TITULO ORIGINAL. The X-Files
AÑO. 2012
DURACIÓN. Infinita
PAÍS. España
DIRECTOR. Herep
GUIÓN. El Ejército de los 12 Monos
MÚSICA. Gustavo Pascual Falcó
FOTOGRAFÍA. B/N
REPARTO. Varios
PRODUCTORA. Chirigota Española, s.l.
GÉNERO. Ciencia-Ficción
SINOPSIS. Estamos ante una cinta que, a pesar de los años transcurridos desde
el clímax de la tendencia artística, podría clasificarse perfectamente como “arte y ensayo vanguardista”. La extensa
duración de la historia narrada, la vacuidad de la línea argumental y el hecho
de encontrarnos ante una película muda hacen que, como toda obra experimental, se
produzcan en el espectador un cúmulo de sensaciones contradictorias, tanto a
nivel psíquico como físico.
Parte de la culpa del sopor sufrido por el espectador
inexperto se debe a la ausencia de argumento sólido. De guión inexistente,
apenas dos servilletas escritas por delante y por detrás, la película se alarga
y alarga por obra y gracia de la técnica de los actores, principales y únicos
protagonistas de la cinta.
Todos ellos, alumnos aventajados del Actor’s Studio, pululan por el metraje sin razón aparente, peleando por el papel de actor principal de la película… más cercana al documental… mientras observamos cómo se desenvuelven en sus quehaceres
diarios. Reuniones, comidas, familias, cenas, comisiones, viajes en jet…
Esta rutina laboral es el único punto en común entre los
diversos actores de la película. Todos los que nos muestran su rostro se
dedican al mismo oficio progresista: la Política. Todos, agrupados según sus cargos
institucionales, van desfilando mientras rellenan bandos municipales, decretan
leyes de acompañamiento, firman expropiaciones… Alcaldes, senadores, consejeros…
diputados a Cortes, a los diversos Parlamentos Autonómicos… cargos electos de
Diputaciones, Comarcas, Veguerías… sindicalistas con carnet político,
empresarios con empresas públicas…
Todos ellos gravitan alrededor del Astro Rey, alias Estado... hijo del Poder.
Sin diálogos… sin voces en
off… sin sonido ambiente… Tan sólo la música repetitiva del maestro Falcó y
el ir y venir de una multitud de señores a lomos de coches oficiales,
talonarios en blanco y latas de anchoas listas para ser ofrecidas como coartada.
Todo amenizado con unos paupérrimos efectos especiales. O, mejor dicho, "intuitivos" efectos especiales.
Porque los protagonistas, tal y como suele decirnos la
experiencia, desmaterializan cantidades ingentes de dinero público. Su tren de
vida así lo reclama. Su status requiere una fuente inagotable de recursos
monetarios, y de ella beben día sí y día también. Todos, como maestros alquimistas, hacen desaparecer ríos de
papel moneda con el chasquido de los dedos. Y decimos desaparecer…
literalmente. Con unos efectos especiales ridículos, malos de necesidad y sin
un mínimo de decencia o vergüenza, donde se ve un fajo de billetes, pasado un
fotograma, se observa el vacío más absoluto… sin explicación, sin lógica,
víctimas de una abducción extraterrestre… demostrándose la desidia del director
de montaje y del mismo director de la obra... Desidia que reflejar una cruel realidad, de sobras conocida por el público.
Durante la primera semana en la que se ha estado proyectando
la película, ninguno de los espectadores ha aguantado más de cuarenta y cinco
minutos. Normal. El cine de arte y ensayo, demasiado vanguardista para la mayoría,
vive de los familiares y amigos del equipo de producción… y pocos más. La subvención
correspondiente en I+D+I hace el resto.
Los espectadores ya tienen suficiente con los políticos de
verdad… los de carne, hueso y calcetines desparejados… verdaderos actores
oscarizados en esto de decir una cosa y hacer otra… o divagar sobre algo y
pensar lo contrario… o mentir desde el zumo de uva matutino y el puro del café.
No hace falta una película para saber de qué va la historia.
Se ahorrarán así el bodrio de efectos especiales con los que intentan
justificar lo que no tiene nombre.
6 comentarios:
La REalidadSiempre Suele Ser Mas Rpugnante Que la Más Subvencionada y Cutre Fantasía, Hermano Herep.
Y Aquí Ya Se sabe que Valga o No Valga UNA MIERDA LA PELICULA, "TODOS GANAN PORQUE EL RESULTADO ESTÁ "PAGADO CON CRECES".
¡Mierda De CINE ESPAÑOL?¿?¿ Y SUS SUCEDÁNEOS!
Tu Entrada Excelente Como Siempre-
Buen Fin de Semana.
y
¡¡RIAU RIAU!!
Con tantas dosis en vena de corrupción y saqueo, Old, los españoles hemos asimilado estas acciones como normales a nuestro carácter.
Unos políticos corruptos han sembrado el virus de la corrupción entre la ciudadanía. ¿O fue al revés?
No importa. De todas formas el dinero "de todos" sigue desapareciendo víctima de estos "fenómenos extraños o paranormales".
Como diría Mulder, "la verdad está ahí fuera". Todos sabemos dónde.
Un abrazo y arriba esas copas. Buen Domingo y templemos el acero.
¡Riau!¡Riau!
El dinero de todos,se lo gastan entre todos. Todos los políticos,todos SUS familiares,todos SUS amigos,todos SUS compañeros,todos SUS adláteres....
El problema estriba en la abundancia de tanto SUS,expertos en gastar NUESTROS dineros, NUESTROS ahorros,NUESTRAS pensiones,y todos los demás NUESTROS que seamos capaces de imaginar.
Demasiados SUStractores,para NUESTROS ya de por sí escasos interes.
Enfrentada la sociedad civil, los políticos encuentran un punto de acuerdo que juran con lazos de sangre: El trinque impune de la caja común de todos los españoles.
Estas pelis siempre acaban malamente Herep.
jescriban,
Los políticos han creado una nueva clase social. Y ésta ha resultado se la victoriosa en eso que se llamó, antaño, "lucha de clases"... y que no era más que un engaño para bobos.
Ellos, los parásitos de la política, marcaron un objetivo para, mientras los unos se peleaban con los otros, llevarse el gato al agua.
¿Dónde va Vicente? Donde va la gente.
Pues eso... como el agua que va a parar al Mar, los corderos desfilan camino del matadero.
Y, además, están pulcramente trasquilados.
Un saludo.
Es mal cine, Candela.
El séptimo arte, amiga mía, es efímero, y sus recuerdos se borran con el simple gesto de acercar una cerilla al rollo de metraje.
Nunca pueden acabar bien.
Un abrazo.
Publicar un comentario