Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

18 oct 2011

El tonto


Hoy, en el parque, me he cruzado con un viejo amigo.

Durante mis veinte minutos libres para desayunar, bajé como cada día a la cafetería de Inés y, tras la correspondiente pasta y el ardiente café con leche, he salido a la calle camino del banco del parque, al otro extremo de la avenida, con la intención de fumarme el cigarrillo de la mañana. Tranquilo mientras observo las cuatro ocas que desfilan a esa hora.

Tan sólo encenderme el pitillo, le he visto.

Cruzaba delante de mí, abstraído… escuchando música por su aparato de mp3… despreocupado… con su larga cabellera al viento, aunque no recordaba que su pelo fuera tan largo. Vestía unos vaqueros desgastados, unas zapatillas de marca y una camiseta negra con el perfil del Ché. Las muñecas aprisionadas bajo infinidad de pulseras y un pequeño macuto a la espalda.

Durante unos segundos me esforcé intentando recordar su nombre, pero fue en vano. Desistí casi de inmediato.

Lo que sí que recordaba era los… creo que fueron tres años los que coincidí con él… dos en el instituto y uno en la facultad… creo. Un chaval divertido y bastante simpático, la verdad. Nos reíamos mucho en clase y más de una vez recibimos la amonestación de los profesores… y de las chicas de clase algún bofetón, ya lo creo…

Fueron buenos tiempos.

De repente, un día me dijo que se marchaba, que dejaba la carrera y se ponía a trabajar… en la obra, junto a su padre que, si no recuerdo mal, había montado una pequeña empresa de alicatados… autónomos… ¡Voy a ganar billetes, tío! ¡Y vaya si los ganó! Por lo que me contaron, se paseaba por la ciudad a lomos de un buen coche deportivo y… bueno… era de los que fanfarroneaban bastante… ya me entendéis…

Por lo que se ve, su padre tenía buena relación con un concejal del Ayuntamiento y éste, por módico precio, les otorgaba trabajos y demás chapuzas… sin concurso y sin nada… enchufados, por así decir. Al poco, el padre se afilió al partido y el hijo al sindicato.

Entonces sí que tuve noticias suyas. Bastantes, pero nunca en persona, sino a través de los periódicos de tirada nacional. Por lo que se ve, mi compañero de pupitre, por así decirlo, fue escalando puestos dentro de la nomenclatura sindical y se convirtió en el Secretario de Juventudes… o algo así… En menos tiempo aún, el tío había dejado el trabajo y se dedicaba en cuerpo y alma a su nuevo oficio.

¿La empresa? Quebrada… y los trabajadores todos a tomar viento.

Y ahora pasaba delante de mí, bobalicón y distraído, con esos mismos andares de antaño. Pero no era el mismo… ¡qué va!...

Ya perdí la inocencia.

Sentado en el banco, viéndole pasar, cualquier sentimiento positivo hacia su persona se esfuma como el agua que corre torrente abajo. Ya no hay risas, ni complicidades, ni amistad. Aquello quedó atrás, lejos, en la infancia. Ahora he perdido la inocencia y viéndote, viejo amigo, ya no siento nada.

Bueno, sí… desprecio.

Siento desprecio ante tu figura. Ante tu sombra. Ante el simple sonido de tu voz.
Por eso no te digo nada… ni te saludo siquiera… ni un triste hola.

No me hace falta.

Tus ojos se clavan durante un segundo en los míos… y rápidamente se apartan al ver como mis pupilas se fijan en la oca que, al fondo, sacude sus alas al viento. No será él, te dirás, seguramente… mientras sigues tu camino pensando en tu extraña confusión… No será él.

Pero sí lo soy. El mismo. El mismo chaval con el que jugabas a las cartas todas las tardes al salir de clase, en el bar Popeye… el mismo mocoso con el que salías los sábados noche a perseguir chicas e intentar colarte en las discotecas… Yo soy ese, tío. No he cambiado.

Tú, en cambio, sí.

Te volviste un parásito, viejo amigo… un ladrón… una sanguijuela negra y sedienta de sangre. En tu sindicato, saqueaste a tus compañeros de empresa mientras tú disfrutabas de tus mojitos y tu yate en Puerto Banús… siempre a la sombra de tu padre… siempre a la sombra del Poder… con tu maquiavélica visión del Mundo y los hombres… meras comparsas con las que conseguir tus objetivos…

Seguías riendo, sí, pero tu risa no era espontánea como antaño. Ahora era falsa como lo fue nuestra amistad, tío. Ahora todo tú eres un muñeco de trapo… vacío… domado por la más mínima brisa. Nunca pensé que podrías acabar así, viejo amigo. Nunca. Vendido por un puñado de lentejas… renegado… viejo traidor…

Y, en esa fracción de segundo en la que se han cruzado nuestras miradas, he podido percibir en tus ojos un destello de superioridad… como si mirases a un tonto… a un trabajador que apura un cigarrillo antes de volver a la jaula-oficina a seguir sudando para llevar un pedazo de pan a su casa… tú, que has olvidado lo que es el trabajo… el crujir de la espalda… la satisfacción de firmar la nómina a final de mes.

