Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

16 ago 2011

Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos ". Mateo 18:20.


En estos días presentes, pasados y futuros, en boca de todo el mundo está la blanca figura del Sr. Ratzinger, Papa de Roma, ciudad eterna… Benedicto XVI… que pasará las próximas jornadas en Madrid, en este caluroso Madrid del mes de Agosto, meseta desierta en anteriores ocasiones que, este año, parecerá menos abandonada, pues por sus calles, pasean joviales y alegres, cientos de peregrinos… todos, o casi todos, jóvenes que vienen a la capital del Reino de España a participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud.

Huelga decir que El Ejército de los 12 Monos está con ellos…

… y a que esos jóvenes, peregrinos venidos de multitud de países y latitudes, han cruzado el charco, las altas cumbres montañosas, los desiertos amarillos de arena y las selvas salvajes con la ilusión de encontrarse con el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica representada, a día de hoy en el mundo de los hombres, en la figura de Benedicto XVI.

Otros muchos no han podido venir… por cualquier motivo… no asistirán a las Jornadas, aunque estarán de corazón y pensamiento sentados sobre el polvoriento suelo de Cuatro Vientos… o abrasándose bajo el Sol de la Puerta del Sol… con sus gorras rojas, sus pañuelos amarillo-blanco… con las palmas de las manos rojas de aplaudir… y los ojos vidriosos ante la escena.

Si te mezclas entre la multitud, verás chicas de fina piel, guapas, de largo pelo negro… susurrando… rezando… agradeciendo… Verás también chicos con acné pasando las cuentas del rosario… jugando a esconder la gorra del compañero, entre risas… Tropezarás, seguramente, con monjitas suramericanas que mirarán con asombro todo lo que se mueve alrededor… faltas de costumbre... en las selvas del Orinoco no hay terrazas de verano ni papeleras… tampoco cines… y sobran enfermedades, muerte y desolación… y te ofrecerán un trago de agua si estás exhausto de calor… y te ventearán con uno de esos abanicos que rechazaste mientras te registrabas en el pabellón. Al fondo, entre las banderas de los miles de países, medio escondido, encontrarás al anciano agitándose sobre una silla de ruedas, ajeno a las palabras del sanitario que decidió sacarlo aquella mañana del asilo… Vamos a ver al Santo Padre, Hipólito… nervioso, con mirada vivaracha, irreconocible para la familia que le dejó atrás… y te fijarás y verás que esa juventud, esa frescura… esa ilusión que se tiene cuando se encuentra uno ante el primer peldaño de la escalera… esa enfermedad ha contagiado al anciano… le ha dado fuerzas para hablar… para cerrar con fuerza el puño y, si el enfermero se despistara, levantarse y perderse entre la marea humana… buscando una Luna Nueva…

Ovejas negras, también… pues el pastor ni la oveja descarriada deja para que se coman los lobos… y de toda oveja, blanca o negra, pueden las buenas manos extraer lana.

Dicen que se instalarán confesionarios por doquier… y que se perdonarán a aquellas personas que, arrepentidas, confiesen haber abortado. Perdón para el que lo necesite… Jóvenes, guitarras, perdón… estas Jornadas van a ser un soplo de aire fresco.

Benedicto XVI vendrá y dará su sermón… el de siempre… el que la Iglesia lleva proclamando, de diversa manera, durante su existencia. Pecados, bienaventuranzas, fe… y quien quiera oírlo, lo oirá. Quien no, seguro que no se aburre. Hay miles de cosas para hacer, oye. Pero que no se extrañe si el Papa no suelta una palabra guay o un monologo a imitación del Club de la Comedia… pues su mensaje, por suerte o desgracia, no es de este mundo.

Es un mensaje de Fe. Fe en y para los días que vendrán.

En El Ejército de los 12 Monos, esperamos con curiosidad ese mensaje. El saber qué dirá. El jugar a imaginar actuaciones que se amolden al teatro que esperamos una vez cruzada la esquina. ¿Será capaz? ¿Tendrá el valor? ¿La Fe?

Seguro.

