Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

7 sept 2011

Zulús de asfalto


Tan sólo caer la noche, tiene que estar todo preparado.

Es el Día N… y la medianoche, la hora H.

Los oficiales, rudos hombres curtidos en mil escaramuzas a machete, están perfectamente uniformados, con sus pantalones bombachos y esas chanclas adaptadas al pie cual nueva piel, y tienen acceso a todos los documentos proporcionados por los Servicios de Inteligencia… los más denostados dentro del ejercito paramilitar… los más odiados… los cobardes que rehúsan el combate directo por tácticas de camuflaje y espionaje… abrazados a la oscuridad de la noche y las sombras… formados por la purria de retaguardia.

No son necesarios. Todas las notas, los garabatos a pie de página y las palabras ocultas por las manchas de café, están bien aprendidas. El Alto Mando lleva largo tiempo de reuniones nocturnas, en el Cuartel General, sito en un piso de Avda. Senegal… al fondo… removiendo papeles… lanzándolos contra la pared… Maldiciendo y jurando, en lenguas ancestrales, venganza.

Malumba, el oficial de mayor rango dentro del cuerpo operativo, acumula toneladas de sangre en sus manos. Sangre que sigue enquistada entre sus uñas un lavado tras otro. Eterna. Sangre de niños de cuna o de madres nodrizas… de soldados de apenas un metro o de viejos armados con una garrota. Y él desprecia los Servicios de Inteligencia. Son inútiles, dice mientras aporrea la mesa con sus enormes puños.

Es un Señor de la Guerra y ahora, aquí, tras meses en los que se sintió perdido e insignificante en una tierra en la que los días son noche y las noches mutan entre luz, vuelve a sentirse vivo… útil… poderoso…

Doscientos hombres.

No son muchos pero la incidencia no parece afectar a su ánimo. Está acostumbrado a fuerzas no mucho más numerosas. Antaño, cuando comandaba a los paramilitares, doscientos hombres formaban una compañía… y de esos, una decena eran buenos. Ahora, quizás, media docena.

Pero el plan es bueno. Habían acordado una acción directa, en un solo frente… por sorpresa y de noche, mucho más propensa para estas lides. El terreno es hostil así que no deben menospreciar cualquier circunstancia que pueda favorecerles. Y la noche es una de ellas. Es más fácil pasar desapercibido entre la oscuridad... aunque deben enfrentarse a inconvenientes no presentes en aquellas batallas tan alejadas en el tiempo… y el lugar…

- La hora H. Adelante.

Malumba aparta la mirada de su reloj digital CASIO. Se encuentra tras la sombra de un contenedor para el reciclaje de cristales, justo delante del objetivo principal de la contienda: un edificio que amenaza ruina y del que brotan miles de ruidos y gritos, todos bien acompañados de unos gemidos lastimeros y aflamencados… con balcones atestados de todo tipo de plantas en todo tipo de macetas y ventanas desde las que, las mantas… las camisetas de tirantes y la ropa interior, cuelgan para secarse al Sol. Ahí deben estar los jefes. Bien camufladitos, muchachos, dice mientras da indicaciones a los hombres que aguardan a su espalda... el Teniente Zacarías, su mano derecha amén de compañero de piso, y los soldados Samba y Abdul… dos jóvenes veinteañeros bastante rebeldes a la hora de acatar órdenes, pero buenos en el ataque directo kamikaze. Malumba los mira y comprueba que, esta noche, vienen más alterados de lo normal. Bien. Buena señal. Sin miedo.

Las fuerzas de Caballería llegan tras un leve parpadeo.

Siete unidades de Caballería motorizada se hacen presentes. A lomos de las mismas el conductor y un soldado que, presuroso, salta del vehículo justo ante el objetivo, portando un bate de beisbol. Los demás soldados de la Brigada de Caballería también portan bates… o cadenas… Uno lleva un pitón de moto. Una vez en tierra, los vehículos emprendieron a toda velocidad la marcha para evitar caer en manos del enemigo. Todos menos uno, que sufre un sobrecalentamiento que cala el motor. El conductor, visiblemente alterado, intenta poner la pata de cabra sin éxito... razón por la cual, uno de los soldados le apresura para que empuje el vehículo, ayudándolo en la huida.