Me has mirado como a un tonto, viejo amigo. Has mirado al que compartió lágrimas de desamor contigo como si fuera un miserable… un desarraigado… un paria de la tierra.

Yo perdí la inocencia, tío.

Tú nunca fuiste inocente, inútil.

24 comentarios:

Old Nick dijo...

Perfecto REtrato de Un Perfecto Chaquetero, Amigo Herep.
Yo También TEnía "Amigos Así" del Instituto y la Universidad, Hasta "Que CaMBIARON¿?¿ o Simplemente Sacaron su Verdadero YO a Relucir"...
¡Si Supieras Lo que me Has REcordado!
Recuerdo un "AMIGO DE JUVENTUD" Que Llegó Tan Lejos en el Partido en "El PODER" Que Se Creyó "INTOCABLE"...
Y Un Día Pasó A mi Lado y Tambien me Miró Igual que yo a él. Directo a los Ojos.
El Hizo un Gesto de Extrañeza y Fue a Decir Algo, Pero se Quedó Quieto y Recibió Mi Escupitajo a la Altura de su Cara, Sobre el Cristal de la Ventanilla TRasera de su Coche Oficial...
Luego, El Semáforo Cambió a Ámbar y Yo Terminé de Cruzar la Calle Sin Mirar Atrás y el Coche del Perla del Perlar, Que Cayó, Un Año Después, POr un Feo Asuntillo de "MALVERSACIÓN DE CAUDALES PÚBLICOS Y CONSPIRACIÓN PARA ELEVAR FRAUDULENTAMENTE EL PRECIO DE LAS COSAS", Por el Que No Pisó la TRena,Arrancó a Toda Velocidad.
Yo Encendí un Cigarrillo y Con Una Gran Sensación de Paz Interior, Dí Gracias a Dios por Ponermelo a Tiro...
Hoy Quizás le Hubiera Tirado un Ladrillo.
Pero Ya Ves, Al Fin Y al Cabo, YO SI RECORDÉ QUE FUIMOS BUENOS AMIGOS, Antes de Que él Se Olvidase y se Vendiese por Algo Más que Un Plato de Lentejas Con Bicho...
Un Cordial Abrazo y un Aplauso.
y
¡¡RIAU RIAU!!

Herep dijo...

La verdad Old es que la amistad, en estos tiempos, está muy sobrevalorada. Todos son amigos íntimos hasta que, intimamente, te apuñalan por la espalda.

Suerte que el tiempo va colocando todas estas pequeñeces en su sitio y uno, al final, da a la escoria la importancia que ésta merece.

Un abrazo, figura.
y... ¡Riau!¡Riau!

Unknown dijo...

Yo tuve un amigo, buen amigo, así. Primero se hizo amigo del jefe, luego vino el 4x4 y las excursiones a Moroco pagadas por la empresa, mas tarde el adosado... Luego las miradas de desprecio y esa palabra que tanto usaba conmigo...mmmm no la recuerdo... FACHA. Sí, le dio por llamar a todo el mundo facha. Un imbécil.

Un abrazo, Herep

CAPITAN TRUENO dijo...

Todos esos chupópteros tienen que sufrir el desprecio de todo el mundo, y acaban siendo unos seres insociables, que acaban sufriendo el justo castigo del desprecio hasta d elos suyos. Y te puedo asegurar que tarde o temprano acaban siendo unos desgraciados.
Y se lo tienen merecido.
un abrazo.

Reinhard dijo...

Quizá lo único bueno de esta gente es que siempre se les ve venir, ya sólo sea por la estética, con esas camisetas del barbudo criminal, pulseras y todo un desaliño generalizado. Un tuneo es lo que necesitan.

Saludos.

Anónimo dijo...

Esa gente termina sola, sin amigos, sin familia sin nada. Cuando se les acaba en chollo todo el mundo les da boleto. La próxima vez, ni le mires Herep, que se joda.
Saluditos.

José Antonio del Pozo dijo...

qué bien se sigue la historia personal que cuentas, porque la cuentas bien, porque retumba a verdad, porque yo también conozco tipos así... y la camiseta del Ché que no falte, si alguien llevara camisetas de Musssolini, imagínate, enhorabuena Herep, por la íntima fuerza de tu narración
saludos blogueros

Antonio Montes dijo...

Se ve que todos conocemos a alguien así. Ahora pienso en uno que hace muy muy poco se ha vendido por muchísimo menos. Es que también en el chaqueteo hay clases.

Un saludo, Herep. Y que disfrutemos de los amigos de verdad que aún nos quedan.

Tío Chinto de Couzadoiro dijo...

Ignoro, amigo Herep, si describes un caso real vivido por ti, o si se trata de una ficción; pero eso importa poco, para lo que quiero decir. Sea realidad o ficción, la narración me ha enganchado desde el inicio, de un modo placentero. Creo, amigo Herep, que tienes el don de describir, con maestría, ciertas situaciones, y, además, con palabras muy eficaces. Te felicito por ello.
Un cordial abrazo, Herep.

Epiro dijo...

