Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

9 jul 2014

Colaboracionistas


Se levanta de la siesta, tan típicamente española, aunque recordar el origen del gran invento le tuerce el gesto en una mueca de asco. Española... España... lagarto, lagarto... El palabro, como mandan los manuales que envían diariamente las ondas hertzianas del régimen, está prohibido. Estado central, Península, Meseta... Metrópoli... Existen muchas alternativas, Manolo, cuídate cuando hables y cuando divagues, no vayan a etiquetarte como "botifler"...

... y se acabe el chollo.

En la cocina, sobre la mesa, aguarda la rebanada de pan con tomate y aceite de oliva virgen extra de las Garrigas, arbequina con denominación de origen, condimentado el desayuno con un buen pedazo de longaniza catalana, blanca, gustosa, recién sacada de algún cochino criado en las cercanías de Olot. Cerdos con pedigrí, los de Osona, piensa Manolo mientras enciende un televisor anclado en el NO-DO público, donde los mismos de siempre debaten repetitivamente sobre el sexo de los ángeles, de qué cara caerá la tostada o lo bien que le queda, a la estrella del tugurio, ese doctorado nuevo que se ha apuntado en el currículum.

Pero, como bien sabe Manolo, da lo mismo qué digan o qué reportaje pasen por la noche, mientras degusta la calidez del Ron Pujol tras meterse entre pecho y espalda la "escudella" de los viernes noche. La base ideológica está clara, el camino a seguir, marcado... la rebeldía, terrible.

No, no, no... murmura Manolo, imaginando la vida que fue, antes, cuando todavía montaba el caballo de San Pablo, siendo un hereje de la peor calaña, ferviente admirador de Camarón en detrimento del que hoy, sin lugar a dudas, es el más grande rumbero de todos los tiempos, conocido como Peret... gitano, pero catalán.

¿Qué importa la realidad, Manolo, ante la fuerza del sentimiento?

Mírate tú... con tus tres condenas a la espalda... tus cinco años de presidio, justos, eso sí, pues no había día en el que no cruzases la frontera andorrana... tabaco arriba, tabaco abajo... presa de ese delirio loco por el vil metal y la vida pausada que te acarreaba su derroche. ¡Qué tiempos de persecuciones, con la Guardia Civil pisándote los talones! Manolo echa la vista atrás y aquello, su pasado, le parece cosa de película, irreal, algo parecido al sueño de una noche de un largo invierno. La diferencia con los manjares que hoy disfruta, ahí sobre la mesa... no, no, no, Manolo, no pienses... es enorme, descomunal, y el precio pagado, miseria. En ti se obró el milagro, chaval. Con tu conversión se borraron los pecados originales que corren por tu bastarda sangre.

La Nueva Religión, con su Nueva Historia, ha eliminado las manchas con la fuerza de la promesa y ahora, contrabandista, eres un hombre respetado que acude a conferencias en las que expones los misterios que nos rodean, aportando la luz que el rebaño de burros anhela y reclama, sin recuerdo alguno de qué hiciste y por qué lo hiciste. Eras un contrabandista español, y ahora eres un honorable catalán. Te has ganado la medalla de chapa que luces en la solapa, muestra de tu dignidad en esta realidad nueva.

¿Me ves, papá? ¿Estás orgulloso de mi?

Tras echar un vistazo al reloj de la cocina, nuestro paladín se apresura a recoger los platos y meterlos en el lavavajillas. Faltan diez minutos para las 19:00h y Bernat, su vástago, está a punto de salir de la nueva guardería que se abrió el verano pasado en el centro del cinturón rojo. Tras un milisegundo de pausa, anota en su celular de última generación enviarle, al presidente de la asociación cultural, algo que le haga gracia... un chorizo de Vic, sardinas de Tarragona o, si el Departament tiene a bien pagarle los retrasos, la camiseta de la selección de hockey patines. Se ha portado de maravilla con ellos, el Conseller, ya que conseguir plaza en la exclusiva guardería monolingüe no es tarea fácil. Debe demostrarle que él, Manolo, es un tío agradecido.

Agradecido como el que más.