- ¡Inútil! ¡Desgraciado! ¿Qué estás haciendo? ¡Ocupa tu lugar, soldado! –grita Malumba mientras deja atrás su puesto de observación. Ha llegado el momento de pasar al ataque directo-. ¡Al ataque, mis soldados!

Y, de repente, decenas de hombres emergen de todos los lugares imaginables.
Unos, los miembros de los Cuerpos Especiales, de la parte trasera de un viejo Opel Kaddet gris aparcado en la calle adyacente al edificio… armados con equipos de asalto. Del locutorio de Mamadou, cerrado extrañamente al caer la noche, brotan los soldados del Cuerpo de Artillería… con sus uniformes de chándal… portando piedras y tomates demasiado maduros… huevos… e, incluso algún cabo, una onda.

De todos los callejones que rodean al objetivo aparecen unidades de su milicia. Gritan, maldicen, insultan… todo a voces… amenazantes… vuelan piedras y los soldados calientan sus músculos dando palos a la verja que separa la entrada del edificio de la calle. En un segundo, el griterío arrecia. Las Unidades de Marina, todas mujeres, llegan al frente, a las puertas de la oxidada verja, portando sus bolsos cargados de guijarros. De sus bocas, entre grito y grito, salen disparados salivazos de furia e ira… y éstos, al golpear a los soldados, infunden en ellos renovados ánimos en el albor de la batalla.

Malumba, a los pies de la verja, comprueba que la maniobra ha sido todo un éxito. El factor sorpresa está de su parte. Mira al cielo agradeciendo a su Dios tal gracia.

- ¡Adelante!

Y los soldados… todos… empiezan a auparse los unos a los otros para poder escalar la verja. Al instante… dos… seis… quince infantes se han colado al otro lado y, desde dentro, golpean el cierre para que este cediese.

Y la cerradura salta por los aires.

Y las puertas se abren ante la milicia de Malumba… y los soldados se arremolinan en dirección a la puerta principal… y entran en el portal… y algunos emprenden el ascenso a los elevados riscos de la escalera…

- ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Han herido a Ibrahima!

Malumba, distingue, mientras sale del portal, al soldado de la Brigada Aerotransportada Moussa que, con su cuerpo, sostiene al cabo Abdoulaye, del Tercero de Paracaidistas.

De su cuerpo, herido, brota un hilo de sangre.

Mitad incomprensión… mitad ira… mitad locura… mitad pánico… el Comandante en Jefe Malumba, ordena retirada.


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- ¡Pepe! ¿Qué eran tos esos gritos en la calle?
- Ná, papa… payos…
- ¿Payos? ¿Y pá qué chillaban? ¿Qué querían?
- Jaleo, padre… jaleo… uno negros que iban gritando no sé qué tonterías y amenazando… así, así… con palos… Ná… Le he pegao a uno así… en el costao… con la siete muelles y ale… tos pá casa.
- Así me gusta, hijo. Van a pensarse estos muertos d’hambre que tó lo españole somos unos cagaos, coñe…

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaj, muuuu gueno mir´uste seo Herep. Herep si a esta música le pones letra de pagina de sucesos, para cuando pase ya tienes escrita la crónica. Muy bueno tío jaj. Saluditos desde el foro.

Old Nick dijo...

"Un Buen General,-Que diria Tzun-Su-, es Aquel, que Incluso de la Escoria Obtiene Beneficios..."
Muy Buen Post Amigo Herep.
Si Tienes el Cuerpo Nacional, Infectado de Virus Variados y MAFIOSOS
Solo Hay que "Cultivar el Patriotismo de los Ghettos" Para ECHAR A LOS QUE VIENEN A "HODER LOH JONRAOS TRAPICHEOS DE NUEHTRAH TRIBUH"¡Por la Gloria de COTON y Ole!
Un General Inteligente, Usarias a los que Ya Estan Asentados Para Cargarse al Resto y Luego, LIquidar a los Supervivientes...
¿Sera Por Ideas Claras y REALIZABLES?
Una Carcajada y Aplausos.
Un Brindis por la Victoria de los "De Casa"
y
¡¡RIAU RIAU!!

