- Mono Anacleto, ¿tienes el informe del SI?
- Fresquito, en las manos.
- ¿Nos haces un resumen? ¿Qué grado alcanza la amenaza?
- Complicado, camaradas. Veamos si os puedo hacer un
resumen...
... imaginad un enemigo. Un enemigo a perpetuidad, eterno,
que nace en contraposición a los principios más básicos de vuestra humanidad,
alimentándose y haciéndose más y más poderoso con cada una de las respiraciones
de vuestra Cultura. Es un enemigo fuerte, temible, psíquico, al que no frenan
las palabras ni los gestos pues con cada uno de ellos no hacéis más que
exasperar su prejuicio vital para con vuestra persona, alimentando un odio enfervorizado.
No tiene cabida la negociación, impensable la disuasión y,
tras observar vuestras calles y parques infantiles, zafarse del problema
haciendo "como que llueve" se demuestra próximo al suicidio.
Imaginémonos "buenistas", "pacifistas", fieles cantores de
las bondades de ese "otro Mundo posible tras el frescor del
arcoiris". Imagináoslo, porque el informe dice que así ha estado viviendo
el vulgo, confortablemente convencido de la bondad intrínseca del género
bípedo, desatendiendo las señales de alarma que se fueron encendiendo antes de
caer sobre ellas el frío silencio, atendiendo las llamadas a la calma de los
gurús populistas que se nutren de las mamas de ese enemigo omnipresente,
siempre al acecho, siempre alrededor vuestro.
Pues ese enemigo, llegado el momento, hace saltar la espita
que enciende el negro reguero de la pólvora, y la tranquilidad de vuestros
bares se torna grito y desesperación, quebrándose la inocencia en vuestras
escuelas, ahogado el silencio de las bibliotecas, amontonados los vecinos en
el fondo de las improvisadas zanjas que han roto el pavimento de las calles. Un
ejército funesto de desheredados profanando vuestras viviendas y vuestros campos,
apedreando a vuestras mujeres y quemando vivos vuestros vientres satisfechos.
Ese es el enemigo, Monos, y contra él será la lucha. La
amenaza, como podéis ver, es mucha. Ante esto, la defensa, es una incógnita.
¿Sobrevivirá la reacción a la infiltración? ¿Se desmayarán nuestros aliados
ante el torrente de sangre y horror? Una incógnita, sí. Es difícil prever cómo
responderá una población acomodada a las primitivas trifulcas de la
tele-realidad televisada, pero todo hace presagiar que su comportamiento,
llegado el día crítico, será frustrante. La amenaza requiere medidas drásticas que, en la mayoría
de los casos, no son imaginables para una población empecinada en olvidar el
contrapeso del derecho: el deber y el sacrificio. Los cementerios están llenos de valientes,
pero estos son apenas doce comparados con los cadáveres de los cobardes.
Sumisos, los fervorosos feligreses del Dios Dinero pretenderán comprar
seguridad mediante bonos del Estado... ingenuos... desconociendo que no hay
suficiente oro para satisfacer la voluntad del incorruptible enemigo que
aguarda a las puertas.
- Negro panorama, Mono Anacleto.
- Sólo es un resumen.
- Por desgracia. Seguimos mañana. Buenas noches... y buena
suerte.
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El horror. El horror. El corazón de las tinieblas. Joseph Conrad.
2 comentarios:
Los desheredados no creo que invadan nada pero sí destruirán esta Civilización los profetas de cualquier tontada que demonice los valores de la honradez y la valentía.
Esos valores de honradez y valentía son cada día más caros de ver en estos tiempos nuestros, Javier. Han pasado a ser palabras vacías que llenan estadios donde se pronuncian para enfervorecer a las masas, pero poco más.
Los desheredados, desarmados, cada día lo son más.
Un saludo.
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