, hijos y nietos-, para financiar sus déficits presupuestarios. Según el
Banco de España las CCAA tenían a finales de 2011 una deuda de 140.083 millones
de euros; pero la realidad es muy superior a esa cifra si se tienen en cuenta
también los pasivos en circulación del entramado de sus empresas públicas y sus
entes autonómicos, pues el BdE dice que en 2011 ha llegado a ser en total de
191.597 millones de euros.
El Estado de las
Autonomías, el maligno cáncer que arruina a España, está en una profunda
crisis, dado que el modelo autonómico no es viable por sus altísimos costes y
sus exigencias financieras, a pesar de su escasa eficiencia en la prestación de
servicios al ciudadano. El mito de las ventajas de las Autonomías para los
ciudadanos se ha venido abajo.
Por supuesto, el Estado
autonómico es política y financieramente insostenible, sobre todo cuando existe
crisis económica generalizada. Por el costosísimo y superendeudado Estado de
las Autonomías nos estamos convirtiendo en el Estado de los recortes económicos
y sociales, destruyendo el Estado del Bienestar y acercándonos cada vez más a
la insolvencia tanto estatal como de las CC.AA. ¡En España no hay recursos
suficientes para mantener las costosas CCAA!. La enfermedad que aqueja al Estado
de las Autonomías es terminal, porque su bancarrota parece inevitable. Pero
¿quién podrá rescatar a las CC.AA.?, porque el Estado español se ha convertido
ya en residual y está arruinado. ¡Nadie!. ¡El suicidio de las CC.AA. se está
consumando!.
Europa y los mercados
financieros nos obligarán a elegir entre el mantenimiento de nuestras ruinosas
Autonomías o nuestra pertenencia a la desarrollada Europa del euro. La
desaparición del Estado autonómico llegará a ser inevitable, por una mera
cuestión de supervivencia. Esa será la consecuencia de que los políticos, con
el enorme endeudamiento suicida de sus CC.AA., se hayan comido vorazmente su
“gallina de los huevos de oro”: las Autonomías territoriales. Entonces, gracias
a los compromisos con la Europa del euro, terminarán por desaparecer. ¡Estamos
ya en el principio del fin de las Autonomías, en su ocaso!.
Desde el punto de vista
económico-social las Autonomías han sido un fracaso. También lo han sido
políticamente porque su establecimiento se hizo para neutralizar los
nacionalismos vasco y catalán; sin embargo, actualmente esos nacionalismos se
han radicalizado y se han convertido en independentistas pues el Gobierno
autonómico de sus territorios les facilita los recursos suficientes para gastos
identitarios y para fomentar un independentismo mayor del que nunca
existió anteriormente.
Menos mal que existen
salidas del laberinto autonómico. Todavía estamos a tiempo de salir
voluntariamente de ese laberinto, antes de que Europa tenga que rescatarnos
traumáticamente. La supresión de las CCAA evitará un despilfarro anual
de más de 120.000 millones de euros, lo que equivale al 12 % del Producto
Interior Bruto.
Pero lo malo es que la
casta política (grandes partidos y nacionalistas) se oponen encarnizadamente a
desmontar esa mastodóntica estructura política y económica que han establecido
en su propio beneficio, aunque sea perjudicial para el 90 % de los españoles.
La Partitocracia se niega a reformar sustancialmente las Autonomías, a devolver
muchas competencias al Estado y, mucho más todavía, a eliminar las CCAA, porque
son su coto de caza, pesca y caciqueo.
Entonces, como la
soberanía popular reside en los ciudadanos –aunque quiera monopolizarla la
casta política- el pueblo va a tener que pronunciarse ya para decidir
lo que se hace con las Autonomías, eligiendo una de estas tres posibilidades:
1) mantenerlas tal como están; 2) reformarlas profundamente devolviendo la
mayor parte de sus competencias al Estado y limitando su techo de gasto, su
autonomía financiera y su déficit presupuestario en los mismos términos que el
Estado español se comprometa con la Europa del euro; y 3) eliminar
completamente las Autonomías para que España pueda salir de la crisis y para
que todos los españoles seamos iguales ante la Ley y tengamos un mismo nivel de
prestación de servicios sociales.
Por lo tanto, es preciso
hacer ahora una consulta a los ciudadanos españoles para que elijan una de esas
tres opciones. Posteriormente, para revalidar la opción elegida por el
pueblo sería necesario que el Gobierno español y los grandes partidos políticos
asumiesen el resultado de la consulta o que, alternativamente, hiciesen aprobar
por el Congreso de los Diputados la convocatoria de un Referéndum popular en
los términos previstos en la Constitución. Si el resultado del Referéndum fuese
la eliminación de las Autonomías sería entonces necesaria la disolución de las
Cortes y la modificación de la propia Constitución para eliminar el vigente
derecho territorial a la autonomía política.
Por supuesto, si los
grandes partidos políticos no quisieran instrumentar y llevar a cabo la opción
elegida por el pueblo sobre las Autonomías, entonces podría haber una grave
confrontación de la ciudadanía contra la dictadura de la Partitocracia, que se
concretaría en las acciones pertinentes.
En la consulta popular
que te proponemos ahora es necesario que participemos la mayoría de los
ciudadanos para presionar suficientemente a los partidos políticos. ¡¡¡UNE TU
VOZ A LA DE LOS MILES DE ESPAÑOLES QUE ESTAMOS DISPUESTOS A EMBRIDAR, REFORMAR
O ELIMINAR LAS RUINOSAS AUTONOMÍAS!!!.