El mensaje de Benedicto XVI, sea cual sea, será aquello que las orejas de mil colores querrán escuchar. La Verdad. La Verdad del Tiempo que nos tocó vivir… así, en suerte y sin boleto. Un Tiempo que se oscurece como el tren que se adentra en la montaña… que ve decantarse la balanza hacia el lado opuesto… que mira, prisionero, tras el cristal…. abandonado a su suerte inmortal… a su decaído ánimo…

Y de su palabra, de su Verdad... la realidad oscura y fría que no podrás escuchar en ningún altavoz de esos que acostumbran a sintonizar la canción del verano… de ahí, como un brote que rompe la quemada corteza, brotará la Luz… la Esperanza… esa musa que tantos han venido a buscar a Madrid… la amante que, con sutileza, protegerán en su mochila transformada en fina urna de cristal… caminante junto a ellos… en el camino gris, con zonas ya negras.

El tiempo de las Jornadas pasará… los jóvenes dejarán de serlo algún día… algunos olvidarán lo vivido, lo esconderán dentro del armario, lo pisarán públicamente en la plaza… otros lo llevarán dentro, como un tesoro.

Tú, soldado, algún día… mientras andes por cualquier camino empedrado, de repente, al tornarse el camino algo más arenoso, recordarás aquellas palabras… aquellos días… aquel mensaje... cerrarás los ojos y sentirás aquel instante, aquel segundo fugaz en que tu pecho dejó de estar vacío… henchido de Luz… y te sentirás reconfortado… tranquilo… deseoso de alcanzar la siguiente piedra que te acerque más a tu destino… a tu meta…

Los días que vendrán pueden traer vientos o tempestades, soldados… nuestra mirada está fijada en un punto… una Luz inmortal como el Tiempo… en este páramo gris… casi negro.

La vemos ahora, con los ojos abiertos... y cuando estos se cierren.

10 comentarios:

José Antonio del Pozo dijo...

Un gran texto, Herep, esperanzado y esperanzador a pesar de todo
Saludos blo

candela dijo...

Estupenda entrada que leo con deleite, porque no se decirlo como tú. Quizá estas jornadas sean solo un flhas en la historia de muchos, pero marcará sus vidas.

Verán que otro mundo es posible, pero habrá que luchar por él. De momento hay una cosa que no nos van a quitar, la esperanza.

Un saludo Herep

Maribeluca dijo...

No se olvida nunca, claro que no. Recientemente dediqué una entrada a Juan Pablo II donde relaté mis sensaciones y experiencias en el 84 en Roma en la primera JMJ que se hizo coincidente con mi viaje de fin de estudios. Maravilloso e inolvidable.

Obviamente, Ratzinger no tiene ese tirón del huracán Wojtyla, pero está llevando el timón con templanza, sabiduría y una suave firmeza.

El éxito es seguro, mal que les pese a muchos.

Herep dijo...

Buenas José Antonio,

Me alegra que te guste la entrada.
Y sí, es esperanzador a pesar de todo lo que nos rodea.
Siempre nos quedará la esperanza.

Un abrazo, bloguero.

Herep dijo...

Gracias Candela.
No sé qué se sacará de las Jornadas, pero a nivel personal, se puede sacar mucho.
Por lo menos alegría y esperanza. Algo constructivo en estos días en que todo parece zozobrar.

Un saludo fuerte.

Herep dijo...

Maribeluca,

No es Juan Pablo II pero, por ahora, da la talla. Por eso creo que es importante que los jóvenes (todos) escuchemos qué tiene que decir... por dónde camina la Palabra en estos Tiempos... y comprobar que Benedicto tiene un pensamiento... algo nuevo en esta sociedad atrasada, estancada.

Un abrazo.

Natalia Pastor dijo...

Maravilloso post,Herep.
Reconfortante.
A mi me emociona ver a esos jóvenes venidos deesde todos los rincones del mundo llenos de ilusión,de amor y henchidos de fe.
No todo está perdido, viéndolos a ellos portar la llama y el estandarte de la esperanza.

Herep dijo...

Natalia,

Es lo mágico de estos días... que parece que algo nos alegra, nos recuerda que hay trabajo por hacer... y nos da fuerzas para seguir ante lo que sea.

Un saludo.

tomae dijo...

...tuve la oportunidad de sondear parte del peregrinaje en una plaza taurina de una antigua ciudad Romana, y tuve la ocasión de charlar con alguno de los participantes al evento entorno la JMJ . No solo vi organización, preparación y entusiasmo sino que pienso que cualquier crítica cae por su propio peso aunque sea por la ilusión compartida de tantos jóvenes.

BXVI dirá lo que le tenga que decir aunque le silbe los oídos a más de uno...

Herep dijo...

tomae,

El problema es ese, que mucha gente cree que el Papa tiene que ser como los juncos... o como las togas manchadas de los jueces patrios...

Un abrazo.