Yo tenía un sueño de España… pero ese sueño murió hace tiempo. El que me acunará esta noche, será mejor. Mi guía en los Años Oscuros. Y vivirá por siempre jamás. Ej12Ms

3 jul 2013

Ceguera


Lo reconozco, sí.
He sentido un escalofrío. Un segundo, nada más, pero he necesitado sentarme en mi sillón de la Sala X, aferrado a un enorme vaso de agua helada, cero absoluto, para que la muerte de todo átomo contrarrestase esa sensación que creía superada.

No hace ni cinco minutos, de vuelta al Cuartel General después de una mañana perdida de Administración Pública en Administración Pública, arreglando pilas de papeles… o desarreglando pilas de papeles, mejor dicho… he pasado junto a una tiendecita de frutas y verduras, pequeña, barata, desconocida hasta la fecha, y seducido por unos melocotones con la etiqueta “de Calanda”, he empezado a salivar como haría el lobo ante el tierno carnero.

He entrado.

Mis ojos han tardado unos segundos en adaptarse por culpa del fuerte contraste entre el Sol de la calle y la oscuridad tenebrosa del interior, pero cuando  las sombras han empezado a tomar forma, me he encontrado en lo que, en mis peores pesadillas, es la antesala del Infierno de Dante: una tienda minúscula, seca como el desierto, sucia de papeles por el suelo y polvo en las estanterías, atestada de moscas y, despachando ataviado con una taqiyah y una barba a lo marxista-leninista, un tipejo alto y delgado rodeado por siete u ocho mujeres de riguroso negro desde los pies hasta la cabeza, con las que discutía en un lenguaje extraño. Un dialecto todavía “no normalizado” es esta tierra del noroeste español, pero…

La puta, he pensado. ¿Dónde me he metido?

De golpe y porrazo, a la velocidad del rayo, el moro ha sacado un machete de medio metro y… ¡zas!... de un tajo certero ha partido en dos una sandía enorme, hermosa, jugosa… salpicando a las muchachas, o ancianas… vaya usted a saber… mientras estas entonaban, a capella, el zaghrata.

La puta de oros, he recalcado… y, dando media vuelta, he puesto distancia entre ellos y yo.

He puesto distancia, sí… pero no tanta como querría. La frutería nueva no dista más de doscientos metros del Cuartel General. Pichi, el Mono artillero, la alcanzaría tirando una piedra. Y a trescientos metros, el locutorio… a cuatrocientos, la carnicería… a quinientos, el kebab que jamás recibió visita de Sanidad… a seiscientos, la mezquita… otro locutorio… una barbería/peluquería unisex (para hombres, por supuesto)… una chatarrería… una ferretería… otro locutorio…

Pichi podría pasarse el día tirando piedras hasta quedarse sin munición.

Mientras andaba camino del acuartelamiento, no cesaba de repetirse en mi mollera la imagen de la sandía partida en dos. ¡Machetazo que te crió! Dos mitades, simétricas, separadas la una de la otra… chorreando líquido… mientras una jauría de testigos voluntarios contemplaban la escena entre vítores, danzas y gritos de “Alá es grande”…

… pero, ¡Oh, milagro milagroso!... la sandía ha mutado, se ha transformado, ha dejado de ser fruta para convertirse en un hombre, un tipo como tú o como yo… como el franciscano a quien, de un machetazo idéntico, le cortaron la cabeza hace unos días los rebeldes de la futura Siria… tan necesitados de nuestra ayuda… tan faltos de cariño…

¡Zas!

Según cuentan las malas lenguas, la causa por la que se ajustició al pobre infeliz fue tener, en el celular, “números oficiales”. Signo inequívoco que lo convertía en un delator del Régimen de Al Assad… un espía… un infiltrado de élite… un 007 con los números secretos bien almacenaditos en su móvil personal, al alcance de un clic, como mandan los cánones del manual del buen espía.

