Hombre o mujer?
Eso es lo de menos. Somos transversales.
Bueno, pues alta o baja?
Alta, alta. Alta y esbelta.
Rubia o morena?
Rubia, del norte, más allá de los Pirineos.
Rubia... de ojos azules?
Como el Mare Nostrum, azules, sí.
Toda una belleza, por lo que veo.
Nunca viste nada igual, inocente.
Gafas?
Vista perfecta.
La nariz?
Chata, fina, como esculpida en mármol.
Es joven o vieja?
Por increíble que parezca, las dos cosas: por su fuerza y brío
dirías que es joven, una adolescente de voluntad férrea y propósito firme, pero
en el trato pausado y frívolo puedes entrever la sabiduría de la experiencia,
el poso que dejan las batallas libradas frente al despotismo y la barbarie.
Me hablas de dioses.
Es algo divino.
Lleva gorra o viste con corbata? Rica o pobre?
No tanto rica como querría. Tiene carrera y un trabajo aceptable,
con pretensiones, pero está rodeada de sanguijuelas sedientas. Podría ser
infinitamente dichosa, ¿sabes?, pero España le roba.
¡Hombre! Creo que ya... es cosmopolita, verdad?
Siempre mirando al futuro, abierta a las vanguardias sin
reñir con las tradiciones. Cosmopolita no es la palabra, pero él -o ella- sí es lo que estas pensando, botifler: somos lo que somos, el pueblo elegido,
destinados a liderar el rebaño de vacas que pace en la verde montaña.
Humilde?
Nadie lo fue tanto... pero, ¡di, va!, han sido muchas pistas. Ya deberías
saberlo.
Es García?
Frío.
López... Rodríguez... Jiménez... Manolo, Pepe o Andrés?
¡Sacrilegio, agua de Montserrat bendita, piensa, piensa, verás
qué fácil es!
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