Maribeluca dijo...

Prefiero "lo malo conocido" para entendernos; algunos vienen a ponerse aquí lo chulitos que no se atreven en su casa, nos han calado bien...

Cada vez vamos a tener más movidas de estas, creo que debería ser motivo de expulsión inmediata.

Herep dijo...

Buenas, Zorrete

Estaba leyendo un día una entrada de tu blog y... ZAS... me vino la idea a la cabeza.
Claro... nosotros somos tan buenos... tan demócratas... tan serviles...
Pero aún no lo suficiente. Hay que dar más, regalar más... ser consciente de los "derechos" de la Humanidad.
Y sí... van a escribirse muchas crónicas de este tipo. Las primeras, en los barrios.

Un saludo, campeón.

Herep dijo...

Old,
Poco a poco va imponiéndose la anarquía en las periferias de las grandes ciudades... si no imperó siempre.

¿Tendremos que consolarnos con, vista la huelga de nuestra Ley, con la contundencia de la Ley Gitana?

Un saludo fuerte.

Herep dijo...

Mira, Maribeluca... yo tenía un "vecino" que, por cortesía, rehusaba el bocadillo que le daba por las mañanas (yo no me lo comía nunca por falta de apetito)... pero al final, la necesidad y mi insistencia le hacían cogerlo y devorarlo.
Jamás me chuleó o vaciló para que le diera el bocata.

Eso es lo que pasa aquí... la gente se piensa que esto es Jauja y que los derechos que tenemos en las Civilizaciones Occidentales brotan de los árboles, y claro... "dame más, dame más y dámelo todo".

Cada día hay navajazos en las ciudades y pueblos... y la marabunta patria no se hecha a la calle. Para eso está (o estaba) la Justicia.

Un saludo.

Epiro dijo...

Francia reconoce que ha "perdido" ciudades como Marsella o las afueras de París, ya les pertenecen, lo sabe la población, la policía, los políticos, lo tienen asumido, tengo un familiar (una, para ser exactos) casada con un francés y vivió en Marsella desde los setenta hasta los noventa, época en la que se tuvo que ir, y habla con nostalgia de aquella preciosa ciudad y la vida que tenía y que no ha vuelto a recuperar. Esperemos que no pase lo mismo aquí y acabemos añorando a algunas de nuestras ciudades.

candela dijo...

Me estaba imaginando el escenario mientras leía Herep.

Lo terrible es que ocurrió de verdad y esto va a más como no los larguemos a todos a su país de origen. Y me quedo con los gitanos de toda la vida, que al menos le echaban "grasia" e imaginación al asunto.

Un cordial saludo.

Herep dijo...

Epiro,

Francia es un caso perdido. Como muchos países europeos del norte y este.
Pase lo que pase, el futuro se divisa bastante negro.
Y esta crisis, consecuencia o causa, es como la gasolina cerca del fuego.

Un saludo.

Herep dijo...

Candela,

Los gitanos serán buenos, malos o mediopensionistas... pero tienen las cosas claras. Y coraje para defender sus ideas... te repito, buenas o malas.
La sociedad... pues según como sople el viento.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Si fuera boina, me quitaría la boina. Si fuera sombrero, me lo quitaría. Incluso si fuera calva, me la quitaría. Estoy por arrancarme el pelo ante tan serena imaginación...¿saben en tu casa cómo escribes?

No entro a comentar el fondo, ya lo habéis dicho todo.

Saludos.

Herep dijo...

Komisario,

¡No había visto tu mensaje hasta ahora!
Perdona pero aún sigo haciéndome un lío con todo esto.

Me alegró que te gustara y... bueno... imaginación tengo bastante. Es el privilegio de los que crecieron sin PlayStations ni cosas de esas.

Las chapas y unos circuitos que ni el Hermann Tilke.

Un saludo.