Cosas veredes, Monos… tan ciertas como los supuestos melocotones “de Calanda”, soldados.

No hay más ciego que aquel que no quiere ver.

Occidente, por desgracia, está sembradito de ciegos. Por doquier. Al norte, al sur, en las plazas, en los Servicios Sociales, en las escuelas, en los parlamentos… Bélgica, Holanda, Francia, La Pérfida… España…  Ciegos que miran para otro lado cuando zapeando, por error, caen en algún canal que informa sobre el hecho… sobre los hechos, cientos… que se suceden cada día, escandalizados ante la visión de una cabeza sesgada al grito de “Dios es grande”… ¡Por favor! ¡Qué desagradable imagen!, se dicen los unos a los otros durante la cena, intentando olvidar lo que sus ojos acaban de presenciar, ¡María, cambia el canal, coño! ¿No ves que estamos comiendo? Cambia, cambia… a ver si pillamos algún reportaje de niños saharauis medio muertos de hambre… para que, en la tertulia familiar que se forma alrededor del pollo al curri del domingo, maldecir a la Iglesia Católica y esos “incalculables tesoros que podrían acabar con el hambre en el Universo Interior y Exterior”.

Y una barbaridad borra la anterior como un nuevo amor hace olvidar a un corazón despechado.

Occidente se sume en el miedo y la deshonra. El grito de Oriana… su Rabia y su Orgullo… se ha perdido en la larga noche de los Tiempos. El “buenismo”, la “Alianza de Civilizaciones”… la idea de “todos juntos como hermanos”, ha calado hondo en unas sociedades muy bien acostumbradas a la seguridad y la limosna estatal. Los Estados Occidentales han sido buenos maestros en el arte de la relativización y la acción interesada. Las raíces cristianas, pisoteadas al son de unos “números oficiales” y las Cruzadas… y los Caballeros Cruzados… son desterradas de la Historia por obra y gracia de unas masas aborregadas, y serviles hasta la guillotina, que no dejan de gritar lo bonito que es el Mundo, lo amistosos que son los “otros” y el mal servicio que hacemos al Progreso aquellos que, a contracorriente, no queremos cerrar los ojos a la evidencia.

Somos aquellos que no cerramos los ojos al contemplar cómo los tendones y las venas se desgarran al paso del cuchillo, aquellos que no miramos para otro lado mientras se viola a cientos de mujeres en esas manifestaciones “en nombre del Progreso”, aquellos que no relativizamos el canibalismo de quienes se comen el corazón de sus enemigos… los que nos hacemos cruces cuando vemos en qué se ha convertido nuestra tierra, y en qué se convertirá… o cuando asistimos a los ejercicios de tiro al blanco contra las adúlteras, al tráfico de menores tan común en las “tierras de la Alianza”, tan defensoras ellas de los derechos de las mujeres, las niñas, las ancianas, donde estas son tan libres, tan iguales a los hombres… tanto que ni hacen falta asociaciones feministas ni cosas por el estilo… Ojos cerrados ante la muerte, la desolación, el escarnio de miles de cristianos masacrados en las tierras del “profeta molón", quemados en vida… los cadáveres de homosexuales que cuelgan de grúas… las manos amputadas al ladrón… los niños bomba… los niños utilizados como escudos humanos… las madres que paren cinturones de TNT… la miseria, la Edad de Piedra en pleno s. XXI, la Teocracia invisible…

No, Monos.

Nosotros no cerramos los ojos.

 
Esos melocotones, de Calanda, nasti de plasti.

4 comentarios:

Old Nick dijo...

