El lunes se hicieron públicas las cifras del desempleo en el
pasado mes de Mayo.
Como era de esperar, el Gobierno se frota las manos con la
leve bajada del número de desempleados… pero, si miramos los datos
desestacionalizados, la cosa cambia… y la euforia inicial se torna pesimismo
como por arte de magia.
Lo de siempre. Nada nuevo bajo el Sol. Seguimos en compás de
espera… de algo que nadie sabe muy bien qué es… ¿A la espera de la
intervención? ¿A la espera del milagro divino? ¿A la espera de ganar la Eurocopa?
¿A qué esperas, Mariano Rajoy?
Pero hoy voy a hablaros de un suceso que ocurrió en el
Cuartel General el pasado jueves 31 de Mayo. Último día de mes. Día de cobro…
… y de finiquito.
Estábamos tan tranquilos en la Sala X cuando, de repente,
llegó hecha un mar de lágrimas una de nuestras Monos. Tras intentar consolarla,
tarea harto ardua, conseguimos que nos explicara el motivo de tales lágrimas.
Entre sollozos, nos contó que, a primerísima hora de la mañana, se había
presentado en su oficina un matarife de la dirección de la empresa,
departamento de Recursos Humanos, con un sobre en una de sus manos.
Sin previo aviso y antes de llegada la hora del café,
nuestra compañera se vio sentada en un despacho cualquiera, acompañada del
susodicho matarife el cual, con voz intimidatoria, le comunicó que quedaba
despedida después de cinco años de sufrido esfuerzo en beneficio de dicha
empresa.
Nuestra compañera, colapsada por la vorágine de los acontecimientos,
con las sábanas arrugando su tersa piel y todavía medio adormecida, se
encontró, en un abrir y cerrar de ojos, en la puta calle. Una nueva inquilina
para la casa grande… la empresa que nunca quiebra… cada día más empleados… cada
día más desamparados…
La situación es
deplorable… Si remontamos te avisaremos… Tú tranquila, que se atisban luces en
el horizonte… Que si patatín, que si patatán… Firma aquí… Gracias por tu trabajo… y Adiós, muy buenas. El
matarife de traje y corbata tuvo el gesto, eso sí, de acompañarla a la puerta.
Todo en apenas 5 minutos.
Hasta aquí todo normal. Es una situación cotidiana con la
que muchos ciudadanos de este país antaño conocido como España, se encuentran
día sí y día también. El paro, como todos sabéis, es un mal endémico en este
rincón del Universo. Una maldición divina, si creéis en todo aquello que sale
por TV. Lo increíble se convierte, por obra y gracia de la manipulación
intelectual, en algo corriente. Común en nuestros tiempos.
Llevamos el paro en nuestro ADN.
Y nada se puede hacer… obsérvese, si no me creen, la actitud
de brazos caídos del gabinete del Iluminado de la Moncloa*. ¿Qué?
¿Sorprendidos?
Pero lo que ya no es normal, tras secarse las lágrimas de
nuestra compañera, es comprobar cómo la empresa, grande donde las hubiere…
poderosa tras el paraguas de la Administración Autonómica, siempre presta a
regar con dinero público las arcas de tantas y tantas empresas básicas para la
mal llamada “construcción nacional catalana”… hiciera firmar, mediante el
engaño, la burla, la manipulación y la desvergüenza más absoluta, un papelucho…
sólo uno… en el que se leía, tras la pausa que sigue a la tempestad, la
palabras “Despido procedente”.
¿El motivo? Una supuesta dejación de las funciones
¿Las pruebas?... ¿Auditorías, estadísticas, comparaciones?…
Nada. Ni rastro. Como decía antes, una sólo papelucho con membrete, mala letra
y peor sintaxis.
Lógico.
Por mucho que busquen, no encontrarán nada para justificar
lo injustificable.
Las palabras del matarife, Monos, hablaban de paupérrima
situación económica… caída drástica de los ingresos… cierre de oficinas,
sucursales y despachos… pero, en el papel firmado, nada se decía del tema. Tan
sólo una acumulación de letras mentirosas, frases manipuladas y
sinvergonzonería tecleada a máquina… en vieja Olivetti.
Máquina con la que, al día siguiente, se tecleó el contrato
para la sustituta…. mientras la silla del despacho de nuestra compañera todavía
permanecía caliente de posaderas.
Estafada, nuestra Mono todavía llora en uno de los rincones
de la Sala X. Engañada, humillada, vejada en lo más profundo de su orgullo
laboral, cumple pena por no haber desconfiado de todos, ratas a la carrera.
Cinco años ejecutados con un despido al amanecer, reflejado en un trozo de
papel… sólo uno… repleto de mentiras, falsedades y miseria.
Miserable, matarife. Eres un miserable… tú y toda tu casta
de podredumbre, reyes del trinque, la estafa y el juego del trilero. ¿Dónde
está la bolita? ¿Dónde está la bolita?
