El Ebro está desbordado, todos lo sabemos. La noticia corre
por La Red, e incluso los medios de comunicación hacen referencia al
acontecimiento. Hay conexiones en directo, reportajes, enviados especiales con
botas de agua más arriba de las rodillas, la Unidad Militar de Emergencias,
vecinos achicando agua, peritos contando cuántas manzanas e higos chumbos se
han echado a perder, payeses fumando tabaco de liar mientras ven pasar el manso
manto de agua... Pero como nada es perfecto, pocos recuerdan el Plan Hidrológico
Nacional (PHN) a excepción de varios blogs siempre activos en la ardua tarea de
sacar a la luz las contrariedades de nuestro tiempo. Me gustaría citar algunos,
pero me dejaría otros, razón por la que me callo como un muerto y nada he de
deciros de la vergüenza silenciada... porque...
... ¿quién soy yo, mono idiota, para describir aquí, en este
blanco infinito, cuál habría sido el plan de acción lógico de cualquier
estadista que se precie? Podría comentaros un proyecto nuevo, razonable,
beneficioso para la gran mayoría de los habitantes de España, que consistiese en coger una línea de AVE... nada, cien kilómetros entre Villarriba y
Villabajo... para, retrocediendo en el tiempo, destinar el presupuesto que se
empleó en el capricho político de la legislatura en cosas más útiles, algo así
como unos cilindros de hormigón de siete u ocho metros de diámetro y, tras
abrir una zanja enorme que recorriera la península como una serpiente anaconda,
llevar el excedente de agua del Ebro a las demás cuencas hidrográficas de la
Nación. ¡Ves, dinero público bien empleado! Pero no, soldados. El bien común
fue asesinado, y no hay testigos, mudos en su mayoría, víctimas del sectarismo
rancio de siempre, progresista en su involución, que pone el grito en el cielo
alegando no se sabe bien qué estudios científicos acerca de la desaparición del
delta, el sector agrícola del delta y las especies autóctonas del delta, cien millones
de mosquitos inclusive... aunque la razón de fondo, Monos, es más ladina y
ponzoñosa: España... el avance de España... la fortaleza de España, de sus
gentes, de sus empresas, de su nivel de vida, odiado por los innumerables
enemigos del país que no escatimarán medios para atenazar el empuje hasta que sucumba
en la larga noche de los tiempos. ¿Agua? ¿Porvenir? ¡Morid de sed! ¡Morid de
hambre! No al trasvase... hasta que es Barcelona quien queda sin agua y deben
traerse barcos llenos desde las islas o echar una manguera desde Tortosa hasta
la Casa Gran del Catalanisme, que estas "soluciones" no han sido
blindadas (como el río) por medio centenar de estatutos de autonomía. Manden
progresistas o medio-progresistas-acomplejados-del-PePé, el agua, al sur,
llegará por la vía tradicional meteorológica. ¿Desaladoras? Coña marinera de
ZP.
Pero, ¿por qué?
Sencillo y fácil: porque llevar agua equivaldría a crear
riqueza, recursos, posibilidades... y estas ratas que nos gobiernan no están
por la labor. Abonar el terreno no es prioridad de este Gobierno ni de ningún
otro que paste en las tropecientas mil administraciones que crecen sobre
nuestro suelo como la mala hierba. Para la Gran Camada es mejor que las cosas
sigan como están y cualquier actividad dependa del dedo censor del político
correspondiente. Proporcionar recursos para que las diversas regiones de
nuestro país puedan prosperar podría acarrear, ciertamente, que dichas regiones
prosperasen, que sus habitantes incrementaran su poder adquisitivo, crearan
pequeñas empresas con las que ir comprando una pequeña casita, una nave en el
polígono, una segunda residencia en el pueblo de la familia, otro coche,
mejores estudios para los hijos... y, por consiguiente, la reducción del grado
de dependencia del Estado y el equilibrio entre regiones. ¡Ay, amigo! ¡Pecado capital, de capitalista! ¿No
depender del Estado? ¿Cambiar el estatus quo de "las balanzas entre las CCAA"? ¡Que se han creído ustedes eso! A pan y ajo, señores. Pan, ajo, y ni gota de agua, que ya os
la enviaremos embotellada junto al talón de la subvención esclava y sumisa...