MAGNÍFICA ENTRADA Y TAN REAL COMO LA INVASIÓN MISMA, QUERIDO HEREP.
Y Es Que Nosotros SABEMOS Que No Hay Peor CIEGO Que El Que No Quiere OIR Ni Peor SORDO Que El Que No Quiere VER...
¿FRUTA Y PRODUCTOS "HALAL"?¡Ni REGALADOS!
Lo Cierto Es Que COMO HAGAMOS LO QUE LOS CAMARONES, A ESTE PASO, Me VEO TENIENDO QUE LUCHAR CONTRACORRIENTE...
Esa Es La MAYOR TRAICIÓN POSIBLE. INVADIR "SILENCIOSAMENTE" LAS CIUDADES A CONQUISTAR...
YTODO "PROGRAMADO Y PAGADO Y HASTA ALIMENTADO" POR NUESTROS TRAIDORES JULIANES-ZAPOS Y WITIZAS-MARI-ANOS...
¡Aun Recuerdo Las Casas De Barrios Humildes, De Nuestras Ciudades, VIVAS Y CON GENTE "NUESTRA", Antes De Que EMPEZARAN A VENDERSELAS O ALQUILARLAS A LOS MORITOS Y NEGRITOS E INDIECITOS...
¡Y Así Nos Vá Desde Hace Décadas!
Si Quieres Un CONSEJO DE AMIGO,Empieza A Practicar ESGRIMA De TIZONA O MACHETE,-Yo Prefiero El Sable De Caballería Ligera o La KATANA Japonesa-, POrque El Día En Que ESTOS "CIVILIZADOS ALIADOS ISLÁMICOS",-(Aunque El Verdadero ISLAM, Sea OTRA COSA)-, Introducidos En EUROPA Y AQUÍ, POr La JUDEOMASONERÍA SIONISTA, RECIBAN LA "ORDEN" DE MILES DE "IMANES SECRETOS INFILTRADOS DE MEZQUITEROS", De REBANARNOS EL PESCUEZO AL GRITO DE ¡ALÁ ES GRANDE!
NO HABRÁ MÁS REMEDIO QUE LUCHAR COMO GATOS PANZA ARRIBA, POR LA PROPIA VIDA Y LA DE LOS NUESTROS.
ASí Que
SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!
¡FUERA ISLÁMICOS Y DEMÁS INMIGRANTES Y LOS QUE LOS METIERON POR AQUÍ!
Y A DESENVAINAR "CRUCES" Y A USARLAS!
Un Abrazo Genio.
Seguimos En La Brecha. NOBLESSE OBLIGUE.
Brindis Con ORUJO Y JAMÓN PATA NEGRA.
Y
¡¡RIAU RIAU!!

Lin Fernández dijo...

Terrible lo de este desdichado monje al que le cortan la cabeza.Yo tengo preparado un post sobre el asunto.Como vien dices la ceguera en Occidente parece ya algo hereditaria.Aunque yo no lo llamaria ceguera,para mi es cobardia,un saludo y un valiente post,

Herep dijo...

Esa lucha es un hecho, Old.
Tarde o temprano la voz del imán se alzará y todos aquellos que han estado mirando para otro lado verán cómo se las gastan los "hijos del profeta"...que para mi lo son todos, verdaderos o falsos, pues niego al Islam cualquier trazo positivo.
Pero si unos son malos, los hay de peores... y estos son de aquí, vecinos nuestros... como los que despotrican de los inmigrantes para luego, a escondidas, alquilarles el piso modo patera... no poniendo un precio mensual a la vivienda, sino un precio mensual a cada uno de los que alquilan la vivienda.
Eso, Old, lo veo yo cada día... y te digo también que quien esto hace no es un pobretón cualquiera, sino gentes adineradas del pueblo.

Por eso mi katana está bien afilada desde hace tiempo, amigo.
Rodarán cabezas, Old.

Brindemos por ello, y Santiago y cierra España!!!
¡Riau!¡Riau!

Herep dijo...

Puede, Agustín... puede ser cobardía también, ceguera o, simple y llanamente, maldad. Puede que aquellos que odian las raíces culturales de Europa estén dispuestos a sacrificarlo todo con tal de alcanzar su premio, que no es otro que ver la caída de Occidente.
Como si esta no fuera a arrastrarlos con ella.

Un saludo, neozelandés.