Vampirs *

Buenas a todos,

Como no os conozco a ninguno a pesar de las ganas inmensas de poderme tomar un quito en alguna terracita con vosotros charlando de los temas que tanto nos preocupan, me presentaré diciéndoos, ante todo, mi nombre.

Me llamo Roger Setó Vallbona, tengo 32 años y vivo en el barrio de Pedralbes, en Barcelona... en el corazón del nuevo país de Europa, Cataluña.

Como podéis observar, soy independentista.

Mis padres nacieron aquí, en Barcelona, en nuestra misma casa... bueno, en el palacete... donde cuelgan cuadros con retratos de mis abuelos, bisabuelos y demás... todos con bigote, monóculo y porte serio y distinguido. Si me cortas las venas, mi sangre, en vez de roja, es cuatribarrada. Flipa. Mi linaje se remonta hasta Wifredo "el Velloso", y para mi décimo aniversario, padre me regaló una moneda que, según reza un certificado firmado ante notario en roja tinta, perteneció al mismísimo Jaime I.

He de reconocer que, desde pequeño, he hecho siempre lo que me ha salido de los colgajos de la entrepierna. ¿Quería reírme de la chacha charnega? Me reía. ¿Quería sobarle las tetas a la hija del chofer de papá? Las sobaba. Y chitón, guapa, o tu viejo se queda en la puta calle. ¿Drogas? Todas. ¿Coches? No me caben en el aparcamiento del sótano, oye. Tengo uno para cada día de la semana... y nada de GTI o mierdas de esas, ¡qué va! Un par de Aston Martin, un SLS AMG, un GT3, otro F40... La verdad es que, en ciertas ocasiones, me agobian, pero para esos momentos está el chofer, a tiempo completo.

Mis padres siempre intentaron que siguiera su ejemplo estudiando una buena carrera en la mejor de las universidades catalanas, buscándome una dulce y fiel esposa, formando una familia ejemplar... Pero estudiar, ser fiel y dar ejemplo jamás fueron peculiaridades que casaran con mi carácter... más loco... más aventurero... más de vividor...

Estudié, ¡sabe Dios que estudiaba!, pero pronto me cansaba, me aburría sentarme ante los libros, hincar los codos, razonar. Mis notas jamás fueron buenas, pero eso no impidió que padre se gastara miles de euros... al fin y al cabo para él, calderilla... matriculándome por la cara en elitistas universidades privadas.

De nada sirvió.

Bueno... sí que sirvió, sí. Para engordar mi agenda de chochetes, sirvió. A cientos. Rubios, morenos, pelirrojos... de aquí, de allí, de más allí... catalanes, extranjeros, intergalácticos... Ya sabéis lo que dicen de eso, ¿no? Visto uno, vistos todos.

¡Ay, mis padres! Dicen que en todas las buenas familias, las aristocráticas u oligárquicas de toda la vida, siempre aparece una oveja negra... aunque no estoy seguro de que tan sólo sea una. Mi padre... esas secretarias... tantas noches llegando tarde, con la cena fría aguardando sobre la mesa... Y mamá, con esos caros perfumes y la colección de operaciones de estética... Paolo, el jardinero... las clases particulares de canto...

Cabrones...

Recuerdo que, tras ser expulsado de todos los campamentos de verano y las escuelas de inglés a las que me alistaron, más que apuntar, intentaron meterme en la escolanía de Montserrat. No pasé la prueba, como podréis imaginar. Demasiado... mmm... locuaz, dijo el Abad, mirándome como si el mismísimo Belcebú estuviera ante su presencia.

Papá le metió un billete de 500€ bajo la sotana y, sin decir ni una palabra, se cerró el pacto de silencio. No conviene espolvorear por ahí que el hijo del Vicepresidente es un bala perdida. No por la prensa de aquí, claro, pero sí por la de allí... la de la "caverna"... no tan fácil de comprar... no tan fácil de, con nocturnidad y alevosía, apuñalar por la espalda con un billete morado, bajo la sotana.

Así que aquí me tenéis, tirado en esta barra de bar de carretera, negro tugurio abierto las 24h. del día, ante este gordo de mierda con camiseta imperio y chorretones de sudor en las axilas, escuchando una vieja canción de Machín que no sé que coño dice de unos "angelitos negros". Tendría que estar en la oficina... ¡sí, sí, no os lo perdáis! ¡Tengo trabajo, en una oficina, con corbata, raya a la derecha y secretaria buenorra! Obsequio de madre, claro, que tienen mano en la Administración, que para eso la colocó ahí papá... bueno, como decía, tendría que estar en la oficina, mirando películas en el ordenador o jugando al "Apalabrados" con algún imbécil del otro lado del mundo... pero no, estoy aquí, en el estercolero este, medio borracho y esperando contestación del puto camello.

¿Qué? ¿Que qué decía antes? Ah, sí... tienes razón...

Soy independentista, sí. De pura cepa, además. De los de bandera, barretina, pulsera, melodía de los "segadors" en el iPhone y foto firmada del Excelentisim, amigo íntimo de la familia. Los días de guardar, me hallarás en primera fila, agarrado a la "Vía", silbando ante el Rey del Estado Central o haciendo la ola. Tú observa, verás. Allí donde haya alguna reivindicación secesionista, ahí estaré yo... como el Espíritu Santo... a las... bueno, a las maduras, mejor, que para las duras ya tengo mi pequeño fondo en Suiza, a buen recaudo.

Pero, como diría el sidoso aquel, "el espectáculo debe continuar". Pase lo que pase, la moral de estos tontainas no debe decaer. Hay que gritar como el que más, escupir más lejos, romperse la camisa en público, menospreciar los chochetes que no sean arios... en público, claro, entendedme... exacerbar a las masas, contar chistes a los niños, dar palmaditas, apretones de mano, besos a las viejas arrugadas... puajjj... trasnochar, ir a eventos, firmar fotografías, manipular, mentir, tergiversar... vender submarinos... humo... ilusiones... fantasmadas...

Sí.

Me llamo Roger Setó Vallbona, y soy independentista catalán... o lo que tú quieras.

Mis privilegios no pueden pasar a la Historia.

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* Vampiros.