¡y viva el vino!
No he explicado nada que no pueda ser razonado por
cualquiera de vosotros, lo sé. Me suele suceder, pero toda esta morralla me ha
venido a la cabeza justo cuando me disponía a escribir una pequeña crítica...
yo, Comandante en Jefe, no me gano la vida escribiendo, nada sé del arte de
escribir, ninguna lección pretendo dar, poco valor tiene mi opinión... sobre el
libro de José Antonio del Pozo, viejo mono de la telaraña virtual, cuya lectura
había retrasado en demasía.
Editado por él mismo, Las historias de un bobo con ínfulas
es un pequeño libro de relatos cuyo protagonista es un cuarentón que mucho se asemeja, creo, al propio autor. Vivencias
personales que orbitan esa preocupación existencial que a todo hombre de
bien, alguna vez en su vida, asalta al mirarse en el espejo segundos antes de enfrentarse
a un corte de pelo o mientras degusta el cava de la Nochevieja. Son historias
intimas y vividas escritas con un estilo peculiar, adjetivado, dado al adorno y
la floritura, signo inequívoco del dominio del lenguaje y el tiempo verbal, con
un uso admirable de los signos gramaticales que hace que varios capítulos sean
auténticos ensayos literarios donde podemos degustar la técnica del autor. Otros relatos, en cambio, son una puerta abierta al corazón
del escritor... al bobo con ínfulas... ese ser que vive en un mundo
desacompasado, relativo, vacío, donde unos matones esperan a la vuelta de la
esquina y el amor, en las barras de los bares, nunca suele tener un final
feliz. Son historias de un bobo que no quiere ser bobo, sino héroe que salva a
la mujer maltratada de ella misma, pero que acaba contemplando cómo un desconocido hijo camina una
senda diferente y ajena... Vivencias reales o de ficción que narran la voluntad
de aceptación, de comprensión, el deseo de alcanzar la realización personal, ya
sea como escritor, como padre o como amante. Todo con sutiles dosis de buen
humor e ironía, salsa de la vida y la obra del mono con ínfulas.
José Antonio ha escrito un libro y, como todo escritor que
escribe un libro o padre que pare un hijo, lo hace con la mejor de las intenciones,
depositando en él un mucho de esperanza y un poco de fe, pues hay cosas que se
hacen con ilusión de un mañana mejor y más próspero.
Ven, también yo soy un bobo con ínfulas... y por eso, al
ponerme a escribir estas ridícula crítica para la que no estoy preparado, me ha
venido a la cabeza el derogado Plan Hidrológico Nacional y lo bobos (con ínfulas)
que somos, Monos, creyendo que algún sátrapa del subgrupo "político
español" hará, el día menos pensado, algo que pueda enorgullecer, y
servir, a todos los españoles.
Pero, como decíamos ayer, yo no me dedico a esto.
Pero, como decíamos ayer, yo no me dedico a esto.
10 comentarios:
Has dado en el clavo con el tema de los obstrusos que se negaron a permitir que las aguas sobrantes del Ebro enriquecieran a Murcia y aledaños.
Tanta agua desperdiciadas por no desviarla hacia otras poblaciones que la necesitan.Claro ahora los muy mendrugo encenderan velas ala Pilarica,manda huevo,saludos,
Los romanos con menos habrían hecho más pero nosotros con más nos permitimos el lujo de hacer menos, perdimos la cantidad millonaria que nos costó el proyecto del trasvase y el que la comunidad europea tenía destinado para acometerlo. Y luego vino el otro con lo de los trasvases puntuales. ¡Anda qué…!