Los platos, la cartera, las llaves del piso de protección oficial que le tocó en la rifa orquestada por Habitatge... y, cuando alarga la mano para agarrar el chaquetón, una imagen fugaz viene a su mente, esquiva y ridícula, que le retrotrae a la noche anterior, justo después de llegar a casa tras una larga jornada devanándose los sesos buscando la rima fácil que haga atractivo el folleto que la asociación repartirá por los buzones del barrio...

... y esa imagen es un fotograma difuminado, traído por una película en blanco y negro emitida por un canal maldito, sintonizado por error debido a las manos inocentes de Bernat, el principito de sus sueños en el que han quedado depositadas las esperanzas que solventen los deseos frustrados de sus progenitores, que todo le perdonan al pequeño Bernat... hijo de mi vida, mi futuro, mi héroe, mi salvación... incluida tamaña aberración díscola, cambiar el sagrado canal, aunque tan sólo sea un segundo...

... porque un segundo bastó para que Manolo, al tiempo que besaba a su santa esposa, hija del acaudalado propietario de una empresa textil venida a menos por culpa del levantamiento del arancel Cambó pero que ahora, con el contrato administrativo para la confección de las banderas que ondean por doquier, ha vuelto a recuperar su palco en el Palau... un segundo, decíamos, un segundo bastó para que un destello no controlado por la "voluntat d'un poble" se presentase ante sus ojos con forma de una fila de señores uniformados pasando revista. Ataviados con roídos pantalones y enormes gabardinas para tan escuálido contenido, con un brazalete engalanado en el antebrazo y una gorra militar al estilo "policía de gueto", asentían y besaban el suelo que pisaban otros señores, más altos y elegantes, que se mofaban de la servidumbre de aquellos miserables cuya suerte

como la de todos

estaba marcada con una pequeña muesca en la baraja de naipes con la que juega la Providencia.

Eso vio Manolo en el aparato de TV full equip, un instante, antes de cambiar el canal y volver a sintonizar el pan nuestro de cada día, traído hoy en forma de resistencia milenaria a los fascismos del Universo, todos juntos, vencidos con el arma de destrucción masiva que es el "tres de nou" democrático, cuya "folrra"... primera línea, carne de cañón... tanto desea ocupar él, converso, agradecido, fiel perro que lame la mano de un Amo que, como los protagonistas altivos y burlones de esa imagen, también visten trajes caros y medallas doradas que enloquecerían a cualquier urraca.


¿Estarías orgulloso de mi, padre, si gano una de esas que tanto brilla? 

5 comentarios:

Maribeluca dijo...

Esta semana varios colaboracionistas de esos le han estado haciendo la ola al jefe de los traidores del Peñón, cualquier cosa que vaya contra los intereses de España y los españoles...

tomae dijo...

Me ha hecho gracia lo del hockey sobre patines amigo Herep, a ese deporte tan nacionalista se le ha de dedicar toda una entrada Pues, para federaciones la de esquí y hablamos de hockey sobre hielo, la oímpica y hablamos sobre hockey sobre hierba, pero en ese caso la disciplina la federa la federación de patinaje ¿curioso no? Al final, lo que rige ese deporte no es la superficie donde juegan los deportistas (hielo,hierba, terraxo ) ni el aspecto de la pelota sea de disco, de cuero o e plastico, ni tan siquiera el stick o palo para golpearla.

¿serán los patines?¿será el calzado? ...pues que patinen.

Herep dijo...

Haciéndole la ola a picardo, sacando a pasear enormes fotografías del "yes, we scan"...
La capacidad para sorprender, y de avergonzar, parece no encontrar fin entre estos pobres diablos.

Un saludo, Maribeluca.

Herep dijo...

Tienes razón en el entramado de las Federaciones, y en la necesidad de dedicar toda una entrada al ingrato trabajo de descifrar tal lío, pero para nada soy experto en este deporte tan nacionalista, tomae, pues creo recordar que, el único partido al que he asistido, fue uno que se produjo estando yo de resaca... y sin la capacidad de recordar cómo había llegado hasta allí.

Patiné, patiné...

Saludos.

Blogger dijo...

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