Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

28 dic 2014

Tratado acerca de...


Pasó Nochebuena, Navidad y San Esteban. Finiquitado el primer tercio de las fiestas. Quedan dos: uno terriblemente nostálgico, otro no menos duro tras comprobar cómo los regalos son cada día más pequeños, más adultos, meros artículos de conveniencia.

El otro día pasaban "Donde habitan los monstruos"... y no pude más que empaparme de ella, de su final, del silencio de una madre que duerme tras la llegada del hijo prodigo y rebelde que fue perdido en un planeta imaginario donde lo bueno y lo malo visten pomposos disfraces de peluche gigante, con cuernos, rabo, enormes sonrisas dentadas y un palo por brazo. El niño, coronado con corona dorada, reina como sólo saben hacer los niños, aunque al fondo, en la línea desde la que asoma y esconde el Sol, una tenue bruma anuncia la pronta aparición de los nubarrones de la conciencia humana.

¿Dónde habitan los monstruos, Monos?

A medida que llegaban estos días navideños, me hice la promesa de no divagar acerca de los temas nuestros de cada día. Un paréntesis. Un descanso breve. Un no hojear digitales, escuchar la radio o prestar atención a la basura tertuliana que ha invadido la parrilla de los medios de manipulación masiva como si la Crisis fuera algo nuevo, del día, y no la viniéramos padeciendo desde hace más de una década, Zapatero el Felón inclusive. Hazte el loco una vez mas, me dije... o quizá no me lo dije y los buenos deseos que acabo de mencionar no son más que una pretenciosa cortinilla de estrellas que da paso a la actuación principal del día.

En verdad os digo que a destiempo y contra mi voluntad he ido desinflándome mientras escuchaba la redifusión de las 15:00h. y 21:00h. cortesía del cuñado de turno, que devorando calamares daba buena cuenta de la tonada lúgubre y suicida que encadena la acción de la Justicia de nuestro país. Antaño no se ponía nunca la luz del Sol. Hoy, para desgracia de sus hijos, lo que no cesa en España es la desvergüenza... y no sólo en el tema de los meones que han resultado vencedores... "Vosotros, al hoyo"... sino también con los sediciosos de la barretina y su juego del trilero, donde la independencia se paga con dinero, sea este en efectivo, en pagaré intercambiable por deuda o en crédito a 0% de interés con el que los sátrapas seguirán lobotomizando conciencias y voluntades populares. De postre, corrupción con cerezas al indulto, post-indulto y togas embarradas de salsa rosa.

¿Dónde habitan los monstruos, soldados? ¿Dónde pace el temor por los asaltacunas del turbante? ¿Dónde las brujas que roban en pesebres, destetadas, o miccionan en tierras que anteriormente fueron regadas con la sangre de los españoles represaliados por los defensores de la democracia del Padrecito de los Pueblos? ¿Dónde habita el monstruo de la venganza, el duelo, las cuentas justas? ¿Dónde están, que no se ven, que ahora sonríen, los han cambiado... quién los indios, quién los vaqueros? ¿Por dónde cae el Bien y el Mal, Vicente? ¿Qué dice la radio?

Miraos el pecho, Monos. Ahí están, detrás del verde oliva de la camiseta, atravesada la piel blanquinosa y el amarillento hueso del esternón, reventada la caja torácica, al lado de un corazón que late desacompasado, presa del discípulo de Luzbel que lo aprieta entre dedos que son zarpas, ahogándonos, asfixiándonos aterrorizados viendo cómo las paredes de nuestra guarida van cediendo con cada Newton de presión maléfica ejercida por los terrores que habitan en el interior de todos nosotros. Esa es la morada. No hay otra. Es imposible. De haberla, de deambular tranquilamente por las calles y los bares de nuestros barrios, los monstruos serían perseguidos, acechados por la marabunta como lo fue el Frankenstein de Boris Karloff o la Bestia que secuestró a la Bella del cuento de hadas...

... pero tales cacerías no acontecen, ya no. Pasaron, quedando las calles vacías de honor y vergüenza torera, desiertas de dignidad, memoria y Justicia. Hoy brillan las luces de colores figurando enormes paquetes, estrellas de cinco puntas y palabras en árabe, swahili o dialectos perfectamente normalizados para alienar hermanos y primos. Los monstruos en los que nosotros creíamos han resultado ser los pilares fundamentales del nuevo compás que rige el Mundo. Tras una ducha caliente para desprender la roña, gotitas de jabón perfumado de relativismo y una muda limpia de servil sumisión, los Monstruos, hoy, se pasean por la calle como uno más de los nuestros, perfectamente difuminados en el paisaje moderno occidental.

¿Dónde habitan los monstruos?

Aquí dentro, Monos.

Íbamos a luchar contra ellos, y resultó que sólo los vemos nosotros.
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