Sálvese quien pueda

- Alfonsito, tengo miedo.

- No hay motivo, Vicky. No debes tenerlo, tranquilízate.

- Sé que junto a vos nada malo ha de sucederme, pero esos gritos, el asalto a las Trinitarias, esa turba recorriendo las calles como fantasmas...

- Sosiégate, reina. ¿Están listas las maletas?

- Sí, Alfonsito. El servicio las preparó y cargó en el automóvil.

- Perfecto. ¿Las joyas? ¿La cubertería de porcelana? ¿La colección de puros? ¿Los retratos?

- Todo correcto, como dejaste indicado: los pequeños tesoros, fáciles de transportar, discretos. Lo he revisado punto por... ¡ay, mi rey!... ¿Qué fue ese estallido?

- Las hordas se acercan a palacio

- ¡Protégenos, oh, Señor Todopoderoso!

- Corre, ponte el cinturón, Vicky, nos marchamos a la carrera.

Y Alfonso, ajustándose los anteojos de competición, pisa a fondo, pie en chapa, y el automóvil acelera y acelera y acelera, cogiendo velocidad absurda, dejando atrás lo que fuera reino.

Varias cosas, rápidas como el bólido de Alfonso, acerca de la fiesta de la democracia de ayer, prodiga en orgasmos democráticos.

1. En el pueblecito de costa donde se asienta el Cuartel General, ganó corrupCiUón, alcalde imputado incluido. Mayoría absoluta, otra más, y el cortijo alegre, a rebosar de palmeros mandando felicitaciones con la diestra mientras, con la siniestra, rezan por algún contrato temporal barriendo calles o haciendo calceta en el centro cultural del barrio.

2. Batacazo prodigioso de la derecha española personificada en el Partido P'Ayudar. Mariano, el Iluminado, sigue en su tiniebla particular, esa que le impide ver más allá de los pelos de su barba hipster. Conclusión, el hostión se ha quedado corto. Es una lástima, pero la otra mejilla vendrá con las Generales. Nunca es tarde si la dicha es buena, y la dicha, aquí... dicha o bicha, tanto monta... tiene forma de patada en las gallegas posaderas del Presidente del Gobierno más nefasto que haya visto nunca el Reino de España. Una cosa es ser socialista malo, y otra muy diferente es ser conservador traidor.

3. A pesar de todo, el Teatro de los Sueños continua su función, y el próximo acto, inútil atendiendo a la banalidad ideológica del enfermo de la calle Génova, es la formación del "cordón sanitario" contra la derechona abstracta. Resucita, tras los tres días de rigor, el Frente Popular de Izquierdas y AntiFascista de la Complutense de las Momias (en las golfas y en la alcaldía) y las Chekás de Bellas Artes. La mamandurria de la lista más votada va a durar menos que el efecto del Viagra a Bergoglio, el portero torero. Por doquier se anuncia diálogo y pactos entre las diez mil formaciones de amigotes con pretensiones, cuyo único requisito es, firmado ante notario, el escrache a ese 49% de la población que, no esgrimiendo las posturas del restante 51%, han pasado, directamente, a ser fascistas.

4. La Democracia tiene estas cosas, Monos. Así es la vida. Nada es gratis, todo tiene su precio. La dejadez, la desidia, el absurdo de la lucha diaria que queda en nada, la desesperanza o la apatía, el silencio cuando se ofende lo que se cree más sagrado, el mirar para otro lado, el evitar bofetadas, escurrir el bulto, reír las gracias de los enemigos... no, gilipollas, eso es cosa de políticos, conmigo no va esta mierda... la complacencia, el relativismo, la soberbia del que se cree un paso por delante de los demás, la queja insustancial, la idiocia educativa, la desmemoria histórica inyectada en la vena de los cuadrúpedos españoles paridos por la Transición y el café para todos... la cobardía del afrancesado... el Miedo... la negación... la Contradicción... la Bestia y sus hijos, a sus anchas por la reseca piel de toro... la Viuda, su tela y su ponzoña...

Todo esto, Monos, es lo que hemos sembrado.

Nos veremos en las trincheras.

No hay más.