JOAQUÍN JAVALOYS
[i] Fuente: Instituto Nacional de
Estadística. Encuesta de Población Activa. Primer trimestre de 2012.
[ii] No existen datos oficiales. Las
estimaciones existentes difieren mucho entre ellas, en función del concepto de
político que tienen en cuenta. Si de político se acepta un concepto amplio, que
incluye como tales también a los asesores y a los cargos de confianza
designados directamente, entonces las estimaciones más fidedignas del número de
políticos en España se hallan en el intervalo de 350.000 a 400.000. En un
artículo firmado por Javier Fonseca se afirma que el número de políticos es de
445.568, ya que en él incluye
además a los liberados sindicales y patronales.
10 comentarios:
Miterrand dijo: "Eso solo pueden permitirselo, los paises RICOS como España".
Lógicamente se estaba recochineando de nuestra gilipollez genética. Iremos a parar al fondo, con los países más pobres del planeta, pero con Autonomías (y sin nucleares, sin explotar yacimientos petrolíferos, contra el libre mercado, con desaladoras, aeropuertos en cada barrio, contra las empresas, por la inmigración, mezquitas gratis, ayudas al extranjero, subvenciones para todo y para todos,.... arruinados pero muy muy vanguardistas, modelnos y progres)
Los políticos jamas harán esa consulta. Ademas en España (esa es una m.... que denunciamos en su momento) los referéndums no son vinculantes, el gobierno puede hacer luego lo que quiera, no como en Suiza que lo que dice el ciudadano en consulta va a misa.
Saluditos.
Esa consulta se haría en un país democrático; esto, por contra, es una partitocracia manejada por una casta. ¿Cómo va a meter mano el PP a un chiringuito que controla en casi todo el país?
Vale, pero insisto en que es un reduccionismo y quien crea que es la única causa de nuestros males es un gran ingenuo, con Aznar había autonomías y la prima de riesgo era cero y es tan sólo un ejemplo...
Ahora todos hemos decidido golpe acabar con eso como el que se agarra a un clavo ardiendo y a culpar de TODO a "los políticos" como si fueran entes completamente ajenos y diferenciados de los mortales, y yo digo que ni tanto ni tan calvo, hay una base real para el diagnóstico, pero intuyo derivaciones peligrosas y volátiles por esa vía de discurso que se está imponiendo, espero que no abandonemos la senda de la cordura ahora que se avecina un otoño muy calentito, tenemos mucho más que perder que ganar, pese a lo que algunos crean...
Un abrazo, amigo Herep
Ya "PeguÉ El INFORME ESTE SABADO, HEREP.
PeroComo Lo Mío No Es La INFORMÁTICA AVANADA, Me Salió
Una Chapuza ILEGIBLE,
Puaj.
Fuera AUTONOMÍS INSOSTENIBLES Y LA CASTA QUE LAS EXPRIME
y
¡¡RIAU RIAU!!
Faltaría más, Carlos.
¡Antes muertos que sencillos!
Desde hace varias décadas, todo el mundo "civilizado" se chotea de España. Cuentan, eso sí, con nuestra gratuita e inestimable ayuda.
España tiene que ser un gran país, no te quepa duda. Es imposible sobrevivir a tanto miserable durante tanto tiempo.
Un saludo.
Aquí, visto lo visto, no son vinculantes ni los resultados de los referéndums, ni los resultados de las elecciones.
El ciudadano vota, sea donde sea y sea para lo que sea, y el político de turno, se limpia los bajos con la papeleta.
Lo llaman democracia, pero no lo es, Zorrete.
Un abrazo, campeón.
De ninguna manera se cargarán el tinglado que tienen organizado, Reinhard.
Viven de y para él.
Hoy se sienta uno, mañana el otro, pero la casa sigue sin ser barrida y la porquería ya no cabe bajo la alfombra.
Cualquier día nos despertamos tras el lógico tropezón.
Un saludo.
A mi no me gustan las Autonomías, Maribeluca. Como su nombre indica, son entes "autónomos", independientes de la Administración Central, y eso, amiga mía, no casa muy bien con el principio de igualdad entre todos los españoles.
Quizá se podría aceptar una solución intermedia, pero... a mi gusto... debería abolirse toda capacidad legislativa de tales entes.
Deberían ser representantes del Estado, y no organismos diferenciadores, pero ellas siempre han estado por esta segunda opción... la de separar, dividir y estigmatizar al "extranjero".
El "café para todos" no fue una solución al problema territorial. Más bien todo lo contrario. un punto y seguido en la ardua tarea del nacionalismo secesionista.
Muchos, en pro de la convivencia, ofrecieron la mano, pero al final, se han quedado sin brazo.
España se enfrenta a innumerables problemas, Maribeluca y, como dices, debemos tener la mente clara y dispuesta. Para ello, a mi entender, primero debemos sacudirnos esta caspa (y casta) miserable.
Un abrazo.
Jajajaja... lo vi, Old, lo ví.
Bueno, de aquella manera porque, como bien dices, las letras eran un poco psicodélicas...
... pero había buena intención, y eso es lo que importa.
Esperemos que sirva para algo. En caso contrario, nadie podrá decirnos que no lo intentamos.
Un abrazo, maestro... y un brindis por el finiquito autonómico.
¡Riau!¡Riau!
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