Tu amigo creo que sigue chupando de la teta del Estado vía subvenciones a los sindicatos, de todas las desgracias con que nos ha brindado el zapaterismos, una de las que han servido para algo es en la ruina que ha llevado a algunos sectores, en donde antiguos socialistas han probado la miseria en sus propias carnes, ya que al no haber más subvenciones están en el paro y sin medios y es ahora cuando critican al PSOE. Individuos como el que citas en tu relato seguirán pegados al sectarismo socialista y continuarán disfrazados de "revolucionarios" (o eso creen ellos) pero hay otros a los que la realidad les ha dado tal bofetón que se les ha terminado de golpe las ganas de seguir fingiendo ser el paria de la tierra.

Saludos.

Maribeluca dijo...

Conocer gente así es la mejor vacuna "antiprogre"...

Saludos.

candela dijo...

Creo que esos "amigos", un día bien "pagaos" y venidos a menos, lo que sienten al verte es una mezcla de superioridad con el miedo y la inseguridad del mediocre. Su ataque es ignorarte, pero también su defensa ante el inevitable juicio negativo que despiertan entre las personas decentes.

Unknown dijo...

Genial texto Herep que describe cómo no podría ser de otro modo lo que ha sido la barra libre nacional. Recuerdo muy bien cuando el que no ganaba pasta era porque o bien era tonto o bien no estaba lo suficientemente bien relacionado.

Las relaciones por dinero no duran. Se hunden relativamente rápidas. Cuando el elemento que las crea se extingue, la amistad se larga y ya no vuelve. Te extingues cómo persona y sólo queda una sombra, olvidable, que se difuminará en la mente de los que algún día te quisieron.

Todos hemos tenido esa sombra, reducto de lo que fue un amigo, que se perdió por dejarse untar y meter demasiado la mano en la caja.

Un saludazo.

Herep dijo...

Jajaja, Jack... esa historia no es muy original, eh... En serio, hay una frase que dice: Hay dos clases de fascistas: los fascistas y los antifascistas.

Lo que más gracia me hace son las miradas por encima del hombro.
Ridículas.

Un abrazo, bloguero.

Herep dijo...

Más tarde que temprano, Capitán.

Los hay que, estando en la cresta de la ola, siguen siendo igual de miserables y desgraciados.

Un abrazo.

Herep dijo...

Sí, Reinhard... pero muchos de ellos van bien pertrechados con polos de marca y teléfonos Star Treck... que esto de la Revolución está de moda, hombre... ¿qué más saben hacer, aparte de destruir?

(Silencio).

Un saludo, Rein.

Herep dijo...

He desarrollado la capacidad de mirar sin ver, Zorrete... cada vez más... como si pasasen a través de la ventanilla del metro.

Antes prefiero cerrar los ojos.

Un saludo, campeón.

Herep dijo...

Muchas gracias, José Antonio...

Historias corrientes de personas comunes. Cosas que a todos nos pasan, sencillas, pero muy inspiradoras.
Seguro que sabes mucho de eso... de observar lo que nos rodea...

Un abrazo, maestro.

Herep dijo...

Sí, Tío Chinto... incluso entre los rufianes hay clases. Como hay tantos, tienen que estar bien organizados. De lo contrario, sería el Caos.

Y de los amigos... mantendremos los buenos y al fuego con los demás.
Recortes de personal, lo llaman.

Un saludo, artista.

Herep dijo...

Tío Chinto... Antono... me he liado con los mensajes. No domino esto del todo y me enredo cuando me pongo a contestar.

Os diré a los dos que es una situación ficticia que hace referencia a otras situaciones reales en las que he experimentado sensaciones parecidas a las que se relatan.
Todos tenemos amigos que falsean y que olvidan aquello que tenía valor.
Los otros, los que simplemente son malos, ni cuentan para mi.

Saludos a los dos, y perdonad el cruce. :P

Herep dijo...

Epiro,

Al final, el tiempo nos va a poner a todos en nuestro sitio. La máquina de hacer dinero tenía que explotar algún día, y hemos sido los afortunados que vamos a ver lo que esto acarrea.

Reservemos buenos asiento, amigo.
El desconcierto de todos estos chupopteros una vez comprueben que se acabó el parné va a ser digno de grandes carcajadas.

Un saludo, kamaraden.

Herep dijo...

Maribeluca,

Mejor que un chute de paracetamol en plena aorta... o como la mala resaca.

Un saludo.

Herep dijo...

Tienes mucha razón en tus palabras, Candela. La inseguridad del que no puede valerse para nada... y lo sabe... ese miedo tan sólo puede ser sustituido por el odio. A uno mismo y, al final, a toda la sociedad.

Un abrazo, bloguera.

Herep dijo...

Dicen que el dinero da la felicidad, CS... y puede... pero nadie se pregunta a qué precio se consigue esa felicidad.
Muchos, por un buen coche y un perfil bien moldeado, empeñan el alma.
Incluso, creo recordar, hay bancos que te piden, como aval, el alma.

La historia de Fausto, que cuando la leía de joven me parecía extraordinaria, ahora la veo al girar cada esquina.

Un abrazo, figura.