Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

1 jul 2020

Hiperpirexia


En una época de engaño universal, decir la verdad es un
acto revolucionario.
George Orwell


En esta calenda juliana extremadamente calurosa no merced al calentamiento global acojonante sino a la pandemia campeadora que recorre la reseca piel de toro hispana, dicen que hubo un eminente doctor doctorado en ilustrísima universidad cimentada sobre la ley logsiana de la sabia escuela rubalcabiana -cuna de la sapiencia intrínseca a la generación mejor preparada de la historia patria habida y por haber- que, paseando frente al circo moderno madrileño de Las Ventas, confusa luz cegadora y amarillo albero, viendo la estatua verdosa de cobre al recuerdo del Dr. Fleming sufragada por sus agradecidos pacientes toreros, confundiose víctima del hechizo lanzado por un bromista prestidigitador y, spray graffitero en mano, raudo, emborronó el altar dedicado al padre de la penicilina... salvadora de vida... con pintadas de asesino, fascista.... virus-virus-virus... virus-socialista.
Y es verdad, es cierto que, viendo la gesta del doctor doctorado, entre vítores y genuflexiones y pañuelos blancos, aplaudiendo sin aguardar las ocho post meridiem, tras la barrera, la gente que pasaba olía que apestaba.
Antifa, antifa.... grita la mancha humana... Doctor, doctor, los más apasionados por las fiebres,
y el licenciado con máster interino residente, sacudiéndose la pólvora de las manos, sonríe al tendido brindándole la hazaña... Va por ustedes, gladiadores... y encendiéndose un porro de ese tabaco aderezado que no mata según rezan las cajetillas del Ministerio de Sanidad, prosigue su camino cruzando la puerta grande a hombros de los cincuenta mil muertos pandémicos que, a pesar del silencio sepulcral del velatorio, salieron de la fosa para ser parte del cortejo.
Oreja, rabo y medalla al mérito civil otorgada por la unanimidad de los bastardos del virus social-comunista-separatista, magufos en la sociedad posmodernilla de mierda donde, al fin, los doctorcillos de la iglesia obtienen la deshonra... penicilina progresista mediante... que merecen.
Pobre España,
triste es la pandemia que arrastras.

1 comentario:

Lin Fernández dijo...

cuanto tiempo sin saber de usted,me alegro volver a leerle,un abrazo,