Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

27 abr 2011

Sentencia


Querida Srta.…

… estas líneas son el resultado de la necesidad profunda e imperiosa que tengo de decirle varias cosas, explicarle algunos secretos y sostener, o por lo menos iniciar, una relación entre nosotros digna de su excelencia y acorde a mis necesidades.

No nos conocemos personalmente, aunque he pasado horas observándola, mirando cómo pasea con esa gracia que tan sólo un ser divino pudo otorgarle. Es usted una mujer profundamente hermosa, pero no de una belleza material, no… Usted posee las cualidades principales en toda fémina: sensibilidad, astucia, una personalidad arrolladora, excelentes dotes para la seducción… virginidad…

Se preguntará cómo puedo conocer tanto y tan bien a alguien con quien nunca tuve placer de susurrar, ni siquiera, un “buenos días”… pero como le comentaba unas líneas más arriba, he pasado muchas tardes sentado en el café de la plaza contemplando su sutil caminar entre las paradas del mercado. Algunas veces, si sonreía la fortuna y el florista ambulante hacía muestra de su galantería, podía escuchar incluso el sonido de su risa mientras coqueteaba con él. Fueron esos instantes durante los que experimenté algo parecido a los celos.

¡Ah!... ¡Cuánto hubiera dado por ser yo el inspirador de su sonrisa!

Llegué a España hace ya cinco largos años, huyendo de mi Londres natal. Dejaba atrás una ciudad oscura, sucia, muerta… Plagada de viejas y vagabundos estaban sus calles, donde la lujuria y el vicio supuran de la misma negra piedra de las paredes, y donde la noche destiñe un poco su oscuridad para convertirse en día, manteniéndose, como por maldición, la misma tristeza eterna.

A diferencia de su persona, la oscuridad innata de mi ciudad no es intuida, sino bien conocida. He caminado por cada una de las esquinas angulosas de dicha ciudad infernal. He visto con mis propios ojos hombres comportarse como ratas, y ratas actuar como ejemplo para los hombres.

Y muerte…

… muerte humana, animal, salvaje, inocente, piadosa, criminal… He visto morir gente de cualquiera de las maneras imaginables por su inocente mente. Cosas de las que, señorita, no me gustaría hablar so pena de congestionar su ánimo… o su alma.

De hecho, ese resultó ser el motivo de mi partida, y mi llegada a Barcelona, ciudad que calmó mi sed y mi putrefacto corazón, víctima de las bajezas que acompañaban mi anterior vida. Tan sólo descender del barco y deshacerme de los ropajes con los que me atavié para realizar el trayecto, desapercibido mediante papel de polizón, noté como el Sol que luce por estos lares engrandecía mi pecho y reblandecía las costras que habían ido posándose sobre mi piel, cual armadura.

No le diré que han sido tiempos fáciles, los vividos desde mi llegada. Aún disfrazado con los nuevos ropajes de la nueva vida, la oscuridad de mi tierra natal había calado profundamente en mi alma, llevándome a buscar en la noche barcelonesa aquello que había dejado atrás, olvidado… pero que renacía de nuevo, tímidamente al principio, pero con la misma fuerza y ansia como en los tiempos pasados.

Reconozco que no ha sido la primera, señorita. Antes de ser protagonista de la más mínima de mis fantasías, hubo otra musa de mi arte: moreno pelo de ojos oscuros… delicada como una flor silvestre y de carácter duro, caliente, orgulloso… ¡tan diferente a esas brujas de tez embrutecida que pululaban por las noches inglesas! Su lozanía y desparpajo me engatusó con igual fuerza que un volcán… ¡y vaya si lo era, mi princesa! Aún recuerdo sus manos intentando frenar las mías… o su mirada de sorpresa ante mi repentina aparición, a medianoche, en aquel callejón…

Pero aquello ya pasó. Hace años que se fue del último y más recóndito espacio de mi recuerdo. Tan sólo es una mujer más en mi lista de amantes nocturnas.

Ahora mi pensamiento tan sólo tiene tiempo para recordar unos ojos, una melena de pelo rubio, unos andares de realeza… Tan sólo su señoría ocupa mis pensamientos y mis anhelos. Con ese fin, estas letras, mi dueña, para describirle mi pensamiento hacia su merced. Para demostrarle que su figura no es un simple capricho, sino algo más fuerte, real, esquizofrénico… Amor loco bajo la neblina londinense, o sobre la tierra abrasada mediterránea.

Tierra está que me da cobijo y perdona mis penas, donde la absolución de mis pecados es más instantánea que la llegada del rayo y donde el castigo aporta menos luz que las farolas londinenses. Tan sólo unos días, mi faro… mi resplandor… tan sólo unos días más y habré pasado mi cautiverio en prisión. Uso días… unas horas más… para cumplir mi mísera condena. ¡Esta tierra caliente ahora es patria de criminales! Tan sólo siete comidas y la figura morena de mis primeros días descansará con sarcástica sonrisa en los labios, producida por la justicia española… barata… oscura y triste.

Es en esta tierra española donde encontré un primer deseo, que creía abandonado en antiguos lugares, y donde he conocido al segundo, personificado en su figura escultural.

Será el último, si Dios quiere… y si la negra noche no es tan oscura como a orillas del Támesis.

Eternamente suyo,


Jack el Destripador.

5 comentarios:

que dificil la vida sin ti dijo...

¡DIOSSS HEREP!
¡CÓMO LOGRAS CREAR EL AMBIENTE DE MIEDO, DE TERROR INCLUSO...ESCRIBES COMO UN GENIO!
Eso sí, en cuanto has mencionado Londres he pensado ¡here´s Jack" o como se diga...pero bien, bien, muy bien.
Ha habido un momento en que he deseado ser la vecina astuta de "la señorita" para advertirle del peligro que la acecha en la sombra venido directamente de la sordidez de Whitechapel y a media narración consigues el climax y aunque de lejos oigo los groseros gritos futboleros, un escalofrío ha recorrido mi espalda.
¿Será Jack corto de vista y seré yo su víctima?
Wow, ¡qué bien me lo he pasado!
¡Esto sí que es un gol Herep! ¿Herep, eres tú, verdad, Herep?
Aquí está Jack...
Fascinating.
Congratulations.
Little kiss, my dear actually murder
Asun

José Antonio del Pozo dijo...

Hola, Herep: llego a tu blog siguiéndole la pista a Asun, aunque yo no soy Jack, sólo destripo un poco la actualité... bueno, pues tu prosa me parece envolvente y muy lograda, de esas escrituras que te llevan y te llevan, más la sardónica ironía que le has puesto a este Jack. Un soberbio post para mí.
Saludos blogueros

Herep dijo...

Buenas, Asun...
¡Cómo me gustó tu final!
Fascinating... ¿eres tú?...
...veo que conseguí transmitirte lo trágico del suceso.
Gracias... Jack..

Un saludo.

Herep dijo...

José Antonio...
Espero estar a la altura de tu interés...
.. y sí, la conversión de la tragedia en ironía es fulgurante en la figura de nuestro Jack...
... deben ser los aires mediterraneos...

Un saludo también para ti.

José Antonio del Pozo dijo...

Te sigo yo ya también. Y gracias. Nos leemos. Saludos blogueros