Pues sí, de las primeritas cosas que derogó el cóndor cuando subió al poder aupado por los bombazos de los trenes...claro que los ahora inundados no querían compartir "su agua" porque el Ebro "es suyo" y demás monsergas, más las gilipuerteces talibanas de los ecologistas sandías y coñazos, ergo...
Y encima no se pueden limpiar los cauces, y mucho menos ampliar los pantanos no vaya a ser que pisemos una salamandra.... y claro, luego el río se desborda y los muy melones de los anti-trasvase y anti-todo te dicen que con pantanos no se arreglan las avenidas, que dragando el cauce y dejándolo expedito para que pase el agua tampoco... claro, y va y resulta que mientras los aragoneses andamos con el agua al cuello (literalmente) aguas abajo de Mequinenza, casi no hay problemas. Igual que el años pasado, y el anterior y el anterior.... etc.
Pero, claro que haya un pantano de 1500 Hm3, no influye en evitar las avenidas... no eso no tiene nada que ver.
Y si te paras a mirar donde empiezan los problemas, vas y te tropiezas con el río Arga, el río más importante de Navarra... Este río tan "vascuence" , es el único de los grandes ríos pirenaicos sin regular, solamente tiene un pequeño pantano para garantizar el consumo de agua de boca a Pamplona (18 Hm3).... El rio Ega, también navarro, sin regular. Por contra en el Aragón tenemos Yesa (450 Hm3) y en su afluente Irati el de Itoiz (400 hm3), que casi ni se construye.
Haber llevado a cabo el PHN habría dado la posibilidad de prosperar a muchas tierras del sur, Javier... y prosperar no casa demasiado bien con los principios del Mal Gobierno. Para éste, mejor serviles y agradecidos por las migajas que los "garantes de la democracia" van repartiendo con el dinero anteriormente saqueado.
Encienden velas, lloran el ganado muerto y, corriendo, acuden a ver quién puede darles algo para paliar las pérdidas que el río ocasionó.
Manda huevos, tienes razón, Agustín.
Un abrazo.
Política cortoplacista, siempre anteponiendo el interés del partido a las necesidades del pueblo. Política sin miras a medio-largo plazo, ciega, corrupta, saqueadora y creadora de miseria.
Como bien recuerdas, Javier, las comparaciones con la época de los romanos dan vergüenza y asco: el acueducto de Segovia frente al aeropuerto de Castellón.
¡Y viva el vino!
Un abrazo.
Leía en Libertad Digital un artículo que, cogiendo como base e asunto del Ebro, hablaba del fracaso de la Nación. Lo suscribo letra a letra.
Me hace mucha gracia, y me da infinita tristeza, ver cómo el sectarismo se impone a la lógica, ya sea con el agua, el flamenco o si el vestido es azul o blanco. El "PHN" era malo porque atentaba contra el medio, pero las desaladoras son buenas porque lo dice el gilipollas de turno, y aquí paz y después gloria.
Después está lo de Rajao, que no ha abierto la boca, no vayan a echársele al cuello las hienas de la demagogia progresista... y así, entre lelos utópicos y cobardes acomplejados, la ideología estatista de la servidumbre socialdemócrata va calando hasta el tuétano en la población ausente.
Un abrazo.
csc, debemos estar tranquilos. Todo está controlado, que diría Mariano. En aquelarre extraordinario, el Consejo de Ministros pronto aprobará una partida presupuestaria extra para que no falten pañuelos a las plañideras verdes por fuera y rojas por dentro.
Dicen las malas lenguas que, mientras buscaban espárragos por la colina, tres ecojetas casi sufren un soponcio al darse de bruces con medio millar de pollos ahogados.
A falta de agua para todos, no debe escatimarse en dineros que callen bocas hasta la próxima venida (que, espero sea la última, y no por solucionarse el problema, sino porque ésta arrase piedra sobre piedra).
Un abrazo.
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