Había un psicoterapeuta argentino... otro de tantos con
titulo de la Pampa y cuentas de Rosario... cuya máxima rezaba que "el fútbol
es un estado de ánimo". Como no soy ducho en materias psiquiátricas
amenizadas con toques de licor de yerba mate, haré como si no hubiese oído la
monserga del Freud albiceleste y, por una vez en la vida, no me reiré de mi
estulticia. Ahí queda el análisis, para quien lo precise: el fútbol, estados de ánimo. Las motos, también, estados de ánimo.
La Vida entera, Monos, estados de ánimo.
Y hoy me levanté con el ánimo arisco, incendiario, otra vez
empujado por las miserias de esta España nuestra que anuncia derribo, si no cayó
ya en el más profundo de los pozos. ¿El motivo? Encender la TV y en el
interminable bloque deportivo...
... no... no... Pido perdón. Prometí no decir mentiras,
aunque sean ridículas e inofensivas. La noticia la leí hará unos días. Como una
espina de pescado clavada en el esófago a perpetuidad, ojeando un periódico
virtual supe de las lágrimas de Marc Márquez, bicampeón de MotoGP, de Moto2 y
de las avispas esas de un octavo de litro. Un campeón del Mundo en lo suyo,
pilotar motos, que va acumulando alabanzas y admiraciones de todos los hombres
y mujeres que entienden, y viven, del ambiente que rodea las motos y las
carreras. Grandes ases de las dos ruedas lo apadrinan, lo admiran, sonríen ante
la inocencia de un chaval que, al montar sobre su "burra" de
cuatro tiempos, es capaz de dejar atrás al mismísimo Beelzebub y su pelotón demoníaco.
En El Ejército de los 12 Monos no somos mucho de
motos, lo confesamos. El pestazo a gasolina de nuestra colonia tiene octanaje
de cuatro ruedas, control de tracción y parada milimétrica en boxes. De joven,
el Comandante en Jefe, borracho de inmortalidad, mordió el asfalto en varias
ocasiones, satisfaciendo el ansia de dos ruedas para el resto de la existencia.
De esta guisa acababa el gusto por las motos en nuestro ejército: con una
fisura en el costillar en una cama de hospital mientras en la TV Michael Doohan
liquidaba el quinto mundial.
Como soy muy irreverente con los idiotas, decirles que me
paso la teoría de Dolors Montserrat por la que "si no eres, no puedes",
por el forro de los colgajos... observen... y, a pesar de no ser entendido o
aficionado, voy a divagar acerca de las lágrimas de un campeón español al que durante sus momentos de gloria se presionaba para que pasease la bandera española
por los circuitos haciendo gala de su Nación, cosa que hizo orgulloso, mientras tantos y tantos parásitos patriotas de hojalata,
en sus casas, no tienen la testosterona necesaria para defender el buen nombre
de su país. Gentes que ladran cuando no se sangra en rojo y gualda, pero que
callan cuando se insulta a su Patria estando presentes, como auténticos miserables. Ladradores que no muerden. Desgraciada
España, con estos hijos desagradecidos y cobardes.
Triste, lloras...
... como el enorme chaval de la foto, campeón del mundo, que tiene
que desayunarse sollozando porque las hienas han vuelto a salir de sus
escondrijos, atraídas por el hedor de la carroña y la envidia. Han despertado
hipnotizadas por el tufo a dinero y triunfo... ajeno, claro... y con su risa falsa y su
broma acusatoria se lanzan al cuello del pobre joven, cinturón negro en
derrapadas y curva-contracurva del sacacorchos de Laguna Seca, experto en
cabalgar cientos de caballos, pero que se ve sobrepasado ante las (malas) artes de los buitres
disfrazados de parias. Pero los parias no son esto, Monos. Los parias tienen
dignidad. Las hienas... los buitres negros y carroñeros, gozando de la
buena salud que les proporciona nuestro loable y todopoderoso Estado de
Bienestar... campan a sus anchas, cebados y demagogos, siempre prestos a defender
el cortijo del que viven sin pegar palo al agua.