Pero tranquilo. Todo nuestro Servicio de Inteligencia está
siguiéndote la pista. Tras cualquier esquina, matarife, sentirás cómo se eriza
el vello de tu nuca. Eso es miedo, matarife. Pronto lo conocerás,
personalmente.
Los trabajos, soldados, vienen y van. Empiezan y acaban.
Jamás, en El Ejército de los 12 Monos, hemos defendido la “lucha de
clases”, la “lucha de géneros”… la “lucha de sexos”… jamás.
Dejaos tan vacua tarea para otros, con más y mejor tiempo.
Nosotros tan sólo defendemos la lucha por la Justicia. En
mayúsculas.
Y luchar contra las ratas empresariales, que también las
hay, no iba a ser tabú en nuestro Cuartel General. No sólo de política vive tal
roedor, no. De ratas, soldados, las hay en todos lados. Como los hombres,
encontramos buenos y encontramos malos. Unos se merecen nuestro aplauso y otros
nuestras maldiciones gitanas.
¿O qué te pensabas, perro, que te ibas a escapar?
La empresa… o nido de ratas… es el RACC.
El Real Automóvil Club de Catalunya. Curioso nombre
entremezclando Cataluña, realeza… y club. ¿Será, como se dice del F.C.
Barcelona, más que un club? ¿Un ente todopoderoso del que mana el maná del
Nuevo Estado de Europa? ¿Logia donde se mueven los hilos de estas tierras
plagadas de marionetas?
Seguro.
Más que un club… un puticlub.
Y dentro, mil bastardos portadores de la Peste Negra.
13 comentarios:
Desgraciadamente, es como dices, amigo Herep. Al que se despide se le hace creer que la dura situación que se vive en la empresa la obliga a despedirlo. Pero, cinco minutos después, entra la persona que viene a sustituirlo.
Un cordial abrazo, amigo Herep, con la esperanza de que todo cambie pronto.
Que no lo deje estar y lo ponga en manos de un abogado laboralista que ademas cobran al final cuando se resuelve el caso. Si estuvieras en Madrid te daba alguno bueno.
Saluditos.
Ps: El Camel de liar es un revienta pechos pero tiene la ventaja de que en dos horas no te dan ganas de encenderte otro, jajaj-
A veces creo que la unica manera de arreglar cuenta con estas sanguijuelas,Que se aprovechan de la situaciony la crisis de trabajo,Seria un buen susto por parte de la CNT,Pero eso seria tachado de terrorismo digo yo.un saludo,
Esa empresa tiene la fea costumbre de darme el coñazo vía telefónica para que me haga un seguro que pintan como maravilloso. Tomamos nota para la próxima.
La estabilidad en el empleo no solo significa dinero sino poder afrontar un proyecto de vida, nada más y nada menos.
En Estados Unidos te despiden pero encuentras otro empleo, este sistema solo funciona cuando la economía es muy dinámica y las ofertas de empleo altas pero aquí...Y así ¿como nacerán españolitos? O vamos a sacrificar a nuestra propia sangre al sistema?
Qué triste es todo esto Herep.
La Justicia social es fundamental para hacer Patria.
Un saludo!
No todas las empresas actúan de igual forma, Tío Chinto, pero es de justicia levantar la voz cuando nos encontramos con casos como el de nuestra compañera.
Aunque tan sólo sea uno.
Como bien sabes, amigo, yo no soy tan optimista como vos.
Un abrazo.
También tenemos una sección jurídica dentro de El Ejército..., Zorrete. Ya están manos a la obra y, según tengo entendido, es un caso bastante claro.
Te tomo la palabra con lo del Camel. Estoy en lucha contra el vicio.
Un abrazo.
Bufff.... la CNT...
Esos empiezan y ya no paran.
Mejor un susto vestido de toga, si es que todavía existen... y siguen conservando la facultad de asustar a la parroquia.
Aunque hace ya tiempo dejé de creer en los fantasmas, sean blancos o negros.
Un abrazo, neozelandés.
Toma nota, Reinhard. Que no te la cuelen.
Los todopoderosos del RACC son unos miserables.
Así, con todas las letras.
M-i-s-e-r-a-b-l-e-s.
Un abrazo.
El Sistema vive de nuestra sangre, Candela. Lleva viviendo así más de tres décadas.
Pero él te dirá que lo hace en nombre del progreso y el bien común...
Chorradas.
En USA, como bien dices, hoy trabajas y mañana no... pero con la misma facilidad puedes contratar hoy y mañana no.
Aquí, tanto si escribes un contrato como si firmas un contrato, más bien parece que estés aceptando una condena.
Así no vamos a ninguna parte. Bueno, sí... vamos camino del abismo. Llevamos un buen rato yendo.
Un abrazo.
Estoy contigo, abulto67.
Incluso diría más... La Justicia es fundamental para hacer patria.
Un abrazo, campeón.
No es la única empresa que -desgraciadamente- funciona así.
Unos célebres grandes almacenes también mantienen la misma política.
Y tras el verano, todo amenaza con empeorar.
Eso,si no nos intervienen antes...
Saludos.
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