Marc Márquez montó en una burra loca, compitió contra los más
grandes y les hizo tragar polvo. El chico de los récords conquistó a la afición
y al público en general con su desparpajo, su naturalidad y su saber hacer sobre
una motocicleta, pero cuando la marabunta supo de los rumores que indicaban que
el chaval de Cervera iba a mudarse a Andorra, se vinieron abajo los cielos y
los infiernos desquebrajaron la corteza terrestre saliendo a la superficie,
supurando pus como haría un grano acnéico apretado con decisión. Marc se
marcha, llevándose sus títulos...
... y su dinero...
... que tributa al mil por cien y "ayuda" a
que el vago pueda chuparse el decepcionante final de "Cómo conocí a
vuestra madre" espatarrado en su sofá. Impuestos para que el prejubilado
con 50 años pueda pasearse por las ramblas con ese aire de señorito
perdonavidas que se ríe del pobre sexagenario autónomo que no tuvo tanta suerte
(o tragaderas)... por no hablar de las becasblack a 1.800€ que se reparten con
lo expropiado gracias a la usura del Estado Fiscal de los Padres Fundadores del
"café para todos". Sablazos y puñaladas traperas para sufragar VPO regaladas a los
familiares, las ayudas infinitas a los colectivos más desfavorecidos siempre
que estos sean extranjeros, la sanidad a los alemanes del norte, la soldada al
soviet al mando de la televisión pública nacional o autonómica que expulsa
periodistas díscolos y liberales sin pelos en la lengua...
... o pagarle el sueldazo al alcalde de Barcelona...
... o sufragar la reforma del puerto deportivo sito al lado
del aeropuerto de Castellón...
... o el marisco a los sindicatos y la patronal...
... o los terrenos a BCNWorld y los incidentes al Castor de
tito Floren...
... o el déficit de tarifa, el FLA, el cambio en el barril
de petróleo, las comisiones, los sobres...
... y la gigantesca bola de nieve que es el Estado de Saqueo
va creciendo, grande y enorme, desbocada ladera abajo hasta que alcance la
falda de la montaña y se estrelle contra la dura roca. Ese será su fin, pero
hasta que llegue al plano arrasará todos los patrimonios y haciendas que le
salgan al paso, y siempre sonará de fondo la cáustica risa de las hienas, ávidas
de sangre, sedientas de savia, anhelantes de los tesoros que el prójimo obtuvo
con el sudor de su frente.
Hoy, la víctima, responde al nombre de Marc Márquez, pero no
respires tranquilo en la calma falsa que te proporciona tu salón, lector. También
aparecerán las hienas en tus posesiones, tarde o temprano, prestas a pegarle el
bocado a tu pan y beberse la botella de vino que guardas, con cucharilla por
tapón, en la nevera.
Su hambre no conoce límites. Cuando acaben con el búfalo
acudirán a por las gallinas.
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El hombre (cada hombre) es un fin en sí mismo, no el medio para los fines de los otros. Debe existir por su propio esfuerzo, sin sacrificarse a otros ni sacrificar a otros para si mismo. La búsqueda de su propio interés racional y de su propia felicidad es el más alto propósito moral de su vida. Ayn Rand.
4 comentarios:
Cierto, y yo me pregunto: ¿De dónde sacarán para tanto como destacan cuando acaben con el sudor de los que pagan impuestos?
Un abrazo y ¡Feliz Navidad!
El Mark ese sabe que sus dineros serán expoliados como si hubiera una guerra y viniera la tropa enemiga, y que se destinará a pagar millonarios sueldos a secretarias de subdirectores generales y a los portentosos "nicolasitos" que son los sindicalistas.
Cuando acaben con los sudorosos que pagan impuestos, vivirán de la limosna que enviarán de la caridad de los países del primer mundo, más o menos como hacen todos los sátrapas dictadorzuelos populistas.
Un abrazo, Javier, y ¡Feliz Navidad!
La redistribución de la riqueza que promulga esta gentuza es de sobras conocida, don Javier. El chico jugándose la vida y los paniaguados comiendo marisco y dándose palmaditas en la espalda mientras hablan y hablan de justicia, solidaridad... y ¡otra de gambas!
Un abrazo.
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